VIENTOS DE GUERRA
Un voto a favor significaría dar carta blanca a los halcones yanquis, advierte el filósofo
''šNo a la guerra!'', mandato del pueblo a Fox: Sánchez Vázquez
La abstención en el Consejo de Seguridad sería un acto cobarde que favorecería la opción bélica
KARINA AVILES
Las presiones de Estados Unidos sobre gobiernos como el mexicano buscan que éstos desoigan el mandato de sus pueblos, aseveró el profesor emérito Adolfo Sánchez Vázquez, quien planteó los significados del papel de México de cara a la posible guerra: un voto a favor, al igual que ''los vasallos Blair y Aznar'', significaría dar ''carta blanca a los halcones yanquis''; una abstención ''cobarde'' sería favorecer la opción bélica y encubrir una supuesta ''neutralidad'' ante el crimen, la indignidad y la injusticia, y un voto a favor de la paz representaría el apego a los principios de la Constitución y al verdadero interés nacional.
El ''šno a la guerra!'' es un mandato de nuestro pueblo al gobierno de Vicente Fox para que lo atienda a la hora de votar en el Consejo de Seguridad, pues sólo obedeciéndolo ''podrá ser fiel a los principios consagrados en la Constitución y al verdadero interés nacional''. Para el gobierno mexicano, añadió, ''no hay más opción que la de la paz''.
Rotunda condena al belicismo
Los profesores eméritos de la Facultad de Filosofía y Letras, Juliana González Valenzuela, Leopoldo Zea, Sergio Fernández, Luis Villoro y Adolfo Sánchez Vázquez expresaron una rotunda condena a las pretensiones de Estados Unidos de atacar Irak; desentrañaron el verdadero objetivo de dominio mundial de aquel gobierno, así como las mentiras y falacias de las que se ha valido para pretender llevar al mundo a la guerra. Pero también demandaron al gobierno foxista asuma los principios establecidos en la Carta Magna, respete la autodeterminación de los pueblos y escuche el grito de los mexicanos que le demandan estar en contra de la guerra. La exposición del filósofo Sánchez Vázquez servirá de referencia para una carta que la comunidad de esa facultad enviará al Ejecutivo federal.
En un Aula Magna a reventar, Adolfo Sánchez Vázquez expresó que las voces que arguyen que habría que ''votar de acuerdo a nuestros intereses'' ante los costos que traería al país contrariar el belicismo del vecino del norte, entienden el interés nacional en un sentido estrecho, pragmático y con un ''tufillo empresarial''.
Pero nada más falso que esta supuesta contradicción entre principios e intereses nacionales, explicó. ''Unos y otros convergen necesariamente cuando se trata de asegurar la soberanía, la propiedad nacional sobre los recursos energéticos, las libertades y los derechos humanos.''
El filósofo, quien habló del compromiso ''que tenemos como seres humanos, como mexicanos y como universitarios'', no sólo de rechazar la guerra sino de pronunciarse con las armas de la razón para contribuir a ampliar las acciones contra el belicismo, desentrañó el tejido de ''falacias, mentiras, engaños y supercherías'' con que Estados Unidos pretende justificarla.
Primero, explicó, se presentó como una batalla contra el terrorismo a partir de los lamentables hechos del 11 de septiembre de 2001. En dicha batalla se invocó al bien contra el eje del mal, en el que desde el principio estuvo Irak. La alianza del ''satanizado Saddam Hussein que, ciertamente, no es un ángel'', con los terroristas de Al Qaeda no se ha podido demostrar. Pero ''sabemos que probar o demostrar'' acusaciones ''no es algo que interese a los halcones estadunidenses en su pregonada batalla contra el terrorismo universal''.
Más adelante, Sánchez Vázquez manifestó que esta supuesta batalla contra el terrorismo ''no es sino la aplicación de métodos terroristas a una escala masiva para alcanzar, no los fines que se proclaman, sino otros indefendibles y, por ello, inconfesables''.
También enfatizó que muchos tiranos como Hussein, Franco y Pinochet no sólo contaron con el apoyo sino con las armas estadunidenses, y cuestionó por qué se exige el desarme atómico a un país ''que sólo hipotéticamente dispone de ese armamento'' y no a naciones que sí disponen efectivamente del mismo, como Estados Unidos, Israel o Pakistán.
Por su parte, Juliana González Valenzuela evocó algunas de las enseñanzas del maestro Eduardo Nicol, quien dijo que la guerra no terminará sino cuando se aplaque la ferocidad de los que mandan y que ''el amor ha sido arrumbado como trasto viejo en esta vida tan furiosamente interesada''.
La maestra emérita expuso que la existencia de la más antigua ciudad del continente americano, recién dada a conocer al mundo en el sitio llamado Caral, en Perú, al decir de los arqueólogos destaca por ser muestra de que la civilización puede surgir de la paz y no de la guerra. ''Y si en general ni la guerra ni la violencia ni la pena de muerte se justifican éticamente, menos aún se justifica esta guerra con que se quiere perpetuar el estado de violencia, muerte y dominación. Esta guerra responde a esa doctrina de la catástrofe previa y a la operación de limpieza completa de que habla Nicol; esta guerra que a los ojos del mundo se exhibe en toda su irracionalidad.''
En su turno, Leopoldo Zea consideró que el presidente Bush lo que busca es ''difundir el miedo en una guerra que no es guerra'' y, por ello, lo que pretende es ''espantar'' mediante ''una manipulación asquerosa''. Se trata, apuntó, ''de un juego sucio de la llamada guerra fría''. Destacó que todos los países con armas se tienen que desarmar, y antes que nadie, Estados Unidos.
Por su parte, Sergio Fernández, al igual que sus compañeros eméritos, dijo que lo que persigue Estados Unidos en su atormentada existencia es el dinero, el petróleo. Por otro lado preguntó: ''ƑCómo educar a un gobernante (Fox) que no queda bien ni con Dios ni con el demonio?''
El director de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco, leyó un pequeño mensaje enviado por el profesor emérito Luis Villoro, en el que éste destacó lo absurdo de pretender un desarme efectivo mediante la opción bélica que sólo produciría una escalada de violencia, y lo inadmisible de que Estados Unidos se erija en juez y guardián de la seguridad internacional.