Religiosos de México y CA piden proteger a migrantes
El ALCA agravaría la brecha entre ricos y pobres: obispos
JOSE ANTONIO ROMAN
Los obispos católicos de México y Centroamérica expresaron su "grave preocupación" por las consecuencias sociales que puede originar el Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y el Plan Puebla-Panamá, pues bajo el actual modelo económico "en todos los países de la región" se ha constatado la creciente brecha entre ricos y pobres, pese a la creciente riqueza global.
En una declaración conjunta, resultado de una reunión de dos días, los responsables nacionales de la Pastoral de Movilidad Humana de las conferencias episcopales de Centroamérica y México exigieron a los gobiernos de la región un trato generoso, justo y humano para todos los migrantes y que las políticas de tránsito de personas no fomenten actitudes xenófobas o racistas, de tal forma que protejan sus derechos y dignidad humana.
Convocada por el Consejo del Episcopado Latinoamericano, durante la reunión -realizada en Costa Rica el pasado fin de semana- se analizó la realidad social y religiosa que viven los países de la región, con el objetivo de buscar respuestas, particularmente con relación al fenómeno de la migración de quienes se ven forzados a dejar su lugar de origen y sus familias en busca de mejores oportunidades de vida.
Además de las palabras de aliento expresadas a los migrantes en la declaración final del encuentro, misma que fue dada a conocer ayer por el Episcopado Mexicano, los obispos de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador y México expresaron su preocupación respecto a las causas que continúan provocando este fenómeno masivo hacia Estados Unidos, México y algunos países de Centroamérica.
"En todos las naciones de la región constatamos la creciente brecha entre ricos y pobres, a pesar de la riqueza global; el deterioro de los valores, particularmente el de la familia; aumento de la corrupción, impunidad, violencia e inseguridad social. Pedimos a las autoridades responsables una política migratoria con rostro humano, que contribuya a la regularización de los indocumentados y el respeto a sus derechos", dice la declaración episcopal fechada en Ciudad Quesada, diócesis costarricense.
En el texto, los obispos de la región recuerdan el mensaje del papa Juan Pablo II con motivo de la Jornada Mundial de los Emigrantes y Refugiados de 2003, en el que señala que la "emigración se ha convertido en un fenómeno global".
Los obispos de la región señalan que como agentes de pastoral migratoria manifiestan su solidaridad con quienes viven esta realidad y les reiteran a los migrantes su compromiso para que sean reconocidos sus derechos, dignidad y seguridad.
En representación de los obispos y agentes de pastoral de Movilidad Humana que participaron en el encuentro, el documento lo suscribieron Angel San Casimiro Fernández, obispo anfitrión de Ciudad Quesada; Renato Ascencio León, de Ciudad Juárez, México, y Bernhard Hombach, de Juigalpa, Nicaragua.