Piqueteros obstruyen puente, en homenaje a dos jóvenes asesinados por agentes

Reprime la policía argentina a miembros del grupo ultraizquierdista Quebracho

Repudian líderes acuerdo humanitario con Washington que permitiría enviar tropas a Bagdad

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 26 de febrero. Nuevos episodios de represión se vivieron este miércoles en los alrededores de los tribunales de la zona porteña de Retiro, cuando la policía usó balas de goma y gases lacrimógenos contra simpatizantes de la organización Quebracho que protestaban por el comienzo del juicio a cuatro de sus dirigentes, acusados de "instigación a la violencia".

Además, cientos de piqueteros (desocupados) de la Coordinadora Aníbal Verón cortaron el puente Pueyrredón que une la capital con la provincia de Buenos Aires, en homenaje a los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, asesinados el 26 de junio pasado durante otra violenta represión de los agentes, muchos de los cuales actuaron vestidos de civil e infiltrados.

Hoy los piqueteros se presentaron sin pa-ñuelos cubriendo sus rostros, en desafío ante la campaña contra esos movimientos que promueven algunos medios y servicios de inteligencia, y decidieron regresar hacia la estación de Avellaneda, donde cayeron entonces los jóvenes.

Evitaron así un posible enfrentamiento con fuerzas policiales que los esperaban preparados como para una guerra.

Otros grupos eludieron el cerco y marcharon hacia la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, donde se les unieron otras organizaciones sociales y políticas para protestar frente a la municipalidad de esta capital por la fuerte represión, ayer, durante el intento de desalojo de unas 40 familias sin techo de un edificio que antes fuera del Patronato de la Infancia.

Hubo momentos de tensión este día y un fuerte despliegue policial que indica un evidente cambio en la actitud oficial.

La policía avanzó a balazos para impedir la quema de una llanta con que el grupo de militantes de Quebracho, organización de ultraizquierda, intentaba cortar la calle y llamar la atención de la prensa denunciando el juicio contra sus dirigentes, "mientras la impunidad por crímenes de lesa humanidad reina en el país".

Los dirigentes de Quebracho acusaron que este juicio es producto de una acción de inteligencia del ex ministro Carlos Corach, quien habría utilizado a grupos infiltrados para originar graves incidentes en la ciudad de La Plata durante los hechos por los que se les juzga, ocurridos en la década pasada.

Nuevamente, como ayer, fotógrafos y ca-marógrafos fueron alcanzados por la furia policial, lo que provocó la protesta de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires y otras entidades.

El martes anterior dos camarógrafos re-sultaron seriamente heridos cuando filmaban la represión en el interior del edificio del Patronato de la Infancia, y además los policías arrebataron sus cámaras a otros y velaron rollos de fotografías.

Según informes periciales, el edificio es-tá a punto de derrumbarse, pero eso no justifica el operativo policial, señalaron organizaciones sociales.

Trabajadores repudian la violencia

La Central de Trabajadores Argentinos, por su parte, manifestó su repudio a la represión y responsabilizó al intendente de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, y a sus funcionarios por "la violencia ejercida mediante las fuerzas de seguridad".

Las consecuencias de esta represión "son un muestra incontrastable de cómo se aplican las políticas represivas sobre los sectores populares", sostiene el documento de la central sindical, que destaca que entre los los 52 detenidos hubo nueve menores.

Pero la campaña de los medios de comunicación y sectores de inteligencia no cede, pues alertan sobre supuestas acciones de los "sediciosos", en los que incluyen a los pi-queteros, a las asambleas de barrio y otras organizaciones sociales, en informes que sugieren una especie de revuelta con "intentos de toma del poder", según dicen estos informes por correo electrónico.

Similares advertencias circulaban poco antes de la represión del 26 de junio del 2002, que culminó con el asesinato de los dos jóvenes.

Mientras, la prensa habla de inquietud de los empresarios de los grupos económicos más poderosos sobre la "ingobernabilidad" del país, cuando faltan dos meses para elecciones en las cuales aún no hay campaña.

Justamente el ex presidente Carlos Me-nem, precandidato peronista y considerado uno de los responsables de la actual situación de crisis que vive el país sudamericano, ya promete recuperar la "gobernabilidad" de Argentina.

En un artículo de opinión publicado en el diario Clarín, el ex mandatario sostiene que el país debe volver a una "sólida alianza es-tratégica con Estados Unidos", como cuando bajo su gestión el canciller definía esas relaciones como "carnales".

Menem es uno de los tres precandidatos peronistas a la presidencia, mientras que Elisa Carrió, candidata por la opositora Al-ternativa para una República de Iguales, presentó hoy como compañero de fórmula al diputado Gustavo Gutiérrez.

Ambos encabezaron una investigación sobre lavado de dinero y fuga de capitales en la que están involucrados conocidos em-presarios, políticos y gente famosa.

Mientras, diversos dirigentes políticos, sociales y sindicales enviaron una carta al canciller Carlos Ruckauf exigiendo la publicación de la lista que "bajo el compromiso de ayuda humanitaria" Ar-gentina presentó en Washington en el caso de guerra de Estados Unidos contra Irak.

"De acuerdo con lo publicado en medios gráficos de nuestro país, dicha lista comprendería el envío de fuerzas militares que por sus características exceden palmariamente las correspondientes a una ayuda hu-manitaria", dice la carta.

Asimismo, existe otro frente de debates ante la insistencia argentina de acusar al gobierno de Irán -sin pruebas suficientes- del cruento atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, en 1994, mientras causó sorpresa un informe televisivo sobre otro ataque contra la comunidad judía el 17 de marzo de 1992, cuando fue destruida la embajada de Israel dejando casi una treintena de muertos.

Según esto, dos años después del atentado el entonces embajador de Israel, Ithzak Avirán, vendió el terreno cuando todavía la justicia investigaba los hechos.

El lugar fue ofrecido por una inmobiliaria al constructor León Wasserman para edificar un hotel, lo que le impresionó pues familiares de los muertos piensan que ese es un lugar ideal para levantar un monumento a las víctimas.