Con sólo ocho copias llega el último
largometraje de Paco Rabal y Roberto Cobo
El reto de El sueño del caimán
fue que se estrenara: Beto Gómez
La principal dificultad para filmarla fue México,
porque es un país que te agarra a madrazos, dice el director ''Y,
en broma, le dije a Paco 'nada más sales en esta y si quieres te
mueres'''
JUAN JOSE OLIVARES
El sueño del caimán, película
del realizador Beto Gómez, que participó ya en dos festivales
de cine tipo A (Venecia y San Sebastián) y que marcó los
últimos trabajos en largometrajes de iconos del cine español
y mexicano, como Paco Rabal y Roberto Cobo Calambres, se estrenará
este viernes 14 en nuestro país con sólo ocho copias.
Pero
el hecho del estreno con la ridícula cantidad mencionada no le quita
el sueño al cineasta sinaloense, quien en entrevista argumenta:
''Mi ilusión era que se estrenara; fue el reto que le propuse a
la banda (su equipo). Hay que llegar hasta el final. Fue duro desde mi
primer trabajo (El agujero), pero el hecho de verla en una pantalla
grande y estar reunido con la gente que se involucró en el proyecto
es lo mejor. No soy trágico ni les busco complicaciones a las cosas,
finalmente visualizo que esto es como el boxeo, o sea de estar dándote
de madrazos, donde unos la hacen de sparrings, hasta que te van
llegando mejores combates. Es cuestión de aguantar los madrazos,
aguantar y ya vendrán combates donde tirarás tú, ahora
lo importante es que no te tiren, aguantar los 12 rounds".
La cinta, una comedia de 90 minutos rodada en blanco y
negro en México y el País Vasco, es distribuida por Latina
Cinematográfica Macondo y cuenta con las actuaciones de Daniel Guzmán,
Kándido Uranga, Rafael Velasco, Miguel Natividad, Asunción
Balaguer, Patricia Reyes Spíndola y los mencionados Rabal y Cobo.
Su historia se basa en la vida de un vasco que viene a México a
visitar a su padre luego de cometer pequeños delitos en su tierra.
El hombre descubre en México a un padre y un país de contrastes
que le servirá de vehículo para buscar sus sueños.
Dice Beto Gómez: ''Las cintas tienen vida propia
y si me la quitan a la semana y puedo seguir haciendo cine, a lo mejor
en algún momento alguien quiere ver mis cintas y les interesan,
o quieren ver a algunos de los actores que participaron. Fue un largometraje
en el que, pese a las dificultades, aprendí y disfruté; fue
un buen recuerdo a pesar de la carencia. La distribuidora que me está
promoviendo la cinta es pequeña. Es que no hay billete y ya sabes
cómo está la industria en México, hay que estar en
la fila esperando tu turno. Cuando el filme se proyectó en la Muestra
de Guadalajara (donde obtuvo el premio Mayahuel por parte del público),
yo ya había firmado con Latina".
El director explica: ''Luego de Guadalajara surgieron
muchos novios, pero de alguna manera soy como de la vieja guardia:
cuando doy una mano la doy para bien o para mal. No le di más vueltas
a sabiendas de que era una cinta con carencias, pero precisamente la película
tiene eso: no es pretenciosa, es sencilla, cuenta una historia, y así
salió".
Agrega: ''De los novios que surgieron dije a Videocine
¿por qué no empezamos de cero?, y así fue, escribí
una historia y para adelante. Gracias a mis dos anteriores cintas hoy trabajo
con condiciones más aceptables para rodar el nuevo proyecto".
-¿Cuál fue la mayor complicación
para rodar El sueño?
-El país mismo. México es caníbal.
Es un país que adoro, pero es un país que te trata a madrazos,
no sabes por dónde te lloverá. Eso es lo complicado, no encontrar
los apoyos. Hablarles a mil actores que quieren estar en películas,
pero cuando vas y los buscas te mandan a la fregada. Gente que estudió
cine pero cuando ven que la cosa es tan suicida te rechazan porque creen
que perderán su tiempo.
Abunda: ''La gente que se sube al barco es a la que agradezco;
me encanta ver a un actor cuando realmente ama su trabajo, pero en El
sueño del caimán fue frustrante que cuando les hablaba
con la verdad de que no había dinero, o de repente una semana antes
de rodar, los actores empezaron a declinar. Es duro, pero en el momento
que comencé a rodar fue adrenalina pura. No pensé en lo que
no tenía, sino en que lo poco que había era suficiente para
rocanrolear y dar lo mejor".
Pero el cinerrealizador sabe las recompensas. "Fue como
la otra cara, por ejemplo trabajar con dos leyendas vivientes, que por
cierto eran bien sencillos; con otros actores que comienzan es a veces
bien complicado. Con Rabal y Cobo jamás se habló de dinero.
Rabal, quien ya se sabía enfermo, me decía que pagaba por
no filmar, pero cuando me vio a los ojos y las ganas que tenía,
aceptó. Yo le dije en broma: 'nada más sales en ésta,
Paco, y si quieres te mueres', me dijo: 'va, cabrón'. Aunque sabía
que aparecería un minuto me llamaba seguido para decirme que cómo
iba 'nuestra película'".
El sueño... tiene la música de Mastretta,
el guión de Siro Montalbán, la dirección fotográfica
de Héctor Osuna, y fue filmada en 16 y 35 milímetros.
-¿Por qué en blanco y negro?
-Me guié por instinto. Me levanté una mañana
y me dije que la película tendría que ser en blanco y negro;
si a lo mejor es la última pélícula que hago, la haré
como quiera, sin ponerme a pensar qué dirán los críticos.
Fue una cuestión de escuchar al corazón, porque nunca imaginé
hasta dónde llegaría esto; vivo al día y trato de
gozarla. O a lo mejor fue esa fascinación de ver esas películas
en blanco y negro que todos las vivimos de niños.
El sueño del caimán, según
su creador, "es una cinta que envejecerá bien, es una película
atemporal que a lo mejor está poco tiempo en cartelera, pero la
vida la va a tratar bien porque es una película sin pretensiones.
Es una historia con la que te ríes. Habla de gente que tiene todo
por perder en la vida pero no deja de echarle ganas, y es a la gente que
admiro".
-¿Por qué la conexión con el País
Vasco?
-Pudo haber sido un sevillano o no sé. Al llegar
a España hice amistad con muchos vascos, que son muy cerrados hacia
los de afuera, pero si eres mexicano sienten como un enamoramiento hacia
ti, hablan de revolución y del sur, e identifican su causa con la
del mexicano. Los vascos y los mexicanos somos de sangre caliente y soñadores.
De hecho en mi nueva cinta me traigo al mismo actor Kándido Uranga,
que la hará de sinaloense.
Beto Gómez empezará en mayo a rodar su nuevo
filme coproducido por Videocine, Plural y Fidecine, cuyo nombre será
Puños rosas. "Es una historia interesante, con un elenco
integrado por Cecilia Suárez, Isela Vega, Jesús Ochoa y Adal
Ramones, entre otros. Es el enfrentamiento de mexicanos, estadunidenses
y pochos. Es sobre un chico que trabaja en una funeraria donde mueren
todos los pistoleros y matones, que es en realidad el barrio de los pesados
de Matamoros: La Capilla.