El arquitecto concretó proyectos relevantes
con su colega Teodoro González de León
Murió Abraham Zabludovsky, eterno curioso de
la innovación
Su obra marcó el último medio siglo mexicano,
pondera Fernando González Gortázar
Hizo una renovación de la arquitectura con inspiración
regional, señala la crítica Raquel Tibol
MERRY MAC MASTERS, ARTURO GARCIA Y ARTURO JIMENEZ
El arquitecto Abraham Zabludovsky, Premio Nacional de
Artes 1982, medalla de oro en la Bienal de Arquitectura en Sofía
1991 y miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores, con
más de 200 obras proyectadas y construidas en México y el
extranjero, murió ayer a las 16:35 horas de un infarto, a los 78
años. Deja en proceso el auditorio y el centro de convenciones de
Coatzacoalcos, Veracruz, y el museo del niño de Villahermosa, Tabasco,
entre otras obras.
Nacido
en Bialistok, Polonia, el 14 de junio de 1924, llegó aquí
con su familia y se naturalizó mexicano en 1941. Al joven Abraham
le tocó vivir la posguerra, cuando había gran actividad en
la construcción, hecho que influyó en él. Acaso también,
entre sus experiencias, como manifestó a la investigadora Graciela
de Garay, ''haya sido importante el contacto con un maestro de obras que
era portero en la vecindad donde vivíamos. Curiosamente, este señor
me llevaba a ver sus trabajos, mismos que realizaba para unos arquitectos
jovencitos pero muy activos. Ellos eran Juan Sordo Madaleno, Augusto H.
Alvarez, Carlos Reygadas y otros de esa generación. Tal vez de ahí
me nació la inclinación, el gusto por ver cómo se
manejaban los tabiques y los espacios".
Cada encargo un nuevo desafío
Zabludovsky estudió arquitectura en la UNAM y trabajó
en el taller de Mario Pani. Desde el principio, aún como estudiante,
fue ''una combinación de arquitecto, constructor y negociante. Después
de muchos años de trabajo arduo -tengo que reconocerlo- logré
alcanzar cierta autonomía creadora. Por experiencia propia, puedo
corrobar la veracidad de aquel aserto marxista de que la autonomía
económica hace a la autonomía intelectual", dijo a De Garay.
Parte
de su trabajo fue realizado con su colega Teodoro González de León
(1926), por ejemplo los edificios del Infonavit, El Colegio de México,
la Universidad Pedagógica Nacional, el Museo Rufino Tamayo, la remodelación
del Auditorio Nacional, en el DF, y la embajada de México en Brasilia.
En la presentación del libro Abraham Zabludovsky,
arquitecto (La Jornada, 24/06/99), expresó: ''Estoy muy
viejo y he trabajado demasiado". ¿Ya se va a retirar? ''Yo no lo
diría porque es una actividad en la que pocos nos retiramos aunque
así lo decimos. Cada encargo es un nuevo desafío y nos produce
una emoción nueva."
Renovador de la arquitectura
''Abraham Zabludovsky -expresa Fernando González
Gortázar- fue un gran arquitecto y un gran amigo cuya obra marcó
el último medio siglo mexicano. Algunos de los edificios de apartamentos
que construyó en sus inicios me parecen ejemplos notables del racionalismo
del momento. Luego, a principios de los sesenta se asocia con Teodoro González
de León, y juntos emprenden una serie de investigaciones de las
que me declaro admirador y discípulo: rescatan la tradición
de las grandes escalinatas, los patios y las pérgolas, retoman el
'zaguán de transición' entre la ciudad y el espacio privado
dotándolo de una escala inédita, investigan las cualidades
expresivas del concreto cincelado (...) Y en los últimos lustros,
de nuevo solo o con otros socios, realiza una serie de teatros y otras
obras en las que se muestra como un eterno curioso por nuevos materiales,
nuevos espacios y nueva luz. Me siento de verdad triste por su pérdida
y de verdad agradecido por su afecto y por sus enseñanzas.''
Por su parte, Raquel Tibol señaló que ''Zabludovsky,
junto con Teodoro González de León, mientras trabajaron al
unísono, hicieron una renovación de la arquitectura con inspiración
regional, sobre todo al usar el concreto con carácter pétreo,
los grandes espacios, las grandes explanadas. Uno de los aciertos es, evidentemente,
El Colegio de México, al estar emplazado en un paisaje amplio, con
el fondo del Ajusco, en espacios en un principio todavía no habitados.
Esas escalinatas muy abiertas, los patios, tienen realmente una acertada
combinación de ciertas soluciones de los palacios y templos prehispánicos
con algunas edificaciones de la etapa colonial: conventos, atrios, etcétera.
De modo que esa aplicación creo que fue uno de los hallazgos que
tuvo Zabludovsky y que quizá, de alguna manera, culminó en
el Auditorio Nacional. Y digo quizá porque ahí se fueron
más por la espectacularidad que por esas soluciones más apegadas
a un criterio, a un concepto, a una línea rectora''.
Abraham Zabludovsky deja a su esposa Alinka y sus hijos
Gina, Jaime y Moisés. Hoy por la tarde -todavía no se determina
la hora- será sepultado en el cementerio israelita de Constituyentes.