Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 1 de diciembre de 2002
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Mundo

Rechazan alrededor de 15 mil australianos el apoyo de su país a un ataque de EU

Posible, que Irak oculte armas de destrucción masiva en casas: AIEA

Reiteran pacifistas que la motivación de Washington es el petróleo y no la seguridad internacional

Wolfowitz viaja a Ankara para ofrecer ayuda a Turquía a cambio de apoyo a una incursión bélica

DPA, AFP Y REUTERS

Sydney, 30 de noviembre. Cerca de 15 mil personas se manifestaron este sá-bado por las calles de esta ciudad australiana en contra de una eventual guerra en Irak y la posible implicación de Australia en el conflicto, que fue uno de los primeros países en prometer su apoyo a Estados Unidos en caso de que decidiera lanzar una ofensiva militar contra la nación árabe.

Al tiempo, este sábado la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) consideró "posible" que armas de destrucción masiva o elementos para desarrollarlas se encuentren escondidos en casas de ciudadanos iraquíes.

La lideresa sindicalista Sharan Burrow señaló a los manifestantes que hay que enviar un mensaje claro al primer ministro australiano, John Howard, de que el país no necesita ser arrastrado por Estados Unidos a una acción militar contra el régimen del presidente Saddam Hussein.

"No debemos confundir la necesidad de librarnos del terrorismo con un ataque preventivo contra Irak", afirmó. "Es una amenaza para la paz mundial a la que debemos oponernos", añadió.

Testigos dijeron que fue la ma-yor manifestación antibélica de los últimos años, apoyada por mo-vimientos similares en Canberra y Adelaida, en tanto se espera que el domingo se produzca otra movilización pacifista en Melbourne.

Fuerte olor a crudo

Howard respalda la tesis del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que Irak tiene que desprenderse de sus armas de destrucción masiva o ser obligado a deshacerse de ellas, pues de lo contrario implica una amenaza para Washington y todas las na-ciones del mundo.

Muchos de los integrantes de la protesta reiteraron su temor generalizado de que la motivación de Washington sea el petróleo iraquí y no la seguridad internacional.

Encuestas de opinión recientes revelaron que la mayoría de los australianos desea que haya lidsyd01-224533-piherazgo de la Organización de Na-ciones Unidas (ONU) en cualquier acción y sólo después de que los inspectores de armas tengan la oportunidad de trabajar.

La protesta de Sydney contó con la participación de varios líderes religiosos -entre ellos el máximo clérigo islámico de Australia, Taj Aldin al Hilali-, políticos y celebridades, informó la BBC en su edición digital.

Por otro lado, la portavoz de la AIEA, Melissa Fleming, consideró "posible" que armas de destrucción masiva o elementos para desarrollarlas estén escondidos en algunas casas de ciudadanos iraquíes, en una entrevista concedida este sábado a la emisora Deutschland Radio, de Berlín.

De esta manera, la funcionaria respondió a una información pu-blicada por la prensa británica el viernes anterior, según la cual habría componentes de armas de destrucción masiva escondidos en casas particulares en Irak.

"Mi experiencia como inspectora en los años 90 me hace pensar que en Irak todo es posible", declaró Fleming a la radio alemana, y explicó que "la tarea de la AIEA no es opinar sobre la falsedad o veracidad de las informaciones, sino verificarlas".

Por su parte, la ONU defendió este sábado el efecto sorpresa de sus inspecciones en Irak después de que un empresario iraquí de-claró a los periodistas que se le avisó con anterioridad de la visita de los expertos en desarme a la fábrica que él dirige.

El portavoz de la ONU en Bagdad, Hiro Ueki, garantizó que se enteró por la prensa de las declaraciones del administrador de un lugar visitado hoy por inspectores, cuyo responsable dijo que supo con una hora de antelación la llegada de los expertos de la AIEA.

"No hay forma de saber si fueron advertidos antes; si se trató de una alerta general, o de una indicación más precisa", declaró Ueki durante una rueda de prensa.

"En lo que a nosotros concierne, no decimos nada a los dirigentes iraquíes. Ellos no reciben avisos, los inspectores no se hacen anunciar", garantizó.

El responsable se refirió a las inspecciones realizadas hoy, sobre todo a la que tuvo lugar en un punto situado a unos 15 kilómetros de Bagdad, en el complejo de Um al Maarik, cuyo director aseguró que él sabía que los expertos estaban en camino.

Se reinician los trabajos

En este sentido, los inspectores de armas de la ONU visitaron este sábado un complejo militar industrial ubicado al sur de Bagdad, al reiniciar su trabajo en Irak.

Los expertos en desarme se dirigieron al complejo que administra la Compañía Pública de la Madre de Todas las Batallas en el área de Yusoufiyyah, a unos 15 kilómetros al sur de la capital.

La compañía, que lleva el nombre del código usado por Irak para referirse a la Guerra del Golfo de 1991 por Kuwait, es un brazo de la estatal Comisión de la Industrialización del Ejército, a cargo de desarrollar armas.

Los guardias de la empresa impidieron la entrada de los periodistas al gran complejo, que tenía retratos del presidente Saddam Hussein en las verjas.

Irak ha prometido cooperar con los inspectores, que regresaron al país árabe esta semana tras una ausencia de cuatro años, para buscar armas químicas, biológicas y nucleares amparados por una enérgica resolución de la ONU que le da a Bagdad la última oportunidad de desarmarse.

Así las cosas, armado con promesas de ayuda, el subsecretario de Defensa estadunidense, Paul Wolfowitz, parte este fin de semana hacia Ankara en busca del apo-yo de Turquía para una eventual invasión a Irak, informaron oficiales estadunidenses.

Wolfowitz y el subsecretario de Estado Marc Grossman, quien llegará el martes a Ankara tras hacer escala en Londres y Bruselas, discutirán un amplio paquete de ayu-da para persuadir a los líderes turcos a dejar de lado sus temores de que la guerra pueda desestabilizar la economía de ese país.

Un alto funcionario estadunidense señaló que la Casa Blanca considera un paquete inicial de ayuda de 700 millones a 800 millones de dólares, que podría alcanzar los miles de millones en un periodo de varios años.

El viaje de alto perfil de Wolfowitz a Ankara está también destinado a mantener la presión tanto sobre Irak como sobre la ONU, en momentos en que los inspectores de armas del organismo mundial inician un nuevo esfuerzo para despojar a Bagdad de armas de destrucción masiva.

Washington solicitó formalmente el apoyo de uno 50 países ante la eventualidad de una guerra.

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