ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Algunas ausencias
SI ANDRES MANUEL López Obrador también se declaró partidario de la autorregulación de los consentidos cuanto inconscientes concesionarios de radio y televisión, Ƒqué esperar del Gobierno del Distrito Federal y de la Delegación Benito Juárez con la autorregulada empresa de la Plaza México en la próxima temporada grande?
ACERTASTE, AVISPADO LECTOR: Absolutamente nada.
UN TANTO MAS selectivo que en las nueve temporadas anteriores, en las que lo mismo se trajo a Chana que a Juana, el promotor-importador de la plazota de Insurgentes dejó, como es su costumbre, fuera del elenco del derecho de apartado a varios toreros mexicanos cuyo desempeño en seriales anteriores hacía obligada su inclusión.
ACORDE CON SU tradicional método improvisatorio, según vaya el rumbo -la asistencia poco importa- de la dichosa temporada, se irá sacando de la manga aquellos nombres que vengan en su auxilio, sobre todo frente a encierros que no agradan a los diestros que figuran.
COMO SI EN temporadas pasadas su comparecencia hubiese sido memorable, volvió a incluir en el elenco a El Conde, Federico Pizarro, Carlos Rondero, Fernando Ochoa, Alfredo Gutiérrez e Ignacio Garibay, y no tuvo inconveniente en dejar fuera, por enésima vez, al maestro de La Viga, Mariano Ramos, quien en la undécima corrida del serial anterior realizó dos excepcionales faenas frente a difíciles astados de Celia Barbabosa. Pero esos son méritos exclusivamente tauromáquicos
OTRA OMISION, AUNQUE explicable, es el hidalguense Jorge Gutiérrez, que en el pecado de la especulación llevó su penitencia pues, como se recordará, en la pueblerina despedida de Cavazos el año pasado se empeñó en que el juez Gameros le indultara un novillote manso pero repetidor de Julio Delgado, luego de que había obtenido las orejas de su primero.
ESTE ABARATAMIENTO DE las orejas en la otrora plaza más importante del continente ha traído, entre otras consecuencias, que ciertos "triunfadores" se la crean y pidan honorarios de acuerdo con esas falsas hazañas pero ya sin la capacidad de convocatoria de otros tiempos. A ello añádase que los dineros fuertes son para dos o tres importados que lo desquitan, si no en la arena, al menos en la taquilla.
NINGUNEADOS HACE AÑOS por el importador, pero poseedores de un estilo excepcional que en cuanto les sale un toro a modo convierten la plaza en un manicomio, se extraña a diestros de la calidad de Guillermo Capetillo o Mario del Olmo. Otro espada de incopiable sello que tampoco fue anunciado es Jerónimo.
POR LO QUE se refiere a las ganaderías contratadas, la mayoría descastadas pero con una buena relación -Ƒde precios?- con el importador, vuelve a sentirse la ausencia de hierros que daban otra dimensión a lo realizado, como José Julián Llaguno, San Martín, Alvaro Espinosa o Los Encinos. Lo dicho: autorregulación mata imaginación, sobre todo para hacer repuntar un espectáculo que se pretende emocionante.