Invierno de hambruna en Norcorea
El suministro de petróleo extranjero a Corea del Norte ha sido suspendido en represalia porque el país continuó en secreto su programa de producción de uranio enriquecido, lo que viola un acuerdo firmado en 1994 con Estados Unidos. De ese combustible depende buena parte del servicio de electricidad, y se vuelve incierta la distribución de cientos de miles de toneladas de alimentos que debían distribuirse entre la población del país, que asciende a 23 millones de personas.
La mitad de los niños norcoreanos menores de cinco años sufren desnutrición crónica, y 4 millones en edad escolar padecen ya atrofia mental o física por hambre. Durante los años 90 murieron cientos de miles de norcoreanos por la hambruna, y se teme que la actual confrontación de Pyongyang con Washington y las potencias occidentales lleve al país a una situación similar.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha denunciado también una caída sin precedentes en los donativos extranjeros de comestibles, que observadores atribuyen a que Washington ha impuesto por primera vez condiciones para hacer contribuciones al programa contra el hambre, y sostienen que muchos países temen que se les critique por donar alimentos a un gobierno que es considerado "hostil" por Estados Unidos. Algunos opinan también que Washington quiere usar el hambre como arma de presión política contra Pyongyang, aunque funcionarios estadunidenses lo nieguen.
THE INDEPENDENT