Crea la Iglesia católica red para ayudar a reducir la brecha entre ricos y pobres
Padecen malnutrición y hambre 840 millones de personas
ALMA E. MUÑOZ
La Iglesia católica del continente americano constituyó una red para interactuar con gobiernos y organizaciones civiles de la región, con el propósito de inmiscuirse en el diseño de programas sociales y económicos, al lamentar que en el mundo 840 millones de personas padezcan malnutrición y hambre.
A iniciativa del presidente de Pastoral Social de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, Jacir Braido, se pretende incentivar el trabajo de la Iglesia para ayudar a superar la diferencia que separa a ricos y pobres.
El anterior es un acuerdo alcanzado en el segundo Encuentro Continental de Pastoral Social-Cáritas, realizado en el estado de México, en el cual la jerarquía eclesiástica insistió en el perdón parcial de la deuda externa de los países de Centro y Sudamérica, como ocurrió con Bolivia, después de que la Iglesia asumiera el compromiso de controlar que los recursos se aplicaran en programas sociales.
La propuesta del obispo Braido tiene como antecedente inmediato la llamada Coordinadora Internacional de Seguimiento y Acompañamiento, aplicada en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá en 1995, la cual ofrece respuestas a problemáticas como movilidad humana, situaciones de emergencia natural, participación de la mujer y defensa de los derechos de las personas.
Mediante planes por zonas -bajo regulación de la Iglesia católica- se establece criterios y directrices para la aplicación de aportes financieros, además de una agenda común con los movimientos de la sociedad civil y los programas de los gobiernos locales para enfrentar los problemas que genera la globalización.
Insisten en que este modelo económico limita las oportunidades de trabajo y conduce a un incremento radical de las tasas de desempleo e infraempleo, además de fortalecer a los más ricos e incluso a quienes generan corrupción. "La historia demuestra -señala uno de los textos donde se plantea la alianza- que gran número de personas lo único que pueden compartir es su pobreza y desesperanza, que crecen a una velocidad de vértigo".