México D.F. Jueves 10 de julio de 2003
Javier Jiménez Espriú
"La educación" del presidente Fox
Con motivo de la celebración del Día Nacional
del Ingeniero, la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros convocó
a una ceremonia que, encabezada por el Presidente de la República,
se llevó al cabo en la residencia oficial de Los Pinos.
Aunque no pude asistir, entre otras cosas por la recepción
tardía de la invitación que me fue enviada, como "invitado
de honor", honor que agradezco, leí con atención y asombro
los comentarios periodísticos sobre el acto celebrado.
Independientemente de que no encontré ninguna mención
sobre la importancia de la ingeniería mexicana en el desarrollo
ni pasado ni futuro de México -cuestión seguramente trivial-,
las expresiones del Presidente de la República sobre el nivel educativo
nacional en relación con los últimos datos de la evaluación
PISA de la OCDE, que transcribo: "... tenemos la buena noticia de que México
tiene el mejor y el mayor nivel educativo en Latinoamérica. Ocupamos
el primer lugar por encima de todos los países latinoamericanos"
y "es muy buena noticia saber que 22.2 por ciento de nuestros jóvenes
hoy están en las universidades y que para 2006 tenemos que lograr
que este porcentaje llegue a 30 por ciento de los jóvenes", me han
producido un profundo desasosiego
Los lugares 34 y 35 entre 43 países considerados
en la evaluación -según las áreas calificadas- es
para la máxima autoridad política del país "una buena
noticia". Para su secretario de Educación Pública: "comparados
con los países de la región y parecidos al nuestro, estamos
bien situados".
Mis nuevas preocupaciones no están en la confirmación
de lo que quienes hemos dedicado no pocos años al sector educativo
sabemos; se ubican en el ámbito de la desesperanza, al constatar
que quienes tienen a su cargo el futuro de las políticas educativas
del país o se alegran de esos "logros" o no se han enterado de que
en nuestra región de competencia, delimitada por el bienamado Tratado
de Libre Comercio con Estados Unidos y por la inexorable geografía
que comprende países no parecidos al nuestro, estamos terriblemente
mal situados.
El caricaturista Helguera nos sugiere que la calificación
obtenida en la evaluación comentada, sobre "comprensión en
la lectura", no se limita al grupo de estudiantes evaluados, sino trasciende
a las más altas esferas del poder público (La Jornada,
2/julio/2003). Esta observación, a más de alimentar mi
desasosiego, debería servir como señal de alarma para quienes,
encargados de atender las diferentes responsabilidades del gobierno e informar
al Presidente, asuman una actitud de atención y de ponderación
republicanas.
Parece, pues, que la ligereza en las declaraciones y en
las ofertas de futuro sigue siendo la divisa política en turno,
porque no de otra forma puede considerarse la alegría actual y lo
que significa la aseveración presidencial de que para 2006 tendremos
en las universidades a 30 por ciento de los jóvenes en edad de realizar
estudios superiores.
Aceptando sin conceder que ya tengamos a 22.2 por ciento
estudiando en ese nivel, ¿le habrán informado al mandatario
cuántos jóvenes significa el 7.8 por ciento restante, cuántas
nuevas universidades se requieren para recibirlos, cuántos profesores
e investigadores deben formarse para instruirlos, cuántos laboratorios,
cuántos etcéteras, que tienen su equivalencia, independientemente
de la calidad, en recursos económicos de los que se ha regateado
a las universidades sistemáticamente?
¿O se pretende dejar el "logro" de los deseos manifiestos,
como tantas otras cosas en nuestro país, a la iniciativa privada?
Menudo trabajo para los próximos tres años.
"Estamos buscando cómo implementar políticas
que nos vayan orientando a tener una mejor formación en este contexto
de la evaluación de PISA, que mide no sólo los conocimientos,
sino también habilidades y capacidades para usar esos conocimientos
(...) Se está viendo con la OCDE la participación en un estudio
de seguimiento de los jóvenes, ya no una evaluación como
esta, sino un seguimiento por 10 años de estos jóvenes de
15 años", declaró el secretario de Educación.
Ojalá encuentren pronto el cómo, porque
en este renglón fundamental, vital, que es la educación,
el rezago es de varias décadas con respecto de los países
desarrollados, cuyo nivel es al que debemos aspirar o no tendremos más
remedio que dedicarnos para siempre "a la búsqueda del tiempo perdido".
Ojalá también que quienes de los responsables
del sector educativo del gobierno se tomen -literalmente- la molestia de
transitar por estas líneas tengan un mejor nivel de "comprensión
de lectura" que el que refleja el resultado de la evaluación PISA,
y actúen en consecuencia y de inmediato.
Ex director de la Facultad de Ingeniería de la
UNAM. Premio Nacional de Ingeniería Mecánica Eléctrica
y de Ramas Afines 1998. Académico de honor de la Academia
de Ingeniería
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