José Steinsleger
El informe tramoyista
Con la detención en Pakistán de Khalid Sheik Mohammed (supuesto "número tres" del grupo terrorista Al Qaeda), la persecución de Osama Bin Laden tomó nuevos bríos. La CIA piensa que el fugitivo saudita bien podría estar en las montañas del oeste de Pakistán, mientras que una venezolana residente en Nueva York aseguró que Osama vive en Barinas, pueblo natal del presidente Hugo Chávez...
Según la policía brasileña, Khalid visitó Brasil en 1995 y estuvo 20 días en Foz do Iguaçu, ciudad que colinda con Puerto Iguazú (Argentina) y Ciudad del Este (Paraguay). Por tanto, es posible que tras su visita a la "triple frontera", Khalid haya viajado a Buenos Aires con el fin de supervisar la construcción de la mezquita de Palermo, diseñada por un equipo de arquitectos del grupo económico que controla la familia de Bin Laden, y gracias a una polémica donación de terrenos hecha por el ex presidente Carlos Menem al reino de Arabia Saudita.
ƑQué vincula lo uno con lo otro? En asuntos de comunicación, la doctrina de guerra preventiva y permanente, sin límites en el tiempo y el espacio, requiere no sólo de recursos económicos ilimitados sino también de "analistas" que haciendo uso de medias verdades y medias mentiras, como en los párrafos precedentes, retuercen la información en direcciones previamente inducidas con los dueños del poder mediático y político.
Por ejemplo, un cable de la agencia de noticias alemana DPA, fechado en Quito el 10 de marzo pasado, informa que las policías de siete países latinoamericanos decidieron crear la "Unidad de Control del Terrorismo" (UCT). La primera misión de la UCT sería "... el intercambio, sobre todo en temas relacionados con las organizaciones y los militantes radicales y el tráfico de armas y explosivos".
Simultáneamente, y como si hubiese tenido un cable directo de comunicación con el encuentro referido, Andrés Oppenheimer escribía en el Miami Herald acerca de un asunto que en principio poco tenía que ver con lo tratado en Ecuador: "Estados Unidos y las áreas sin ley" (Reforma, 10 de marzo).
Recordando la reunión de ministros de Defensa en Santiago de Chile (noviembre de 2002), Oppenheimer destaca que el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, se refirió a una nueva amenaza para la "seguridad hemisférica": la proliferación de "espacios" sin gobierno o "áreas sin ley" en la región.
"Hoy en día, la gran amenaza no es la fuerza militar de un país, sino el terrorista, el narcotraficante y el traficante de armas", le habría manifestado por teléfono el general James T. Hill, jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Oppenheimer gasta un chingo en llamadas de larga distancia).
Cierto, mas no original. Las "áreas sin ley" (flamante muletilla que la claque política latinoamericana irá poco a poco incorporando de aquí en más) son regiones perfectamente delimitadas en la cartografía de los estados nacionales: las ciudades de la "triple frontera" pertenecen a los tres países referidos más arriba; el "corredor" Tabatinga-Leticia a Brasil y Colombia; la "zona" de Lago Agrio a Ecuador y la selva de Darién se comparte entre Colombia y Panamá.
En realidad, tales regiones corresponden a las que el Pentágono tiene consideradas para su esquema de intervencionismo militar en América del Sur, donde estarían "... proliferando narcoterroristas y grupos criminales de todo tipo..."
ƑCómo se enlaza la reunión policial de Quito con el artículo de Oppenheimer? Uno de los jefes policiales declaró que hubo "... un gran ausente", Estados Unidos. Pero en el artículo de marras, Oppenheimer hizo suya una idea "realista" (sic) presentada en la Conferencia de Seguridad de Miami de principios del corriente por el analista militar argentino Julio A. Cirino, quien propuso que los países latinoamericanos formen fuerzas de seguridad subregionales para combatir el crimen en las áreas fronterizas, "... sin la participación de Estados Unidos" (šUy!... ƑA poco van a dejar fuera a los gringos?).
Mientras tanto, en la cárcel El Renacer, de Panamá, los terroristas Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón (agentes de la CIA y con siniestras hojas de vida que pueden consultarse fácilmente en el buscador Google de Internet) hacían declaraciones sobre su "inocencia", exhibiendo una imagen noble y pacífica.
El diario panameño La Prensa se hizo eco de la declaración de Joaquín Chaffardet, el abogado que defiende a Posada Carriles ante las autoridades venezolanas, asegurando que el caso era una conspiración entre Fidel Castro y Hugo Chávez, que intentan -según dijo- presentar a su cliente como un "Bin Laden tropical". Pero nada de esto fue registrado por el macartista "Informe Oppenheimer", cuyo autor se adhiere con frenesí a la idea de una conspiración terrorista internacional contra el país más libre y próspero de la tierra.