México D.F. Viernes 23 de mayo de 2003
Naciones ricas orillan al narcocultivo Campesinos prefieren plantar coca y mariguana ante la guerra de subsidios DPA Washington, 22 de mayo. Los cientos de miles de millones de dólares al año que los países ricos destinan a subsidios agrícolas empujan a los agricultores del tercer mundo a plantar coca, opio y mariguana, ya que no pueden competir con cultivos lícitos. Esta es una de las conclusiones de una investigación de un año llevada adelante por la organización ecologista Worldwatch Institute, cuyos resultados están en el libro Signos vitales 2003, presentado hoy en Washington. Gracias a los subsidios, los productos agrícolas de Estados Unidos y la Unión Europea se venden a un precio entre 20 y 50 por ciento más bajo que el costo de producción, explicó hoy en conferencia de prensa el director de la investigación, Michael Renner. Los productos agrícolas del tercer mundo no tienen cómo competir en el mercado internacional ni en el interno, donde a los consumidores les resulta más barato comprar las frutas y verduras importadas de Estados Unidos o Europa que los productos locales. ''Los subsidios agrícolas están desmantelando el sistema productivo en los países pobres", advirtió Renner. Esto hace que los agricultores se vuelquen a cultivos ilícitos, para los cuales existe un mercado seguro y que paga sustancialmente más que cualquier cultivo legal. ''En México, en Colombia, los agricultores cada vez más se dedican al cultivo de drogas, debido a que los países pobres enfrentan una combinación de altos subsidios en las naciones ricas, que les hace imposible competir, y barreras comerciales como altos aranceles, que les hace imposible exportar", señaló. Signos vitales 2003 indica que en México ''muchos agricultores están empezando a plantar opio o mariguana porque su maíz y otros cultivos (lícitos) no pueden competir con los alimentos importados, que son más baratos. "Entre 2 y 5 por ciento de la mano de obra de Perú y entre 8 y 17 por ciento en Bolivia, en otras palabras cientos de miles de personas, están empleadas en forma directa en la producción y el procesamiento de drogas (ilegales)." En Colombia, en ciertas áreas la gente que tiene ingresos vinculados a cultivos ilegales llega a 50 por ciento. La producción de coca tiene consecuencias nefastas para el medio ambiente, en especial en Colombia, Perú y Bolivia, responsables de 98 por ciento de la producción mundial. El problema en estos tres países con la coca, así como con el opio en el sudeste asiático, es que por ser ilegal los agricultores intentan plantar sin ser descubiertos, para lo cual usan las selvas. "Algunos de los más terribles costos de la producción y el control de las drogas recaen sobre el medio ambiente, ya que los agricultores queman o talan montes, bosques y selvas para poder plantar las drogas, después los que procesan la sustancia arrojan en el lugar componentes tóxicos, y las autoridades arrojan herbicidas como parte de campañas de erradicación que mata el cultivo ilegal y también todo lo que haya alrededor", dice Signos vitales 2003
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