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México D.F. Martes 20 de mayo de 2003
EU: HACIA UN ESTADO POLICIACO
El
subsecretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Asa Hutchinson,
anunció ayer la próxima implementación de un complejo
sistema de control de extranjeros que incluye el fichaje policial -mediante
la toma de fotos y huellas digitales- de todo individuo que pretenda internarse
en territorio del país vecino. El sistema, denominado US-Visit,
cotejará los datos del extranjero con los registros de una base
de información de presuntos terroristas, delincuentes comunes o
simples infractores del reglamento de visas, y permitirá a las autoridades
de Migración dar seguimiento de las entradas y salidas de los millones
de no estadunidenses que ingresan al país, permanecen en él
o lo abandonan.
El programa -que se iniciará el primero de enero
del año entrante y en una primera etapa sólo con ciudadanos
de países con los cuales no hay tratados bilaterales de exención
de visas, como es el caso de México- requerirá de una inversión
de 380 millones de dólares en el año fiscal en curso y, adicionalmente,
impondrá requisitos aún más estrictos que los vigentes
para la expedición de visas a los extranjeros.
Es razonable suponer que las medidas anunciadas incrementarán
la indefensión de los migrantes que, documentadamente o no, acuden
a Estados Unidos en busca de empleo; también aumentará el
margen para los abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos por
agentes migratorios y representará un nuevo impulso al proceso de
acotamiento de los derechos y garantías individuales que tiene lugar
en la nación vecina desde el 11 de septiembre del año antepasado
y que, lejos de preservar las libertades, está convirtiéndola
en un Estado policiaco.
Resulta improbable, en cambio, que el sistema US-Visit
contribuya a reducir en forma significativa la amenaza real o imaginaria
de nuevos atentados terroristas en territorio estadunidense, la cual se
ha convertido en punto casi único de la agenda interna del gobierno
de George W. Bush. El propio Hutchinson, al presentar el programa, dijo
que si éste hubiese estado en funcionamiento antes de los atentados
terroristas de septiembre de 2001 las autoridades habrían podido
detener sólo a dos de los 19 autores materiales de los ataques.
Si esas son las medidas de protección antiterrorista del actual
equipo que gobierna en Washington, y si los riesgos de atentados son reales
y no un mero recurso de retórica oficial, entonces los estadunidenses
están sujetos a que casi 80 por ciento de los atentados planeados
se lleven a cabo.
Para finalizar, al margen del ominoso, inconsistente y
disparatado anuncio realizado ayer por el subsecretario de Seguridad Interior,
éste formuló una apreciación ofensiva e inadmisible
sobre los 18 mexicanos y latinoamericanos que murieron asfixiados en un
tráiler en las inmediaciones de Victoria, Texas, la semana pasada.
Hutchinson afirmó que la tragedia es un recordatorio de "que hay
gente que aún pone en riesgo su vida por la libertad y la oportunidad
que ofrece Estados Unidos". La obscenidad de capitalizar esas muertes -ocurridas
justamente por la falta de libertades y oportunidades y por la hipocresía
de la política migratoria del país vecino- para fortalecer
la demagogia oficial de Washington es un insulto a la memoria de las víctimas
y constituye un nuevo e innecesario agravio a sus naciones de origen, México
entre ellas.
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