Se investigará si hubo violaciones a
la ley, informa el ministro de Gobernación
Excomulgan a padres y médicos que practicaron
aborto a niña en Nicaragua
La vida de la menor corría riesgo con cualquier
decisión: dictamen de una junta médica
AFP
Managua, 22 de febrero. La Iglesia Católica
de Nicaragua excomulgó a los padres, médicos y grupos feministas
que participaron en el aborto de una niña embarazada de nueve años,
mientras que el gobierno anunció la apertura de una investigación
contra los involucrados, informaron este sábado fuentes oficiales.
"Se investigará bajo qué circunstancias
se practicó este aborto, para ver si hubo violación a la
ley", advirtió el ministro nicaragüense de Gobernación,
Arturo Harding.
De acuerdo con el funcionario, la investigación
incluirá la clínica privada de Managua donde la víspera
se le practicó el aborto a la menor -cuyo nombre y ubicación
es celosamente reservado por los padres-, así como a su abogado
y tres activistas de la Red de Mujeres contra la Violencia, organización
que asumió la representación de los padres de la niña.
La
menor, quien tenía 15 semanas de gestación, había
quedado embarazada producto de una violación en Costa Rica, a donde
sus padres habían emigrado hace ocho años en busca una mejor
vida.
La niña fue sometida el viernes a un aborto terapéutico
en un centro privado de la capital, luego de que las autoridades del Ministerio
de Salud se negaron a interrumpir el embarazo, alegando que la niña
estaba en condiciones físicas de dar a luz.
El aborto se realizó con el consentimiento de los
progenitores, quienes se basaron en el artículo 165 del Código
Penal de Nicaragua, el cual establece que "el aborto terapéutico
será determinado científicamente con la intervención
de tres facultativos (médicos), por lo menos, y el consentimiento
del cónyuge o pariente más cercano a la mujer para fines
legales".
La ministra de Salud, Lucía Salvo, dijo: "nuestra
misión es salvar vidas (...) el aborto sólo se da cuando
está en peligro la madre, pero la condición física
de la niña era estable, al menos hasta el día en que los
padres la sacaron de nuestro hospital, el martes pasado", y agregó
que no había consentimiento de las autoridades de Salud para practicar
el aborto.
Por su parte, la Iglesia Católica nicaragüense
condenó el aborto, lo calificó de "crimen" y pidió
que se castigue a los responsables, para "que en Nicaragua no siga reinando
la cultura de la muerte.
"Hacemos un llamado a que se defienda la vida. El gobierno
y personas que correspondan deben ser firmes (...) vamos a ver si en realidad
los dirigentes del gobierno y las instituciones están en favor de
la vida o de la muerte", demandó el obispo auxiliar de Managua,
Jorge Solórzano.
El obispo dijo a las organizaciones feministas que la
Iglesia se "acercará a ellas para manifestarles que existía
la posibilidad de salvar las dos vidas", y confirmó públicamente
que los padres, médicos y feministas que participaron en el aborto
están "excomulgados", decisión que se tomó basándose
en el Código Canónico.
Abogados consultados por la prensa local advirtieron que
los padres y los médicos que practicaron el aborto de foma clandestina
podrían ser acusados criminalmente por actuar sin la aprobación
de una junta médica autorizada.
No obstante, una junta médica que estudió
el caso dictaminó que la vida de la menor corría peligro
tanto si se le practicaba el aborto como si continuaba con su embarazo,
por lo que dejó la decisión en manos de los padres y no dejó
clara la posición gubernamental.
La asesora jurídica de La Red de Mujeres contra
la Violencia, Juanita Jiménez, dijo que están listas para
responder a "cualquier recurso que puedan interponer (en su contra) los
sectores oscurantistas, que lejos de atender una situación sumamente
complicada para una menor y su familia, se limitaron a poner en riesgo
su vida".