VENTANAS
Eduardo Galeano
La cerveza
ESTE DORADO ELIXIR da consuelo a las desventuras
de la vida, pero conduce a la perdición. A la perdición de
los caracoles.
Cuando oscurece, ellos salen de sus escondrijos y a ritmo
de caracol avanzan dispuestos a devorar la carne verde de las plantas.
En medio de la huerta, un vaso de cerveza monta guardia.
Llamados por el aroma de su bebida predilecta, los caracoles trepan a lo
alto del vaso. Desde el filo del abismo, se asoman a la sabrosa espuma
y cuesta abajo resbalan, dejándose caer. Y en la mar de cerveza,
borrachitos, mueren ahogados.