José Cueli
Triunfa Ponce en Sevilla
Tiene tal fuerza la plaza maestrense de Sevilla que Enrique Ponce, maestro actual de la torería, se renueva sobre el ruedo amanzillado del coso. Nuevas inquietudes en el torero valenciano terminan por innovar fórmulas especiales por lo expresivo y responder a nuevos avances del "todo vital de fondo" que bulle en el toreo andaluz.
Sin poseer el duende de Curro Romero o Rafael de Paula, o de los de antes; Pepe Luis o Antonio Ordoñez, Enrique Ponce sigue enriqueciendo el toreo con un valor estético renovador. Como lo ha demostrado esta semana en sus dos actuaciones del ciclo de la feria sevillana, de las que ha salido triunfador, borrando de paso al Juli.
No cabe duda de que el ambiente ejerce una fuerza desconocida en los artistas -Sevilla- especialmente en los toreros. Si éstos tienen la inteligencia de Enrique Ponce, como que se hacen uno con cada público. Lo difícil es que aparte de esta influencia puedan sacar lo que corre generosamente por sus venas y plasmarlo en los lances. Y generar en el aficionado la capacidad de creer y hasta sentir que sólo torean para él.
En última instancia lo que importa al aficionado es lo que hay en los toreros de intuición torera, de agudeza en la ejecución de los lances a veces inocentes. Interesa a su vez, el estilo, lo original, su garbo natural -no el forzado- y si se puede lo sorpresivo. El toreo de Enrique Ponce, no es sorpresivo pero posee una maestría -en muchas ocasiones pícara- y una suavidad aterciopelada que hablan de su origen.
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