Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 28 de septiembre de 2002
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Cultura

Juan Arturo Brennan

Esquinas de Guanajuato

Hace unos días, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) subió desde su terruño del Bajío hasta nuestro sufrido altiplano para compartir con el público capitalino la celebración de su primer cincuentenario. Bajo la batuta siempre clara y pulcra de José Luis Castillo, la OSUG ofreció en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes un programa harto interesante (y bien urdido) con música rusa y mexicana.

El Ricercare I, de Juan Trigos, es una obra caracterizada por esa singular mezcla de complejidad y claridad que suele habitar la música del compositor. Experimental en el mejor sentido del término, este Ricercare I elabora lúdicamente sus patrones armónicos, se recrea en sus coincidencias y resonancias, pone el tiempo (y el tempo) de cabeza y se atreve a aproximarse (sin llegar del todo) a formas cuasi barrocas.

Preparado y ejecutado con dedicación y atención al detalle, este Ricercare I demuestra que es muy factible involucrarse con la reiteración insistente de elementos y parámetros sin caer necesariamente bajo la ruda etiqueta del minimalismo.

Más tarde, una versión jugosa y desinhibida de la colorida Sinfonía india, de Carlos Chávez, para redondear el programa con una buena versión del Petrushka, de Igor Stravinski. Dicho lo cual, es hora de mencionar que las partituras de Trigos, Chávez y Stravinski sirvieron de marco para resaltar la parte esencial del concierto: el restreno (de algún modo hay que llamarle) de la soberbia partitura orquestal Esquinas, de Revueltas.

Olvidada desde su segunda ejecución hace seis décadas, Esquinas es una obra sorprendente, no por atípica o inesperada, sino porque sus cualidades evidentes hacen incomprensible el hecho de que haya quedado empolvada y enmohecida durante tanto tiempo. Rescatada por Roberto Kolb, como parte de su exhaustivo trabajo en la edición crítica de toda la obra revueltiana, Esquinas es una partitura sólida, telúrica, retadora y llena de hallazgos sonoros de todo tipo, que aun en una sola audición se ofrece al oyente como plenamente congruente con el pensamiento orquestal de Revueltas. Ahí están los alientos-madera tratados en sus registros extremos, y los metales alternativamente ásperos o dulces; ahí están también los dibujos melódicos mexicanistas a base de terceras paralelas y los enérgico acentos de la percusión.

Más allá de su título plenamente urbano y de lo dicho por Revueltas sobre esta partitura suya, lo cierto es que Esquinas merece la comparación con la férrea y sólida música citadina de Edgar Varèse. A todas luces es una obra que merece un sitio igual al que ocupan Sensemayá, Caminos, Itinerarios, Ventanas, Cuauhnáhuac o cualquiera de las otras piezas orquestales de Revueltas.

De nuevo, una ejecución bien preparada y bien realizada por José Luis Castillo y su orquesta, a la que sólo habría que criticarle el uso de la voz. En la partitura de Esquinas, Revueltas incluye la participación de una voz femenina que vocaliza sin texto. Tanto por el espíritu general de la obra, como por lo que escribió Revueltas a guisa de programa, como por las indicaciones específicas en la partitura, es evidente que la voz no debe ser ni considerada ni planteada como una voz solista y, sobre todo, no debe ser empleada bajo parámetros de declamación operística decimonónica.

Supongo que es cosa de tiempo hallar el registro justo para esa voz al interior de Esquinas, partitura que a los melómanos nos urge escuchar de nuevo (la OSUG ya la ha grabado en cd, por fortuna) y que a las demás orquestas mexicanas les urge adoptar desde ya e incluir prontamente en sus programaciones, sobre todo en previsión de que se les acaben por deteriorar los huapangos y los danzones.

En cuanto a la OSUG, sus progresos son evidentes, sobre todo en la disciplina general que le ha inyectado la batuta de Castillo, y en una sección de alientos que alcanza ya un muy respetable nivel, que se hará más homogéneo ahora que se aprieten unas cuantas clavijas en la sección de cuerdas. Enhorabuena a la OSUG por sus 50 años, y por el rescate de estas sorprendentes Esquinas.

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