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México D.F. Viernes 23 de mayo de 2003
Luis Javier Garrido
La abdicación
Los últimos escándalos del foxismo plantean una cuestión central: Ƒestá Fox capacitado para seguir ocupando la Presidencia de México?
1. El deterioro institucional es cada día mayor como consecuencia de que Fox ha abandonado sus responsabilidades, lo que se acentuó tras su operación de columna vertebral, así como del estilo personal de no gobernar que ha adoptado al asumir que debe haber menos gobierno y más intervención del sector privado en asuntos que legalmente son de responsabilidad pública, y que él sólo debe fungir como un distante jefe de Estado que actúa en función de sondeos de opinión, como si estuviese en permanente campaña electoral, dejando a esposa y colaboradores cercanos de Los Pinos gobernar, y limitándose él a viajar y a hacer esporádicas intervenciones públicas.
2. El rumor que crece en círculos de poder y en el medio empresarial va más allá, como dejan entrever columnistas, y sugiere que Fox tiene un manifiesto desequilibrio síquico, que hizo crisis en su convalecencia, y que la depresión en que se halla, que lo ha llevado a un tratamiento médico cotidiano, es consecuencia del fracaso que entiende ha tenido en dos años y medio de ejercicio del poder presidencial. Pero más allá de las precisiones sobre lo que acontece en Los Pinos, y que preocupan no al pueblo, acostumbrado a la descomposición del poder, sino a los principales grupos de interés, lo importante son las consecuencias políticas.
3. El fracaso absoluto de Vicente Fox para encabezar un gobierno que respondiese a sus promesas de campaña y tuviese un mínimo consenso ha entrañado un malestar social que el gobierno busca enfrentar con propaganda, recurriendo a los programas asistenciales del priísmo o a políticas tradicionales de cooptación. Pero poco ha podido hacer ante el descontento creciente de grupos empresariales, el que más reflejan los medios, o ante el desconcierto de los grupos foxistas y de la burocracia gobernante, que se ahondó tras el escándalo de los Amigos de Fox y la evidencia de que el Ejecutivo no podrá contar con mayoría en la Cámara de Diputados tras las elecciones que se avecinan, situación que la actitud de Fox agrava cada día, manifiesta en una lucha de grupos en el interior del gobierno, cada vez más abierta y en agitación creciente con vistas a 2006.
4. En el México del siglo XX no se vio nunca que la sucesión presidencial se adelantara al segundo año de gobierno: desde 2002 se inició una sorda lucha de facciones foxistas y panistas, que se ha acentuado en 2003 por la actitud de abandono de Fox y la convicción de que las fuerzas del Ejecutivo no tendrán éxito en las elecciones legislativas, y que refleja esa incertidumbre de las fuerzas del capital. El destape que hizo Luis Felipe Bravo Mena (jefe nacional del PAN) de sus posibles candidatos para 2006; la campaña de Jorge G. Castañeda por todo el país, a pesar de su desprestigio; el activismo desenfrenado de Marta Sahagún y el creciente encono entre Fox y Diego Fernández de Cevallos ponen de manifiesto tanto la preocupación de la derecha mexicana como la crisis interna del grupo gobernante.
5. El escándalo que generó la aparición de dos libros sobre Marta Sahagún no obedece a que revelan, una vez más, la tontería de Fox de pensar que puede poner a su esposa en la Presidencia de México o a que revelen aspectos que la pareja ha escondido de su vida privada, sino a que en su ignorancia, y probablemente a su desprecio del marco constitucional, estas gentes han abusado del poder, confundiendo los límites de lo privado y lo público. La jefa, de Olga Wornat (Grijalbo, 2003), y Marta, de Rafael Loret de Mola (Océano, 2003), los presentan con un comportamiento patrimonialista, similar al de las familias de los gobernantes priístas y de espaldas a los intereses del pueblo mexicano, mostrando a Fox como un hombre débil de carácter y mentiroso, incapaz de ejercer el cargo en el que se halla.
6. Es claro que en el Ejecutivo no hay alguien que pueda hacer frente a los graves desafíos que enfrenta México, y el voto de ayer en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es sintomático. El gobierno de Fox votó en contra de los intereses de México, como cualquier gobierno bananero al aprobar la pretensión de Washington de que las multinacionales estadunidenses podrán administrar el petróleo iraquí, y la pregunta se impone: Ƒestá Fox capacitado para seguir ocupando la Presidencia de México?
7. La crítica a la participación desenfrenada de Marta Sahagún en la vida política no tiene que ver con su condición femenina, como pretenden libros que la defienden, como el de Amparo Espinosa Rugarcía, Dulce asalto al poder (Libro para Todos, 2003), y ni siquiera con que no esté legislado su papel, que no tendría por qué estarlo, sino con las actividades ilegales que realiza de manera impune, violatorias de la Constitución, que en su mayor parte constituyen ilícitos graves. La señora Sahagún no sólo ha usurpado funciones presidenciales asumiendo que estamos en un régimen monárquico, sino que en su obsesión por destruir al Estado, a través de su fundación privada Vamos México, incide con su esposo en las mismas prácticas delictivas del PRI: desde peculado hasta tráfico de influencias.
8. La incapacidad de Fox para entender que su mandato era para llevar a cabo una gestión que antepusiese en todas las decisiones los intereses populares e impulsase con visión histórica un verdadero cambio económico y político, y su obcecación en hacer un gobierno de empresarios -por y para los empresarios-, sometido servilmente a Washington, ha impedido cualquier "transición". Y no deja a los mexicanos más perspectivas para el futuro inmediato que resistir las políticas neoliberales que trata de imponer el grupo gobernante, ahondándose la brecha entre quienes detentan el poder económico y los que gobiernan en su nombre, por un lado, y la mayoría de los mexicanos por el otro. Una brecha de dimensiones mucho mayores que la que existía en los años del PRI.
9. El gobierno foxista ha demostrado no tener más proyecto que seguir desmantelando al Estado y a la nación: destruir el orden jurídico y entregar nuestros recursos estratégicos al extranjero. Por eso sorprende que al ser entrevistada por el payaso Brozo, Marta Sahagún hablase de que seguiría luchando por "la continuidad del proyecto", que es contrario a los intereses del pueblo mexicano.
10. La oportunidad histórica de impulsar un cambio democrático en México se ha perdido y frente a las ambiciones de la oligarquía sigue un pueblo organizándose y luchando a su manera, abriéndose un abismo entre las mayorías y aquellos que pretenden gobernar.
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