ASTILLERO
Julio Hernández López
De higienes, toboganes y convalecencias
Ana Cristina Fox reluce en el Hola!
PRI y PRD: špobrecitos!
EL DIRIGENTE PANISTA guanajuatense que llamó a no leer diarios por "higiene personal y mental" es todo un especialista en asuntos sucios: en noviembre del año pasado, por ejemplo, aseguró que la corrupción había llegado al interior de su partido, pues sabía que varios distinguidos militantes blanquiazules usaban el dinero del pueblo ("partidas de asesoría social") para comprar votos en procesos electorales internos. Frente a un centenar de panistas reunidos en Irapuato, Leonardo Magallón Arceo, secretario general del Comité Directivo Estatal del PAN, afirmó en aquella ocasión que "desgraciadamente, hemos perdido en gran parte la misión de nuestros fundadores; nos hemos convertido en un tobogán de búsqueda de poder y de búsqueda de votos".
EL HIGIENICO PANISTA continuó describiendo por qué su partido va de bajada: "hemos caído en ese tobogán de búsqueda frenética del poder; hemos ido perdiendo, incluso, la afición de llegar al poder para servir a la ciudadanía y para gestar el bien común, y nos hemos empecinado en buscar los bienes personales, particulares y el poder. Nos ha entrado una enfermedad de poder muy grave, desgraciadamente". Según la nota de Armando Torres Aguirre, publicada en El correo de hoy, de Guanajuato, Magallón Arceo puntualizó que en su partido hay "una gran cantidad de compañeros que han estado en este proceso de corrupción, de comprar votos, de hacer triquiñuelas y transas y de violar la normatividad con tal de alcanzar un cargo de elección".
MAS HUBIERA DICHO el afamado directivo panista, pero de pronto fue informado de que entre sus oyentes había periodistas, por lo que se negó a seguir hablando en tanto no fueran echados de la sala tan molestos personajes. Es el mismo Magallón Arceo que secundó la tesis analfabetizadora del presidente Fox, convocando a no leer periódicos porque sólo tienen noticias "deformativas y no informativas", que sólo atacan la dignidad del presidente Fox y nunca dan cuenta de sus logros. Ayer mismo, ante el revuelo nacional que causaron sus desbarres, quiso hacer alguna pirueta correctiva, diciendo que sus hábitos de higiene lectora lo llevan a consultar nada más un diario nacional y uno local, y que prefiere la comodidad de las noticias por televisión. Eso sí, él, como muchos otros panistas de la Meca sexenal de la reacción en el poder, está listo para participar en las jornadas de oración por la salud del presidente Fox que con gran sentido de oportunidad electoral ha organizado el PAN en Guanajuato.
EN LA OFICINA HERNIAL desde donde ahora despacha (con teléfono rojo y toda la cosa), el presidente Fox se la habría pasado ayer "dormido". No durmiendo, sino "dormido", diría el informativamente adormilante Rodolfo Elizondo, quien de seguro no sabe la diferencia entre participio y gerundio, que lleva, por ejemplo, a que no sea lo mismo estar comido que estar comiendo (eviten las buenas conciencias hacer el ejercicio gramatical con el verbo joder). El guerrero reposa, convaleciente, mientras el mundo gira a velocidades que quedarán impresas en las páginas de la historia mundial. El nombre de México y su presunta definición a favor o en contra de la guerra es materia de especulaciones y regateos internacionales, y la imprecisión mexicana da paso a distintos reacomodos de tácticas y estrategias, una de ellas probablemente la de que Bush acepte, contra todo lo anunciado, que la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre una segunda resolución o alguna otra variante se dé hasta la siguiente semana, y no en el curso de la presente, en la que un indeciso estratégico tendría a su presidente durmiendo en un hospital militar. Salvo que tenga una recaída espectacular, o que sea necesario operarlo de las amígdalas, el presidente Fox deberá estar fuera del nosocomio verde olivo a más tardar el próximo domingo, según las estimaciones médicas, así es que no emergerá del limbo hospitalario cuando ya todo hubiese sido diplomáticamente consumado, como le habría permitido la providencial molestia discal, sino justamente a tiempo para atender las últimas llamadas del jefe Bush y para fijar sin sombra de anestesia la decisión de Estado (quirúrgico) sobre la guerra contra Irak.
MENOS ANGUSTIADA ESTA Ana Cristina Fox, quien se llevó cinco páginas de la edición reciente de la revista española de sociales Hola! con una entrevista en la que reiteró que la familia es lo más importante para ella, y en la que mostró una especie de enfado por las incomodidades que provocan la fama y el éxito. Su vida, dijo Ana Cristina, no es un cuento de hadas, pues "es difícil perder la privacidad, ir con escoltas a todos lados, ser el centro de las miradas". šAch, qué mala onda!, exclama esta columna solidaria que ya no sabe qué hacer con sus guardaespaldas latosos. La hija del presidente Fox posó en Los Pinos para el fotógrafo de Hola! y en algunas tomas fue acompañada de su hermana Paulina.
EN OTRA BANDA (Ƒo cártel?), los pobrecitos priístas están a punto de salir a la calle a pedir, bote en mano, cooperación popular para seguir en la brega política. Víctimas de represión desde el poder, perseguidos por sus ideas (sobre todo las relacionadas con la manera histórica de saquear el erario para sus campañas electorales), mártires desde la oposición, los priístas están a punto de ser crucificados donde duele, es decir, en la cartera. Por ello, el monje cartujo Roberto Madrazo Pintado podría estar a punto de convocar a una colecta abierta que evite que los adalides del partido tricolor sufran la maldición hankista que calificaba de "pobre político" al que era un político pobre. En su dolor, los priístas estarían, sin embargo, intentando llevarse al supuestamente impoluto IFE y a su consejero presidente, José Woldenberg, al que entenderían como instrumento del zedillismo para dar forma de presunta legitimidad al proceso de entrega del poder que Ernesto Zedillo diseñó a favor de Vicente Fox.
LOS PERREDISTAS, POR su parte, podrán pasar su fin de semana a gusto. Tienen ahora como compañero de filas ni más ni menos que a Manuel Camacho Solís, el gran salinista que habría seguido siéndolo si su cuate del alma no lo hubiera hecho a un lado a la hora de designar sucesor; salinista aun después del primer despecho (el del destape de Luis Donaldo Colosio), pues se prestó como oscuro instrumento para la conspiración política contra el sonorense. Ahora, Camacho Solís forma parte de la retacería de ex priísmo de oportunidad (otro ejemplo es Socorro Díaz, especialista en maniobras acomodaticias en nombre del izquierdismo lombardista) con que el sol azteca cree que podrá alumbrar nuevos caminos.
Y HASTA AQUI por esta semana. Si sucede algo grave en el mundo, nadie espere de esta columna orientación ni consejo, pues el tecleador díscolo estará de descanso, aunque sea sin prescripción médica.
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