ELECCIONES EN EL CONO SUR
Se prolonga la hegemonía de 56 años
del Partido Colorado
Con 37% de sufragios gana el oficialista Nicanor Duarte
la presidencia paraguaya
Anuncia el envío de una comisión ante
organismos financieros internacionales
AFP
Asuncion, 27 de abril. El candidato del Partido
Colorado, Nicanor Duarte, ganó este domingo con 37.64 por ciento
de los votos las elecciones presidenciales de Paraguay, prolongando así
la hegemonía de 56 años en el poder de su instituto político,
informó el Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Escrutado 82 por ciento de los votos, Duarte superaba
ampliamente al liberal Julio César Franco, médico de 52 años
(23.36 por ciento), y al banquero Pedro Fadul, del movimiento conservador
Patria Querida (22.4 por ciento).
"Los primeros datos nos dan una victoria contundente y
aplastante, pero que esto no nos envanezca. Vamos a luchar para que los
paraguayos se puedan sentir orgullosos de sus autoridades y de su patria",
aseveró Duarte en una conferencia de prensa en su residencia.
"Reconozco
la victoria del oficialismo. Pedimos el voto por el cambio y no tuvimos
el suficiente apoyo", dijo Franco tras conocer los resultados oficiales.
Los candidatos opositores hicieron numerosas denuncias
durante la campaña sobre un presunto fraude y la falta de garantías
que en horas recientes reiteraron ante unos 100 observadores internacionales,
la mayoría de la Organización de Estados Americanos, quienes
fueron invitados a verificar el desarrollo del proceso electoral.
Las elecciones se llevaron a cabo en "completa normalidad",
aseguró el presidente del Tribunal Superior Electoral, Alberto Ramírez.
Los colegios electorales cerraron sus puertas en todo el país, como
estaba previsto, a las 16 horas locales (20 horas GMT).
Duarte, ex ministro de Educación, abogado y periodista
de 46 años de edad, invitó a sus competidores en la carrera
presidencial a sumarse a "la construcción de una democracia para
que Paraguay vuelva a ser respetado, para recuperar la dignidad de nuestro
país".
En la conferencia de prensa, Duarte anunció el
envío -este semana- de una misión ante los organismos financieros
multilaterales en Washington, y dijo que estaba dispuesto a conformar una
amplia alianza en el Congreso.
Por su parte, Fadul admitió la victoria oficialista.
"Reconocemos la victoria de Duarte en los comicios. Seguiremos peleando
por mantener esta luz de esperanza que hemos logrado abrir en Paraguay",
destacó Fadul ante un centenar de seguidores.
Horas antes, Duarte proclamó su victoria en las
elecciones, tras conocer los resultados de las encuestas de salida.
"Los primeros datos nos dan una victoria contundente y
aplastante, pero que esto no nos envanezca. Vamos luchar para que los paraguayos
se puedan sentir orgullosos de sus autoridades y de su patria", expresó
Duarte en una conferencia concedida a los representantes de los medios
de información nacionales y extranjeros.
En los centros de votación las estrellas de la
jornada fueron las urnas electrónicas cedidas por Brasil, que se
emplearon en 45 por ciento de las 8 mil 400 mesas habilitadas.
Estas urnas agilizaron el flujo de votantes, pero también
generaron quejas de los indígenas maká, que en Mariano Roque
Alonso, en las afueras de Asunción, protestaron porque "la máquina
no habla nuestra lengua" -guaraní-, dijo a Afp un portavoz de la
comunidad.
Estos inconvenientes fueron calificados de "mínimos
y normales" por el presidente del Tribunal Electoral.
Según las proyecciones, el Partido Colorado perdería
el control del Congreso, donde obtendría 36 por ciento de los 125
escaños en el Congreso, frente a 51 por ciento que ganó en
las elecciones de 1998.
Duarte deberá hacer frente a una economía
en ruinas y un clima político agitado por las continuas denuncias
de corrupción, que han salpicado durante los últimos cuatro
años al gobierno interino de Luis González Macchi.
González Macchi, en su calidad de presidente del
Senado, se hizo cargo de la jefatura del Estado en marzo de 1999, tras
la renuncia de Raúl Cubas, provocada por la ola de protestas y acusaciones
en su contra por el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña.
En la actividad partidista tras la caída del dictador
Alfredo Stroessner en 1989, Duarte fue señalado por analistas como
una figura modernizadora que podría propiciar la renovación
del Partido Colorado, desprestigiado por las denuncias de corrupción
y por una feroz lucha interna entre los dirigentes.
"Necesitamos un gobierno que sirva, un gobierno que esté
al servicio de la gente y no de un solo partido", manifestó el liberal
Franco, médico pediatra de 52 años, quien votó postrado
en una silla de ruedas, en la cual permanece tras sufrir un accidente.
La participación fue estimada en 60 por ciento
de los casi 2.5 millones de votantes habilitados para unos comicios en
los que se escogieron también 17 gobernadores departamentales y
191 miembros de las juntas legislativas regionales.
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