ASTILLERO

Julio Hernández López

El PRD y su colaborador externo

Nunca alguien había hecho tanto en tan poco tiempo por la izquierda

Su futuro, entre correcciones y aperturas

SI LA POLITICA en México fuera menos solemne, la izquierda debería estar organizando una misa de acción de gracias por los dos primeros años de gobierno de Vicente Fox: nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo por esa posición ideológica como el Presidente de las botas. De hecho, la sobrexposición pública del ex gobernador de Guanajuato ha mantenido en segundo plano el desánimo inicial, la confusión posterior y los tropezantes primeros pasos recompuestos del único partido nacional de izquierda, el de la Revolución Democrática. De haber sido otro el triunfador del 2 de julio de 2000, y de haber ejercido el poder con más prudencia y oficio, pocas y distantes posibilidades de recuperación tendría hoy esa organización identificada por el emblema del sol azteca.

TAN GRANDES FAVORES recibidos no son, sin embargo, de caducidad indefinida: el PRD tiene una oportunidad perecedera de crecimiento si logra colocar su oferta en las elecciones intermedias venideras, pero para ello necesita un extraordinario (y en ocasiones doloroso) ejercicio de corrección y depuración interna al mismo tiempo que flexibilice su estructura formal para acoger candidaturas externas que le permitan captar y encauzar la decepción y la oposición militante al foxismo gobernante y a las maniobras de simulación sanitaria que en el PRI encabeza Roberto Madrazo.

EN ESE CAMINO de correcciones y aperturas se han producido en días recientes algunos hechos significativos. En primer término, las resoluciones a que llegó la Comisión para la Legalidad y Transparencia, que preside Samuel del Villar: nunca se había hecho desde una posición institucional de reconocida autoridad moral un diagnóstico tan crudo y puntual del cáncer que corroe a ese partido como el presentado por el ex procurador capitalino. La traslación de los peores vicios del peor priísmo a las contiendas internas del PRD y la lucha entre facciones que deponen principios en aras de pragmatismos (y, en muchos casos, migajas económicas y políticas) ha sido señalada con absoluta claridad por ese documento implacable. Rosario Robles, por su parte, ha encabezado una ofensiva nacional en busca de los mejores ciudadanos posibles que, con el mínimo necesario de identidad con ese partido y un margen razonable de rentabilidad electoral, acepten luchar desde las siglas perredistas para cerrar el paso a la derecha que en dos años ha exhibido sus terribles carencias y a un priísmo que pretende ofrecerse como alternativa (envenenada).

ESE EJERCICIO DE apertura conlleva dos riesgos evidentes: uno es postular candidatos que apenas pasadas las elecciones ya estén dejando a un lado cualquier tipo de compromiso con el perredismo (como ha sucedido en muchísimos casos) y otro es la reacción interna de los grupos aferrados al usufructo de las minucias económicas y politiqueras. En estos días, la ampliación del abanico de posibilidades perredistas es evidente en entidades como Guanajuato (donde Carlos Navarrete, secretario general del PRD, ha invitado a una candidatura externa a Eliseo Martínez Pérez, disidente panista que fue expulsado para cerrarle el paso a la candidatura a alcalde de León), Colima (donde Ramón Sosamontes está atento a las escisiones que en el priísmo está fomentando Fernando Moreno Peña en su obsesión por instalar a su favorito como candidato a gobernador y a su esposa como aspirante a diputada local) y Nuevo León (donde pareciera que Ricardo Canavatti preferiría pe-lear por la postulación del tricolor a la alcaldía de Monterrey).

DEL SANO EQUILIBRIO entre principios y pragmatismo, entre estructura propia y apertura a candidatos externos dependerá el resultado que el PRD tenga en los comicios venideros. Lo único seguro es que nunca había tenido tanta posibilidad de recuperación, ni un colaborador externo tan eficaz como Vicente Fox.

ASTILLAS:LA DIPUTACION FEDERAL panista presentó una iniciativa de ley que de inmediato ha ganado apoyo: reducir de 500 a 400 el número de integrantes de la cámara que sesiona en San Lázaro. Ricardo Sheffield Padilla ha dicho, al dar a conocer esa propuesta, que el centenar recortable debería corresponder al segmento de los diputados de representación proporcional que se eligen mediante listas plurinominales. No sólo se ahorrarían 600 millones de pesos al año, sino que además se adelgazaría esa franja adiposa de legisladores que por acomodos partidistas de elite llegan a las curules a hacer más densa la vida camaral en la que realmente tiene participación importante una centena, a lo mucho dos, de los tales diputados federales. No han de confundirse las adhesiones a esa iniciativa panista con la estrategia presidencial de debilitamiento del Congreso, culpándolo tramposamente de impedir que el hombre de Los Pinos cumpla sus promesas. Son dos cosas distintas: el Congreso, sus dos cámaras, podrían funcionar mejor si se les retiran esas cargas complementarias que la disparidad política del pasado instaló pero que hoy son innecesarias y costosas... Con diciembre han llegado las protestas campesinas incentivadas por la cercanía de la apertura de la frontera norte a los productos estadunidenses. A veces pareciera que en la cúpula gobernante hay poco entendimiento de la dimensión que estas movilizaciones pueden alcanzar. No sería la primera vez que el foxismo ve crecer en sus narices un problema que luego le pone de rodillas o le hace incumplir con la legalidad... Tarde pero este tecleador se disculpa con el lector Antonio López Zárate, quien oportunamente advirtió la acentuación equivocada del municipio guanajuatense Cortazar en las referencias que aquí se hicieron al caso aquel del notario que mató a dos de sus colegas, uno de ellos funcionario estatal de seguridad pública. Debe escribirse sin acento, pues es una palabra aguda finalizada en consonante que no es "n" ni "s", y no llana acentuada, como en el apellido Cortázar. Así lo sabe de memoria este escribano (porque conoce la zona y porque ha escuchado varias veces el nombre), pero por esos extraños requiebros de las ediciones periodísticas, apareció, por partida doble, "Cortázar".

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