Carecen de cursos y talleres y se les niegan becas para prácticas en otros nosocomios
Residentes del Hospital de la Mujer demandan capacitación eficiente
En ellos recae el grueso de la atención; en cada turno hay 15 por cada 4 médicos de base
ANGELES CRUZ
Médicos residentes del Hospital de la Mujer denunciaron que su formación académica como gineco-obstetras es deficiente. Los cursos y talleres no se realizan, les niegan becas para entrenamiento en otros hospitales del país y tampoco existe organización para el trabajo práctico, al grado de que los residentes del tercer año que ya deberían realizar cirugías dejaron de practicarlas hace casi un año.
Sin embargo, en estos médicos en formación recae buena parte de la responsabilidad de la atención que se brinda a la población femenina las 24 horas del día, y más aún en las tardes, noches y fines de semana. Señalaron que en estos turnos hay entre cuatro y cinco médicos de base contra 15 residentes para atender los diferentes servicios del hospital.
A las irregularidades en la preparación de los especialistas, se suman las deficiencias del propio nosocomio. Los inconformes comentaron, por ejemplo, que desde agosto de 2002 las autoridades cerraron una de las áreas de hospitalización del segundo piso, en las que se encuentran 40 camas. Extraoficialmente se dijo que la medida se originó por la falta de recursos económicos.
En esa zona son ubicadas las mujeres en el posparto cuando parto que no tienen complicaciones. Lo que ahora ocurre por la restricción de camas es que las pacientes deben permanecer hasta ocho horas en el área de recuperación en espera de que se desocupe algún espacio, o bien, las trasladan a otros pisos del nosocomio, con el riesgo de que contraigan infecciones, además de la contaminación que esto implica.
La falta de una respuesta satisfactoria a sus peticiones llevó a los médicos residentes a suspender sus actividades e instalar una asamblea permanente. Evidencia de lo fundamental que es para el Hospital de la Mujer el trabajo de estos profesionales es que desde el miércoles pasado únicamente las urgencias son admitidas para su atención.
Los quejosos resaltaron que su protesta no es por cuestiones económicas. Tienen una beca de 5 mil pesos quincenales en promedio, "que podría mejorar, pero lo que más nos interesa es nuestra formación".
El pliego petitorio de los residentes incluye, entre otros puntos, el establecimiento de programas académicos para los cuatro grados de la especialidad, un programa de rotaciones en los servicios y para los estudiantes del tercer año la asignación de espacios en la consulta externa.
Se supone que como parte de su formación los residentes deben estar en este servicio bajo la tutoría de un médico de base. En el mismo grado, los residentes deben empezar a realizar cirugías, siempre bajo la vigilancia y supervisión de un médico de base (preceptor). Ninguna de estas dos actividades se llevan a cabo por la desorganización administrativa.
También solicitaron -y al parecer ya obtuvieron- la renuncia del jefe de enseñanza, Fernando Sedeño Cruz, a quien responsabilizan del cúmulo de anomalías. Pidieron se regularice la dotación de uniformes, computadoras para la biblioteca y actualización de la base de datos bibliográfica. Hasta ahora la respuesta del director del hospital, Juan Luis García Benavides, no ha sido satisfactoria, por lo que los inconformes continuarán con el paro de labores.
Plantón en el Instituto Nacional de Pediatría
Por tercera ocasión en menos de un mes, ayer los trabajadores del Instituto Nacional de Pediatría volvieron a manifestarse para exigir la destitución del director, Miguel Angel Rodríguez Weber, quien además de negarse a atender las demandas del personal, ha minimizado las denuncias sobre falta de equipo y abasto de medicamentos, así como la mala calidad de los alimentos que se sirven en el comedor, entre otros.
Algunos médicos denunciaron que los jefes de servicio los están presionando para que firmen un documento en apoyo del director y desprestigiando a los inconformes. Los trabajadores de las diferentes áreas señalaron los problemas que enfrentan por las carencias de infraestructura y el hostigamiento laboral que padecen por manifestar sus puntos de vista.
El personal del instituto exigió a la Secretaría de Salud repuesta a sus peticiones. "Ya es hora que volteen para acá porque la olla exprés está a punto de explotar".