Estados Unidos señala que espera "negociaciones duras" sobre el ALCA
Será decisión personal la integración de mi equipo económico, reitera Lula
Ningún diario o televisora "hará ministros", sentencia el presidente electo de Brasil
AFP, DPA Y REUTERS
Brasilia, 30 de octubre. El presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, reafirmó hoy que la integración de su equipo económico será una decisión personal y que no aceptará presiones, al tiempo que anunció reuniones con las fuerzas que lo apoyaron y con el Congreso.
De su lado, la embajadora de Estados Unidos en Brasil, Donna Hrinak, dijo a Lula que su país espera "negociaciones duras" sobre el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Tras entrevistarse con el líder izquierdista en Sao Paulo, la diplomática aseguró que Washington tiene "las mejores expectativas" sobre el futuro gobierno brasileño.
Preguntada sobre si la elección de Lula todavía causa temores en el mercado estadunidense, se limitó a afirmar que los mercados aún aguardan para conocer los nuevos rumbos de la política económica.
Sin embargo, el lunes, el secretario estadunidense del Tesoro, Paul O'Neill, generó revuelo en Brasil, al afirmar que el mercado financiero va a vigilar a Lula para asegurarse de que "no es un loco".
De su lado, un editorial del New York Times anotó hoy que los inversionistas y la comunidad financiera deben dar un respiro a Lula, y llamó a Washington a mantener "conversaciones cálidas y respetuosas" con Brasil. Mientras, The Washington Post, otro influyente diario estadunidense, afirmó que el gobierno del ex líder sindical podría traer un "futuro brillante" al país sudamericano si concentra su energía populista "en la educación, la reforma de tierras y las pensiones".
El Washington Post afirma que la desigualdad en Brasil es "impactante", citando como ejemplo que 10 por ciento de la población controla 47 por ciento del ingreso nacional.
Llamado de la Cepal
De su lado, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Antonio Ocampo, llamó a los mercados financieros a no ser "irracionales" con el presidente electo brasileño.
Hoy, ante las presiones y especulaciones de la prensa sobre el gabinete económico del gobierno electo, Lula advirtió que "nadie fue convidado (al gabinete) ni será convidado antes de tiempo", pues esto es una "cuestión personal", y "voy a escuchar a los partidos, a la sociedad, y en el momento en que lo tenga listo lo anunciaré".
"Ningún diario, ningún canal de televisión hará ministros", añadió.
Por su lado, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenece Lula, José Dirceu, dio algunas pistas a los mercados, al decir que el próximo presidente del Banco Central no necesita ser del PT, que debe tener competencia técnica para el cargo, pero que es indispensable que tenga afinidades claras con el proyecto del nuevo gobierno.
Dejó entrever que el nombramiento del equipo económico se produciría al mismo tiempo que el del resto del gabinete, y que eso será definido sólo después de las negociaciones con los partidos y los grupos políticos.
Afirmó estar convencido de la recuperación de la economía, prácticamente estancada, en un plazo de seis a 18 meses, "porque a corto plazo Brasil puede estar viviendo una situación económica difícil, pero es evidente que es una gran oportunidad para los inversionistas y tiene condiciones de honrar sus compromisos con sus acreedores".
Por lo pronto, los mercados parecen haber digerido el aplastante triunfo del líder obrero, y la moneda local, el real, que perdió 35 por ciento de su valor en el año frente al dólar, se cotizó hoy a 3.71 unidades por dólar, contra un cierre anterior a 3.82.
Por otro lado, Dirceu informó que Lula se reunirá no sólo con los partidos que lo apoyaron en la elección, sino con todas las fuerzas del Congreso, para hablar de "la gobernabilidad del futuro gobierno y de la base de apoyo" parlamentaria, puesto que el PT carece de mayoría legislativa.
Tras un descanso luego de una dura campaña, la dirección del PT tiene previsto reunirse con los líderes de los partidos que lo apoyaron en la segunda vuelta del domingo pasado, como los candidatos derrotados en la primera vuelta, Anthony Garothino y Ciro Comes, y con el veterano político laborista Leonel Brizola.
Por su parte, las fuerzas de oposición, en particular el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) del presidente Fernando Henrique Cardoso, cuyo candidato José Serra perdió el domingo, buscan un lugar en el nuevo mapa político. El mandatario declaró hoy a una estación radial que espera que el PSDB "no haga con el PT lo que éste hizo conmigo", quejándose de que durante sus ocho años de gobierno -dos gestiones- el PT tenía "una posición de derrumbar todo".
Por otro lado, el mandatario saliente, que conoce a Lula desde hace 30 años, le aconsejó que siga siendo "la misma persona" y que "confíe en sí mismo".
El PSDB decidió la noche del martes que será oposición al próximo gobierno, aunque el presidente de la cámara baja, Aecio Neves, uno de los hombres fuertes del partido, elegido nuevo gobernador del importante estado de Minas Gerais, prometió a Lula solidaridad y apoyo al pacto social que pretende construir.
Por otro lado, colaboradores de Lula dijeron que el próximo gobierno planea otorgar beneficios fiscales a empresas que donen alimentos o dinero a un fondo de lucha contra el hambre, en un país de 175 millones de habitantes, donde al menos 50 millones están en la pobreza.
"La idea es hacer un llamado a donaciones, como ocurre en Estados Unidos", expresó al diario O Globo José Graziano, autor del programa "ŨHambre cero", y uno de los más próximos colaboradores de Lula, hijo de padres analfabetos y nacido en el empobrecido nordeste brasileño.