Historia de policías

Edgar Arturo Rojas Escobar, ex policía de la Secretaría de Seguridad Pública, se instaló desde las primeras horas de ayer frente a la dependencia para exigir su reinstalación y los salarios caídos correspondientes a más de cinco años de servicios, pues dice que fue "obligado a firmar su seguro médico por causas ajenas al trabajo" luego de ser baleado por un delincuente que él mismo presentó ante el Ministerio Público.

En silla de ruedas, sobre la calle Liverpool, colonia Juárez, Rojas Escobar es ayudado por una mujer a detener una manta con sus demandas: reinstalación en un puesto administrativo y pago de sueldos caídos y reparación del daño moral sufrido.

El ex policía fue recibido en la mañana por el subsecretario de Apoyo Institucional y Policías Complementarias, Gabriel Regino, quien le informó que por el momento no podían resolver el conflicto "por falta de información", pero que se le daría seguimiento a su caso. El quejoso advirtió que no se movería de ahí hasta obtener una solución a su demanda.

De acuerdo con su versión, el 19 febrero de 1995 presentó ante el MP a Luis Rodolfo Colquiera Albarrán, quien atacaba a una mujer para violarla. Ese día, por la noche, al llegar a su casa recibió cinco impactos de bala calibre 38 en la espalda. Por lo que fue trasladado al hospital Primero de Octubre aún con el uniforme puesto. Después supo que había quedado sin movilidad en sus miembros inferiores de por vida.

Rojas Escobar explica que en ese entonces las autoridades de la SSP, en particular quien era su jefe, Rubén Velázquez Ventura, lo condicionó a trabajar los domingos si le permitía estudiar derecho en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón, aunque oficialmente era reportado como franco (fuera de servicio).

Las autoridades se negaron a darle una pensión de por vida y a cambio recibió una liquidación por enfermedad ajena al trabajo, lo que sólo le dio derecho a un seguro de invalidez de 40 meses de sueldo, es decir, poco más de 100 mil pesos.

El ex policía acusa a su jefe de desaparecer su expediente de la SSP, lo que le ha impedido, de acuerdo con su versión, recuperar un puesto en la institución.

Aunque Rojas Escobar muestra todos los dictámenes médicos que acreditan su enfermedad, no posee una copia de la "puesta" o presentación del delincuente, que supuestamente fue el mismo que lo balaceó. Asimismo, la denuncia ante el Ministerio Público por el ataque sufrido, por tentativa de homicidio, fue levantada contra quien resulte responsable y no contra quien desde un principio señala como su atacante.

La noche de ayer, autoridades de asuntos internos de la SSP le pidieron retirarse del lugar.

MIRNA SERVIN VEGA