"Muy arriesgada, la fundación de una escuela con estas ideas", dictaminó la SEP

Niega la Federación recursos a la Universidad Autónoma Indígena

Bajo un esquema innovador atiende a 800 jóvenes de 26 etnias Quieren mantener su cultura y costumbres mientras se convierten en profesionistas, técnicos o artistas

ANDREA BECERRIL ENVIADA

Mochicahui, El Fuerte, Sin. "šHay una conspiración contra los indios de este país!, no se quiere reabrir las puertas del Colegio de Tlatelolco a las etnias", advierte el rector de la Universidad Autónoma Indígena de México, (UAIM), Jesús Angel Ochoa Zazueta.

La afirmación se basa en la negativa de las autoridades federales para financiar la UAIM, creada hace casi un año. Allí estudian y viven gratuitamente, bajo un esquema educativo innovador, 800 jóvenes de 26 etnias, que quieren mantener su cultura y costumbres al tiempo que se convierten en profesionistas, técnicos o artistas.

"Quiero seguir bailando la Guelaguetza en el ritmo sorprendente del jarabe mixteco, pero también quiero ir a la luna", expresó Carmen Octaviano, indígena oaxaqueña ante el presidente Vicente Fox el pasado 17 de abril, cuando el jefe del Ejecutivo estuvo aquí, bajo la enramada tradicional de los yoreme mayo, los indígenas de esta región noroeste del país.

Fox prometió respaldar el proyecto. La Secretaría de Educación Pública (SEP) también se comprometió a otorgar recursos a la UAIM, pero una evaluación posterior determinó que es "muy riesgoso la fundación de una universidad con estas ideas" y decidió que no es recomendable apoyarla. Paralelamente, la prensa de derecha en Sinaloa ha emprendido una campaña de desprestigio contra la institución.

Por ello, el rector Ochoa Zazueta, en plática en la enramada -el centro ceremonial al aire libre de los yoreme- habla de un complot, y advierte que pese a que la UAIM tiene "proyecto y respuesta específica a los reclamos de los pueblos indios y es el camino correcto hacia su autonomía y soberanía", en México no se quiere abrir de nuevo las puertas del Colegio de Tlatelolco.

Es decir, advierte, así como los conquistadores españoles acabaron con el Calmécac, la primera universidad indígena que operaba en la sociedad mexica del altiplano y después, en la época de la Colonia, cerraron el Colegio de Tlatelolco, donde los indios produjeron "brillantísimos ensayos en náhuatl y español", ahora hay intentos por frenar la UAIM, que sobrevive con los 8 millones que le destina el gobierno de Sinaloa y apoyos de la sociedad civil.

La responsable de la Oficina para la Atención de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, estuvo en Mochicahui en abril y ofreció 4 millones de pesos para apoyar el financiamiento del trimestre septiembre-diciembre, pero los recursos hasta la semana pasada no habían llegado.

Pero el rector no está solo. Además de la decisión del gobernador Juan Millán Lizárraga de apoyar a la UAIM, cuenta con 800 jóvenes indígenas dispuestos a defender su universidad. Los alumnos, que en este proyecto educativo se llaman titulares académicos, se trasladaron a principios de noviembre a Culiacán y realizaron un plantón afuera de la delegación de Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), "para exigir que nos manden los 4 millones de pesos que prometió Xóchitl Gálvez", según comenta Saulo Moroyoqui, indígena del sur de Sonora, de la etnia mayo yoreme.

Originario del otro extremo del país, Lorenzo Gómez, desplazado del norte de Chiapas, que tuvo que dejar su comunidad en Tila, junto con su familia, comenta: "Con mi familia fuimos víctimas de matanzas, por eso me siento muy agradecido con esta universidad y me enojo ahora, porque en el gobierno hablan de apoyo para los pobres, para los indígenas, pero no hacen nada".

Otro chiapaneco, el chol Mateo Díaz López, agrega: "En mi tierra no podía estudiar, no hay dinero. Acá tenemos una educación que nos permite hacer muchas cosas, sin importar religión, lengua; aquí nos sentimos libres". Realmente se les ve satisfechos, hablando en sus propias lenguas.

Acompañado por otras autoridades de la UAIM y por Joaquín Vega, funcionario del gobierno estatal, el rector Ochoa Zazueta muestra las instalaciones de lo que pretende sea una "ciudad universitaria indígena" en un futuro cercano. Etnólogo y antropólogo, explica que trabaja desde hace 18 años en el proyecto de una universidad para los indios de este país y de Latinoamérica, que se concretó hace casi un año, el 5 de diciembre de 2001, al crearse el organismo por decreto del Congreso del Estado de Sinaloa.

Se eligió Mochicahui, en el municipio de El Fuerte -cerca de Los Mochis-, porque es el corazón de la cultura zuaque y un lugar muy visitado por los otros grupos étnicos de la región, sobre todo los yaquis y los yoreme mayo del sur de Sonora. Además, de que fueron recibidos "con los brazos abiertos por los indígenas sinaloenses", los mestizos los apoyaron en la compra de fincas y en la planeación universitaria.

Se trata, explica con vehemencia, "de un proyecto único en el mundo, de una propuesta sociointercultural única", una universidad sin aulas ni pizarrones ni maestros, basada en el aprendizaje y no en la enseñanza. Los alumnos, o titulares académicos, como se les llama aquí, disponen de computadoras, conectadas a Internet, donde están las temáticas de cada asignatura y los apoyos bibliográficos. Tienen además el auxilio de clarificadores o tutores, "que andan detrás de ellos, fincando su relación con el conocimiento".

Se está diseñando "una universidad para 3 mil alumnos en las seis áreas que recomienda la SEP", se imparten 11 carreras profesionales entre ellas la de abogado, médico, etnosicólogo y periodista. "Todos los exámenes, desde el primer trimestre son en inglés, "porque sabemos que ellos, que son bilingües, deberán ahora ser trilingües para poder competir con dignidad y aspirar a maestrías y doctorados en universidades del extranjero".

Uno de los lemas de ese plantel es "por una sociedad sin reprobados", que encierra una filosofía y busca fortalecer la autoestima de los jóvenes indígenas, que desde un principio deben aprender a escribir ensayos y todo tipo de escritos, hasta concluir con la tesis. Tres alumnos mayos acaban de regresar de un congreso de sociología rural en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y fueron de los pocos que llevaron ponencias.

El subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica, de la SEP, Julio Rubio Oca, se mostró interesado en el modelo -acudió a Mochicahui a la inauguración del Centro de Información Sistematizada- y condicionó el apoyo federal a que presentaran el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional.

Lo elaboraron, pero cuatro dictaminadores de la SEP, sin experiencia en etnología ni en procesos sociointerculturales, ni siquiera leyeron el documento, pero concluyeron que el modelo de la UAIM "tiene serias dificultades de sustento teórico y de filosofía educativa" y esto "hace muy riesgosa la fundación de una universidad con estas ideas". Consideró "desproporcionado" el financiamiento anual solicitado: 50 millones de pesos.

La UAIM requiere de unos 45 millones para edificar el Centro de Información Sistematizada y otros 37 millones para construir la residencia indígena universitaria. Los jóvenes indígenas viven en modestísimos albergues provisionales. Aunque Xóchitl Gálvez adelantó que no está de acuerdo con ello, ya que es preferible dar becas a los estudiantes para que renten habitaciones fuera de la universidad, el rector piensa seguir adelante con el proyecto. Casi de milagro se logra cocinar 2 mil 700 raciones diariamente para los estudiantes.

El rector volverá a reunirse con autoridades de la SEP en busca del apoyo federal. "Esta universidad puede resolver muchos problemas a México, con muy poco dinero. ƑQué tanto son 50 millones de pesos al año, para educar en nivel alto a 3 mil indígenas a lo largo de cuatro años?"

O será que "lo que quieren es que los indios sigan hincados en los surcos, sin posibilidad de una educación que les permita tener un nivel crítico", se pregunta; pero no hay respuesta.