Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 29 de noviembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Editorial
ISRAEL: GANO LA GUERRA

Ayer, mientras el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ganaba las elecciones para encabezar su partido, el Likud, el terrorismo volvió a cimbrar a Israel: en Beit Shean, al norte del país, dos atacantes suicidas perpetraron una matanza de civiles en un centro de votación del Likud, con resultado de seis muertos y 34 heridos; en los alrededores de Mombasa, Kenia, fue volado con explosivos un hotel frecuentado por israelíes, y no lejos de ahí un avión de la compañía Arkia, de esa misma nacionalidad, estuvo a punto de ser alcanzado por un par de misiles antiaéreos que dispararon manos anónimas y, al parecer, poco diestras.

Sharon comentó que los atentados tenían por propósito "influenciar las elecciones" inminentes de Israel, y muy probablemente tenga razón: en la medida en que tanto los grupos radicales e integristas palestinos como el propio Sharon están empeñados en destruir el proceso de paz y llevar a sus respectivos pueblos a una guerra generalizada y sin limitaciones, es razonable suponer que los autores de los ataques terroristas busquen fortalecer al propio Sharon frente a su rival laborista, Amran Mitzna, quien, al contrario que los actuales gobernantes israelíes, apuesta por una convivencia pacífica entre israelíes y palestinos.

La alianza tácita y el triunfo deplorable de los guerreristas de ambos bandos ha sido posible, en gran medida, por la exasperante hipocresía de Estados Unidos, la Unión Europea y otros centros de poder mundial, los cuales aplican regularmente un doble rasero para calificar el terrorismo palestino y el terrorismo israelí.

Atentados como los perpetrados ayer en Kenia y en el propio Israel contra civiles inocentes son, sin duda, inadmisibles, condenables y merecedores de un repudio moral y político sin atenuantes. Pero debe considerarse que, con medios militares y tecnológicos muy diferentes -y abrumadoramente superiores- el gobierno de Israel hace ahora en Gaza y Cisjordania, y antes en Líbano, exactamente lo mismo que los terroristas palestinos: asesinar civiles inocentes. Ayer mismo, la impactante información del bombazo en el hotel de Mombasa, el fallido atentado contra el avión civil y el tiroteo de Beit Shean eclipsaron el hecho de que las tropas ocupantes en Hebrón asesinaron a balazos a un niño que no cometió más infracción que asomarse a la ventana de su casa.

De esta manera, el régimen de Tel Aviv ha terminado por lograr la materialización de una amenaza que empezó siendo un mero lema de campaña del Likud. Sharon ha conseguido hundir a su país en una guerra en todos los frentes, y sumir a sus conciudadanos en un estado de inseguridad e indefensión que se extiende mucho más allá del mapa legítimo de Israel.
 

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año