Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 28 de diciembre de 2002
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Política

Espero que no sea una tomada de pelo, dice el líder del CAP

Vigente, plan de movilizaciones hasta que se suscriba el acuerdo de apoyo al campo

GEORGINA SALDIERNA

Dirigentes de organizaciones campesinas consideraron como una señal importante la decisión gubernamental de sentarse a dialogar sobre la creación de un acuerdo nacional para la defensa del agro. "Sólo espero que ésta no sea una tomada de pelo", puntualizó Alvaro López, integrante del Congreso Agrario Permanente (CAP) y líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

Advirtió que el programa de movilizaciones previsto a partir del primero de enero sigue vigente, hasta que no "veamos con claridad" si el gobierno realmente está dispuesto a suscribir un acuerdo para apoyar al campo de cara a la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio.

Consideró importante el anuncio que hicieron las secretarías de Economía y de Agricultura de aceptar la propuesta del CAP para construir el citado acuerdo. "El comunicado conjunto que dieron a conocer el jueves demuestra voluntad para avanzar, pero vamos a esperar la reunión que se realizará el próximo lunes con autoridades de las dos dependencias para ver si realmente se puede caminar hacia este pacto", subrayó.

Esperamos que el gobierno esté planteándose con seriedad construir un acuerdo de "a de veras, que vaya más allá del blindaje de saliva que ofrecieron en agosto", agregó Alvaro López.

Recordó que el propio tratado contempla establecer acciones complementarias y la imposición de salvaguardas en algunos casos, por lo que el gobierno mexicano no tiene por qué renunciar a utilizar esos instrumentos.

Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón, demandó que el acuerdo que se construya sea sustancial y obligue al gobierno a no renunciar a su derecho de operar el sistema de salvaguardas. Un pacto que realmente proteja a los productores debe incluir la reducción en los costos de producción; la distribución equitativa del presupuesto y la posibilidad de que los trabajadores del campo logren capitalizarse.

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