El artista, homenajeado en la casa que lleva
su nombre
La cultura, escudo ante el neoliberalismo: Anguiano
Reivindica a la Revolución Mexicana y al muralismo
ARTURO JIMENEZ
Un homenaje en su propia casa -el centro cultural que
lleva su nombre, en el Parque Ecológico Huayamilpas- recibió
el pintor, grabador, dibujante y muralista Raúl Anguiano, quien
a sus 87 años departió, contó anécdotas, explicó
varios de sus murales y respondió todas las preguntas de los asistentes,
entre ellos los colonos de Santo Domingo, quienes abarrotaron el salón
principal, con lo cual mostró la energía que le permite seguir
trepándose a los andamios.
Acompañado
en todo momento por la delegada en Coyoacán, María Rojo,
a quien comentó y explicó muchas de sus casi 50 obras ahí
expuestas, Anguiano defendió a la "ahora tan denostada" Revolución
Mexicana, reivindicó a la Escuela Mexicana de Pintura y al muralismo,
y elogió a figuras como Diego Rivera y José Vasconcelos,
uno por "generoso" con los pintores jóvenes y otro por su reconocido
trabajo cultural, educativo y editorial.
Más adelante, luego de mencionar otros logros culturales
de la posrevolución, como las obras de Mariano Azuela, Agustín
Yáñez, Juan Rulfo, Silvestre Revueltas o Carlos Chávez,
dijo: "La cultura es un escudo que nos defiende de la globalización
y del neoliberalismo". Y ante la pregunta de una persona del público
sobre cómo fue que se acercó a la pintura, respondió:
"Yo he dibujado antes de hablar".
Sin embargo, previa pregunta de una joven sobre qué
obras suyas le gustan más y de qué se siente orgulloso, Anguiano
hizo un breve recorrido por varios de sus trabajos y etapas pictóricas,
como sus primeros cuadros de azoteas, huelgas e indigentes, o los retratos
de Rivera y Doctor Atl, o La espina y los murales recién
concluidos en Los Angeles y en la Semarnap -del cual se presentó
un video que consideró "una protesta ante la devastación
ecológica"-, y confesó: "No me siento orgulloso de nada".
Al comienzo, durante el homenaje formal, María
Rojo destacó: "como uno de los representantes del muralismo y de
la tradición pictórica mexicana, el maestro se ha convertido
en el bastión de una forma de expresión que conserva la riqueza
de saber representar en lienzos y muros la historia y la realidad de nuestro
pueblo".
El arquitecto Rafael Alfaro, conocedor de la vida y la
obra de Anguiano, hizo un amplio recorrido por fechas, épocas, reconocimientos
y creaciones, a las que describió como "vigorosas, melancólicas,
traviesas, apasionadas, meditabundas e inocentes". Y agregó: "su
arte no es solamente una recreación estética, sino también
una respuesta personal y espontánea a la realidad sociocultural
de nuestra época. Su pintura ya es una escuela".
En el recorrido por las 48 obras y el mural Historia
y leyenda de Coyoacán, que ha donado a la Casa de la Cultura
Raúl Anguiano, el pintor también estuvo acompañado
por su esposa, Brigita Anguiano, quien confió a María Rojo:
"Si yo le contara. Tiene como cien dibujos míos escondidos".