Corte británica critica a EU por detención en Guantánamo
La Corte de Apelaciones de Gran Bretaña expresó este miércoles su preocupación por la "legalmente cuestionable" detención de un británico, presunto miembro de la milicia talibán, en la base militar estadunidense de Guantánamo, pero estimó que no puede obligarse al gobierno británico a intervenir ante Estados Unidos por el caso, puesto que ello "tendría un impacto sobre el desarrollo de la política exterior en un momento particularmente delicado".
Los inusualmente enérgicos comentarios de la corte muestran la magnitud de la preocupación internacional por la situación legal de más de 600 personas retenidas por tiempo indefinido y sin que se les haya hecho acusación alguna, en la base militar enclavada en territorio cubano.
La corte británica hizo su comentario luego de una apelación fallida de Zumrati Juma, madre del detenido británico Feroz Abbasi, de 22 años, quien pidió a la corte instar al gobierno de Tony Blair a hacer lo posible para que se respeten los derechos humanos de su hijo.
Aunque la corte rechazó el caso, reconoció que la situación de Abbasi, uno de los siete británicos retenidos en Guantánamo, se revela como "una clara violación de los derechos humanos", puesto que el joven está sujeto "a una detención ilimitada en un territorio controlado exclusivamente por Estados Unidos, sin ningún medio de contestar la legitimidad de su detención ante un tribunal".
En tanto, funcionarios estadunidenses citados por el diario The New York Times dijeron que el ataque con misil contra un auto en Yemen que mató a seis presuntos miembros de Al Qaeda fue perpetrado bajo la autoridad que el presidente George W. Bush dio a la CIA para actuar en el marco de operaciones antiterroristas. A su vez, el diario árabe Al Hayat dijo que ese organismo informó al gobierno de Yemen antes de asesinar a los presuntos miembros de Al Qaeda. Las autoridades yemenitas, que en principio intentaron presentar el caso como un accidente, llamaron anoche al "arrepentimiento" de todos los miembros yemeníes de Al Qaeda, en tanto la embajada estadunidense en Sanaa cerró sus puertas por un periodo indeterminado, al parecer para evitar represalias por la operación.
Mientras, el fiscal general de Estados Unidos, John Ashcroft, anunció el arresto de siete personas vinculadas con el tráfico de armas y drogas, y tres de ellos -dos paquistaníes y un estadunidense- acusados de intentar obtener misiles para Al Qaeda.
Por lo pronto, el Departameto de Estado advirtió, una vez más, que grupos extremistas preparan nuevas acciones terroristas contra intereses estadunidenses en el extranjero, incluyendo posibles atentados suicidas.
AFP Y REUTERS