Bush y Chirac llaman a prohibir totalmente esta
práctica con fines reproductivos
Escepticismo y condena genera el anuncio de clonación
humana
Expertos piden a los raelianos como prueba el mapa genético
de la niña y su madre
AGENCIAS
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presionará
al Congreso para que vote un proyecto de ley que prohíba todo tipo
de clonación humana, señaló este viernes la Casa Blanca,
horas después de que la secta de los raelianos anunciara el nacimiento
del primer bebé clonado.
La
noticia de que la empresa Clonaid logró crear el primer ser humano
por clonación fue tomada con excepticismo por científicos
de todo el mundo, quienes consideraron que el anuncio realizado es un engaño.
Pero en tanto se comprueba si es verdad o no, la comunidad
internacional se muestra ya dividida acerca de la adopción de una
convención destinada a prohibir la clonación humana con fines
reproductivos.
En la Casa Blanca, la vocera Blanca Scott McClellan, dijo
que el presidente George W. Bush está profundamente preocupado por
los intentos de clonar seres humanos y quiere que el Congreso prohíba
esta práctica. El mandatario opina, como la mayoría de los
estadunidenses, que la clonación humana es profundamente problemática
y apoya totalmente la ley que la proscriba, agregó.
En París, el presidente Jaques Chirac hizo un llamado
a la comunidad internacional para prohibir en todo el mundo la clonación,
a la que calificó como "práctica criminal."
"Todos los países deberían sumarse a la
propuesta que hicieron Francia y Alemania al respecto", dijo Chirac. En
agosto de 2001 los dos países presentaron en Naciones Unidas un
borrador de convención para la prohibición de la clonación
de seres humanos con fines reproductivos, sobre el cual la comunidad internacional
aún no llega a un acuerdo.
A la posición de Estados Unidos y Francia se sumó
el gobierno español, quien en voz de la ministra de Sanidad y Consumo,
Ana Pastor, reiteró su oposición a la clonación humana
y recordó que la Conferencia Internacional sobre Biotecnología,
celebrada en Oviedo en 1997, se pronunció en contra de la misma.
Mientras algunos gobiernos fijaron su postura respecto
al anuncio de la secta estadunidense, el ginecólogo italiano Severino
Antinori -quien había asegurado que participaba en un proyecto de
clonación humana-, consideró que la noticia del nacimiento
del primer bebé clonado no es "científicamente creíble
y sólo crea confusión".
Señaló además, que el año
pasado se reunió en una conferencia médica con la directora
científica de la secta, Brigitte Boisselier, y ésta le pidió
que le explicara qué es la clonación. Según el galeno
italiano, la integrante de la empresa Clonaid le dijo que los anuncios
sobre humanos clonados solamente son acontecimientos mediáticos
con fines publicitarios.
Antinori, calificó como "extravagantes" las ideas
religiosas de los raelianos, según las cuales la humanidad fue creada
por seres extraterrestres. "Esa es una idea que va más allá
de mi pensamiento científico", subrayó. El médico
no quiso dar ninguna información sobre su proyecto, pues esto, aseguró,
"no es una competencia."
En tanto, la Asociación de Científicos Alemanes
dijo que no cree en el nacimiento de un bebé clonado. La vocera
del organismo, Eva María Streier, declaró: "no creemos en
eso, pero si fuera el caso sería completamente irresponsable".
El
biofísico francés Henri Atlan, fue más directo en
sus criticas, al señalar que el anuncio del nacimiento del presunto
primer bebé clonado es "un engaño". Pero si no fuera así
estaríamos sencillamente ante una actividad criminal. Dado el estado
actual de la investigación con clonaciones en animales, aplicarla
a humanos es una violación de todas las leyes sobre experimentación
con personas, refirió.
De acuerdo con el científico, la técnica
de clonación aún está inacabada y llevaría
a las mujeres afectadas a numerosos abortos y anomalías en los fetos.
Ningún consejo ético del mundo autorizaría en estas
condiciones dar el paso de la experimentación animal a la humana,
puntualizó.
Mientras, el genetista francés Axel Kahn dijo que
no existe ninguna prueba de que ese bebé haya sido clonado, e incluso
señaló que la técnica no funciona ni en los monos.
Para saber si realmente existió la clonación se debe hacer
el mapa genético del recién nacido y de la persona de la
cual se obtuvo el material genético, explicó.
Las bases para la eventual clonación de seres humanos
fueron sentadas por científicos dirigidos por el escocés
Ian Wilmut, que clonó a la oveja Dolly en 1997. Con este avance,
Wilmut introdujo un nuevo paradigma biológico: la programación
de una célula adulta a su estado embrional para dar vida a un nuevo
mamífero.