El modelo económico ha dejado en AL 250
millones de pobres y pérdida de soberanía
Repudian jóvenes efectos neoliberales
Estudiantes de la región reunidos en Guadalajara
rechazan acuerdo continental
MARIA RIVERA ENVIADA
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. El optimismo
por los recientes triunfos de movimientos populares en Brasil y Ecuador,
así como por la creciente ola antiglobalizadora, es palpable en
el decimotercer Congreso Latinoamericano de Estudiantes, que se celebra
en esta capital. Los tiempos del reflujo, de los llamados a la resignación,
del tan proclamado fin de la historia, son cosa del pasado, parecen decir
los jóvenes en cada intervención.
Pero la convicción de que otra América es
posible, lema del encuentro organizado por la Federación de Estudiantes
Universitarios de la Universidad de Guadalajara, no está exenta
de realismo y memoria. En el primer día de trabajo se evaluaron
los saldos en el continente de las políticas neoliberales instauradas
desde principios de los ochenta: creciente pérdida de la soberanía,
250 millones de individuos por debajo de la línea de pobreza, 75
millones de ellos en condiciones extremas, y niveles de desempleo como
nunca antes en la historia. Un mundo de personas sin acceso a la educación,
a la salud, al trabajo. Seres sin futuro.
''Estos
latinoamericanos -indicó el investigador argentino Pablo Gentilli
en la primera conferencia de las jornadas, relativa al Acuerdo de Libre
Comercio de las Américas (ALCA)- no son un agregado disfuncional,
como pretenden hacerlo creer organismos internacionales como la Organización
Mundial del Comercio o el Fondo Monetario Internacional, sino el resultado
directo de sus políticas. Si no entendemos exactamente lo que significan
los llamados tratados de libre comercio y las diferentes formas de integración
subordinadas que se proponen para América Latina, difícilmente
vamos a poder diseñar estrategias efectivas de lucha contra ellos".
Gentilli, investigador de la Universidad de Río
de Janeiro, explicó que en los proyectos como el ALCA coexisten
dos tendencias que muchas veces parecen contradictorias, pero que no los
son: integran algunas cosas a la vez que desintegran otras. Provocan una
integración política, económica y cultural, en la
medida en que las normas jurídicas que regulan el funcionamiento
cotidiano de estas áreas dependen cada vez más del marco
jurídico que establecen organismos supranacionales.
En ese contexto se preguntó: habría que
ver qué tanto poder tendrán los nuevos gobiernos de Brasil
y Ecuador de influir en sus políticas nacionales. Ejemplificó
con el tema educativo. ''Podemos decir que para mejorar la educación
se requiere una ley nacional emancipatoria, pero esta visión soberana
en materia universitaria se deshace con una ley de patentes que concentra
el poder de la propiedad de unas cuantas empresas multinacionales''.
Esta integración -continuó- opera en países
donde las políticas de ajuste neoliberal han provocado los mayores
niveles de pobreza y exclusión de su historia. "El Banco Mundial
dice que las políticas promovidas han sido un éxito, pero
que lamentablemente la pobreza ha aumentado. La economía está
perfecta, pero la sociedad está cada vez peor... Lo cierto es que
la pobreza extrema aumentó. A principios de los noventa había
60 millones de personas en situación de pobreza extrema, diez años
después existen 75. Además, el número de niños
que trabaja es mayor que hace 300 años. Y dos tercios de los jóvenes
de nuestros países viven por debajo de la línea de la pobreza".
Subrayó que estos excluidos son resultado del sistema
de producción de riqueza. Con base en El capital, de Carlos
Marx -"aunque me tachen de jurásico"-, sostuvo que la producción
sistemática de riquezas implica siempre la producción sistemática
de pobreza. "Por eso tenemos ahora economías cada vez más
opulentas, pero sociedades cada vez más pobres''.
Timi Gerson, por su parte, alertó sobre la solicitud
estadunidense de incluir la educación superior y los servicios de
capacitación en las negociaciones del ALCA. ''La petición
incluye también la educación para adultos'', así como
servicios educacionales de pruebas, que incluyen diseño, administración
y resultados de la evaluación, elementos fundamentales en el proceso
de aprendizaje y evaluación del estudiante''.
Además de plenos compromisos, agregó, los
gobiernos deben ofrecer subsidios a las corporaciones extranjeras de educación
sobre las mismas bases de las instituciones locales y públicas.
La venezolana Orieta Capón señaló
en su intervención que para acabar por el modelo económico
se requiere hacerlo también con el modelo de educativo que lo sustenta,
que pasa por crear un productor eficiente y sumiso y un consumidor hedonista
y acrítico. Para crear esta clase de individuos es que se pretenden
privatizar las universidades públicas, por eso las instituciones
de educación superior de la región ven cómo su presupuesto
se reduce cada día más.
En la inauguración celebrada el viernes por la
noche en el hospicio Cabañas estuvieron presentes Ricardo Alarcón,
presidente del Parlamento cubano; Fernando Vecino, ministro de Educación
Superior de Cuba; Trinidad Padilla, rector de la Universidad de Guadalajara;
Orieta Capón, vicerrectora de la Universidad Simón Rodríguez
de Venezuela; Diane Matee, de la Marcha Mundial de Mujeres de Quebec; Rosario
Ibarra de Piedra, presidenta de Eureka, así como los perredistas
Carlos Imaz y Martí Batres.
Durante tres días las voces de estos estudiantes
latinoamericanos discutirán en mesas de trabajo en torno a la educación
en la época de los tratados comerciales, género e identidad,
los movimientos sociales en la perspectiva social, tecnología de
la comunicación en la resistencia al neoliberalismo, el movimiento
secundarista, la cultura como expresión y forma de lucha de los
pueblos, el movimiento estudiantil y las políticas juveniles de
integración. Como dijo uno de los asistentes, recuperando las palabras
del subcomandante Marcos en el Zócalo, no piden reconocimiento,
simplemente vienen a ocupar su lugar, a construir su sitio en la historia,
y a imaginar que otra América es posible.