Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 10 de abril de 2003
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Política

La caída de Bagdad no fue un desfile

Carta al Sup Marcos

Adolfo Gilly

Washington Square, Nueva York, 9 abril 2003.

 

Respondo a su carta publicada el 5 de abril pasado en La Jornada.

 

Como usted bien debe saber, esto va para largo. La invasión y la ocupación de Irak por Estados Unidos y Gran Bretaña han tomado su color y su dinámica propios. Los planes militares del gobierno del presidente George W. Bush se sustentaron en precisos cálculos de logística, poder de fuego y capacidad material y tecnológica. En esos terrenos su superioridad sobre un país empobrecido, agotado por el bloqueo y por su rígida dictadura dirigente, y en parte desarmado por los inspectores de la ONU, era desde un inicio abrumadora.

Pero fracasaron en dos cálculos esenciales para cualquier mando político y militar. Uno, no fueron recibidos con flores, sino con maldiciones y fuego. Dos, el ejército iraquí no capituló a los primeros bombazos, paralizado ante la inconmensurable superioridad material del invasor y su absoluto dominio del espacio aéreo. Tuvieron que masacrarlo metódicamente desde el aire, junto con buena parte de la población civil, como nos han venido informando Robert Fisk y otros periodistas europeos. Las ciudades resistieron más allá de lo previsto y de lo imaginable. En las que las fuerzas invasoras han logrado tomar, ahora reinan el caos, los saqueos, la sed, el hambre y la imposibilidad de atender a los incontables heridos de la población civil.

La toma de Bagdad, que iba a ser un desfile, resultó una empresa sangrienta y cruel desde el aire y desde tierra, en la cual varios periodistas fueron los blancos más recientes. Jefes militares europeos que han combatido sus guerras están haciendo acres comentarios acerca de sus pares americanos. El vicepresidente de Estados Unidos, en plena euforia triunfal, declara que esta "es la más extraordinaria campaña militar que el mundo haya conocido". Me parece estar viendo las sonrisas de los que saben.

Bagdad ha sido tomada por el ejército invasor. Pero Bagdad no se rindió. Si cuando podía no lo hizo, ya no lo hará jamás. Será ocupada, pero seguirá resistiendo en esa forma tenaz, sorpresiva y antigua en que pelean las ciudades contra los ejércitos de ocupación y contra los gobernantes títeres traídos del exilio por armas extranjeras.

Se les aparecerá a su tiempo a los invasores un nuevo "ejército de las sombras", como los alemanes en Francia, en Yugoslavia, en Italia o en Grecia en la Segunda Guerra Mundial, como los franceses en Argelia, como los británicos en Medio Oriente. Ese ejército de las sombras recibirá ayuda exterior, sin la menor duda, desde los pueblos árabes vecinos y lejanos: ni siquiera el Dios personal del presidente Bush podrá evitarlo. Los llamarán "terroristas", serán simplemente combatientes que defienden el territorio de su patria. Quiénes los encabezarán es una incógnita del porvenir, aunque no serán ciertamente Hussein y sus hijos.

Los invasores ya están entrampados en Palestina y en Afganistán, donde la resistencia continúa. Ahora se han entrampado en Irak. ƑAdónde irán después con sus tanques, sus aviones, sus bombas y sus soldados de gatillo alegre?

Aun en la hipótesis de que lograran dar cierta estabilidad a la ocupación, en un año, en dos o en 10 los ejércitos de ocupación tendrán que irse. Bagdad seguirá donde está y estuvo siempre. Entonces sí, las iraquíes y los iraquíes saldrán a las calles de sus ciudades a festejar.

Mientras tanto, de este lado ha ido creciendo sin cesar la movilización contra la guerra, la invasión y la ocupación. Millones y millones de todos los países, todos los idiomas, todos los colores, movidos por una ira y una indignación moral como ninguna. La declaración Trabajamos por la paz y la justicia es una de las muchas pruebas de que esa movilización es, además, una fuente de ideas y de proyectos para imaginar y luchar no sólo contra la guerra, sino también por otro mundo posible y alcanzable.

La adhesión del EZLN y de sus comandantes a esta declaración y su llamado a firmar y a organizar la discusión y la movilización a partir de esa propuesta ha tenido, como usted ya sabe, notable repercusión. No sucede todos los días que una organización con trayectoria y programa propios tenga la decisión de sumarse a un documento iniciado por otros aun cuando, como usted dice, tenga "buena cuna" (pues es seguro que ninguno de sus iniciadores hará carrera política o entrará al Salón de la Fama por haberlo firmado).

Este gesto de ustedes puede incitar a otros a comprender que no tiene mucha importancia quién fue el primero en firmar o quién desfila en la descubierta, y que aquel que está seguro de sus ideas y de sus fuerzas no teme apoyar iniciativas justas ni quiere disputar prioridades a nadie.

Como usted sabrá, la adhesión del EZLN a la declaración está destacada en la primera página del portal con un anuncio en la parte superior derecha: "El 5 de abril de 2003 el subcomandante Marcos y el EZLN han firmado esta declaración". Luego aparecen sus comunicados en lugar especial, con este encabezado: "Tenemos el gusto y el honor de contar con el EZLN entre los firmantes de la declaración", incluidas sus observaciones sobre el significado de las movilizaciones por la paz en Estados Unidos.

En efecto, la oposición a esta política de guerra preventiva y permanente no sólo es inmensa en Europa, crece también en Estados Unidos pese a la cerrada cortina de propaganda de todos los medios de este país, a comenzar por la televisión y la gran prensa. El control priísta de los medios era juego de niños al lado de la sofisticación de lo que aquí estamos viendo.

En las universidades y colegios de Estados Unidos los estudiantes y muchos de sus profesores siguen organizando día con día actividades de repudio a la guerra y por el retiro de las tropas invasoras. Al fin de cuentas, tendrá que ser aquí donde al final se imponga el retiro de las tropas y la derrota de la política de guerra.

Esta oposición se refleja incluso en las firmas que va reuniendo la declaración. Hasta este momento, 21 horas del 9 de abril (51 aniversario de la revolución boliviana, una de las mayores de América Latina), el portal informa que se han reunido 70 mil 529 firmas de 219 países. Ahora bien, más de un tercio de esas firmas (26 mil 557) provienen de Estados Unidos. Canadá reúne 7 mil 776 firmas. México, que ha ido subiendo día con día, registra a esta altura 3 mil 835. Es decir, entre los tres países de esta parte del continente, son ya 38 mil 168 firmas, más de la mitad del total (tomando siempre en cuenta que firman quienes tienen acceso a Internet). En México démosle también su mérito a La Jornada, que se aventó a publicarla entera.

El documento aparece en 12 idiomas: inglés, portugués, español, alemán, turco, francés, italiano, danés, rumano, macedonio y holandés, y se anuncian traducciones en chino, ruso, japonés, coreano y griego.

Ustedes lo están difundiendo y discutiendo entre los pueblos y comunidades zapatistas. ƑNo sería buena idea enviar una traducción en alguno o algunos de los idiomas de la rebelión indígena de Chiapas? Tal vez esto no aumente el número de firmas por Internet, pues no creo que desde allá sea fácil el acceso directo al ciberespacio. Pero si todos o casi todos esos idiomas se podían escuchar en los encuentros internacionales que se organizaron en los Aguascalientes, Ƒpor qué no habrían de figurar ahora el tzotzil, el tzeltal o el tojolabal en el ciberespacio junto a ellos?

Ayer me decía un amigo que en este estado de Nueva York, donde hay algo así como 750 mil mexicanos, hay migrantes de Oaxaca que llegan y pasan directamente del zapoteco a dominar el inglés hablado, saltándose el español que nunca les dieron posibilidad de aprender. Si esto pasa en las calles y los lugares de trabajo de Nueva York, Ƒpor qué no el mismo salto en el ciberespacio?

Salud y suerte, que siempre ayuda.

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