Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 1 de noviembre de 2002
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Mundo
Sorprende a Washington la dificultad de alcanzar consenso para su resolución

Negocia EU "todo" en la ONU, menos su derecho de atacar Irak

México, "pieza clave" y decisiva para la Casa Blanca por la polarización en el Consejo de Seguridad

Atentos los diplomáticos, para conocer si Tlatelolco mantendrá su posición o finalmente claudicará

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Nueva York, 31 de octubre. A pesar de la constante amenaza por parte de Estados Unidos, de que emprenderá unilateralmente una ofensiva militar contra Irak para asegurar su desarme si el Consejo de Seguridad no aprueba una resolución a su gusto, el hecho de que Washington se haya visto obligado a negociar un acuerdo durante unas siete semanas demuestra que, a fin de cuentas, sí considera que necesita el respaldo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y, por lo tanto, el voto de México ha co-brado relevancia.

Esta ha sido otra semana frustrante para el gobierno de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, ya que a pesar de intensas negociaciones bilaterales con cada miembro clave, más tres reuniones a puerta cerrada del pleno del Consejo de Seguridad, más amenazas constantes en el ámbito público del presidente George W. Bush y miembros de su gabinete -que presionan a la ONU a aceptar las condiciones estadunidenses para una resolución a su gusto-, esto aún no culmina con el triunfo de sus maniobras diplomáticas.

En estas ultimas horas Rusia manifestó de nuevo su insatisfacción con la propuesta estadunidense, y Francia anuncia cada día que hay avances en la intensa ne-gociación sobre el texto del borrador de la resolución, pero cada día también señala que todavía no se han superado las mismas diferencias de fondo que han obstaculizado el consenso.

El debate sigue girando entre la insistencia estadunidense de que dentro de una sola resolución se determinen tantos las condiciones para realizar la inspección de ar-mas de destrucción masiva en Irak como su desarme y una afirmación de una amenaza de guerra si no cumple con estas condiciones.

Oposición al texto "gatillo"

Los franceses y rusos, y en me-nor medida China, siguen insistiendo en que no debería haber texto que funcionara como una base legal para autorizar la acción militar contra Bagdad -el llamado "gatillo"-, y prefieren que toda "consecuencia", que se aplicaría a Irak por algún incumplimiento, tuviera que ser aprobada sólo después de otra reunión del Consejo de Seguridad.

Al parecer, el gran logro de estas últimas horas es que Estados Unidos aceptó poner por escrito lo que hasta ahora sólo declaraba -que no iniciaría acción militar alguna sin que de alguna manera consulte a los miembros del Consejo de Seguridad-, pero sigue rechazando cualquier compromiso de esperar un voto que autorice un ataque militar.

En ambos lados de este debate se insiste en que las revisiones del texto han logrado superar algunas de sus preocupaciones, después de intercambios de propuestas para enmendar el borrador de la resolución, que a veces se reducen a ni-veles microscópicos de línea por línea, palabra por palabra.

Pero la división continúa sobre el tema central: cuándo, cómo y quién decide sobre una guerra contra Irak si este país no cumple con las condiciones de la inspección de sus armas y su desarme estipuladas por una resolución.

Pero Estados Unidos ha dejado claro que está dispuesto a negociar todo menos su derecho de lanzar un ataque contra Irak cuando lo estime apropiado.

El secretario de Estado, Colin Powell, lo declaró ayer en términos nada ambiguos: "No hay nada que se incluya en esta resolución o que encontraríamos aceptable en una resolución que atara las ma-nos del presidente estadunidense para hacer lo que sienta que debe hacer para defender a Estados Unidos, nuestro pueblo y nuestros intereses en el mundo".

Esto lleva a la conclusión a al-gunos analistas y diplomáticos de que este proceso de negociación está al borde de ser una farsa, ya que Washington aparentemente no tiene ninguna intención de su-jetarse a condición alguna que no le permita actuar unilateralmente, y sin la previa autorización explicita del Consejo de Seguridad.

Por lo tanto, algunos se preguntan que si Washington ya tiene esta posición, para qué necesita a Naciones Unidas.

Antagonismo internacional

Jeff Laurenti, jefe de políticas de la Asociación de Naciones Unidas de Estados Unidos, considera que para el gobierno de Bush la aprobación de la ONU de su política hacia Irak es importante para ge-nerar apoyo entre el Congreso y la opinión pública estadunidense en el ámbito político interno, y que en el internacional es clave para facilitar su despliegue militar en los estados de la zona del Pérsico.

"El beneficio de la aprobación por la ONU es reducir el antagonismo internacional ante una ac-ción de supremacía estadunidense", comentó el funcionario en en-trevista con La Jornada.

Pero Estados Unidos se sorprendió, dice Laurenti, con el hecho de que "no era igual de fácil doblegar al Consejo de Seguridad como al Congreso de Estados Unidos".

Considera que aunque un grupo de miembros del mecanismo de seguridad sabe que no hay otra op-ción más que votar por cualquier resolución que finalmente se presente, por simples razones de mantener sus relaciones con Estados Unidos, y que otros están actuando en parte por intereses económicos, también hay una corriente de opinión en este debate de principios.

Para Laurenti hay dos principios básicos en este debate: "agotar todas las avenidas no violentas para resolver el conflicto", un punto donde Washington perdió cierta credibilidad por su agresiva retórica por expresarse demasiado pronto en favor de la guerra, y "¿cuál dedo está en el gatillo, un dedo unilateral o multilateral?"

Agregó que también están en juego algunos "profundos intereses nacionales de ciertos países para limitar el margen de ma-niobra del superpoder".

De hecho, el manejo diplomático de este juego por Estados Unidos ha generado una creciente preocupación en el mundo diplomático, pero no respecto de Bagdad, sino de Washington.

"Estados Unidos tiene que aceptar que la diplomacia multilateral es multilateral, no unilateral aceptada por todos los demás", comentó un diplomático del Consejo de Seguridad entrevistado por el diario Los Angeles Times. Esa voz se está convirtiendo cada día más en coro en los pasillos de la ONU y en otras capitales del mundo.

Francia, como el país que se ha enfrentado públicamente a Estados Unidos en este foro, representa la posición de tal vez una mayoría de los países aquí, incluso los que no pueden expresarlo públicamente.

Por tanto, algunos consideran que en este debate sobre Irak lo que esta en juego son las reglas mismas de "orden internacional" y la relevancia de la ONU en el futuro.

Sin embargo, algunos dentro del gobierno de Bush entienden que por el momento las consecuencias de no lograr algún tipo de aprobación por la ONU son mayores que los beneficios, y que proceder contra el régimen de Saddam Hussein sin ella podría minar la gran coalición y el consenso internacional en torno a su llamada "guerra contra el terrorismo" más allá de Irak.

Por ello, lograr consenso, o por lo menos una mayoría suficiente, en el Consejo de Seguridad, es la prioridad.

Y es aquí donde los 10 países miembros no permanentes, quienes suelen ser poco relevantes, ya que los cinco permanentes son los únicos con poder real por tener derecho de veto, de repente cuentan en esta coyuntura, entre ellos México.

Para ser aprobada, una resolución requiere de nueve votos y ninguno en contra de los cinco miembros permanentes. En este mo-mento, de los permanentes sólo Estados Unidos y Gran Bretaña son votos anunciados en favor de la resolución existente.

Laurenti señaló que de los 10 no permanentes, dos están descartados por Estados Unidos -Siria y Mauritania (el primero vo-tará en contra y el segundo está ausente)-, y así en verdad hay sólo ocho.

De éstos, dos se han expresado públicamente en favor de la posición de Francia, Irlanda y México. "Estados Unidos está cazando todos los votos posibles... y en este contexto, México se convierte en un voto clave", afirmó Laurenti.

"México se ha expresado con una declaración de principios y se ha mostrado dispuesto a enfrentar las consecuencias -agregó-. Esto ha sido sorprendente para algunos y grato para muchos en la ONU".

En los pasillos de la Organización de Na-ciones Unidas, muchos están muy atentos para ver si esta posición de principios de México se mantendrá en estos próximos días decisivos, o claudicará.

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