Escritores vascos, estupefactos ante la espiral de violencia
Un grupo de destacados escritores vascos se manifestó ayer "estupefacto" ante la reciente espiral de violencia y "miseria moral" que vive el País Vasco. En un artículo publicado en el diario El País, titulado Otro artículo inútil, Iban Zaldúa, Patxi Zubizarreta, Ana Arregi, Bernardo Atxaga, Jorge Giménez, Jo-xemari Iturralde, Anjel Lertxundi, Inazio Mujika y Jabier Muguruza sostienen que la proscripción de Batasuna es "grave" y "antidemocrática", que además de "no solucionar nada" tiene su origen en el afán de "venganza" del presidente del gobierno español, José María Aznar. Los intelectuales afirman que el problema "más inmediato" del histórico conflicto es "la continuidad de la violencia de ETA y su entorno", y se manifiestan abiertamente contrarios a los postulados de la organización armada.
En cuanto a la violencia del grupo armado, los escritores señalan que "pese a todo, seguimos creyendo que el problema más inmediato es el de la continuidad de la violencia de ETA y su entorno. Que nos mostremos contrarios a la ilegalización de Batasuna no quiere decir que estemos de acuerdo con sus postulados. Nos negamos a admitir la argumentación casi biologista, repetida hasta la saciedad por los portavoces de la izquierda abertzale, de que todo, hasta las mayores aberraciones que puedan haberse cometido, son consecuencias naturales de un conflicto cuyas raíces se pierden en la noche de los tiempos."
Continúa el documento: "Creemos que las medidas impulsadas desde el gobierno de Aznar, además de ser antidemocráticas, no van a solucionar nada, sino todo lo contrario; ha sido el mismo presidente quien nos ha augurado más sufrimiento".
Los escritores señalan a modo de conclusión que "Francisco Franco logró la pacificación, pero plantó la semilla del odio en una parte de la sociedad vasca (y de la española), y aún estamos pagando las consecuencias; ETA también lo ha hecho, a su manera: durante estos 30 años pasadoses el (organismo) que más méritos ha hecho para generar odio y desprecio en una buena parte de la sociedad vasca (y, evidentemente, de la española). Nos preguntamos si es lícito y, sobre todo, qué futuro tiene que el Estado siga por ese mismo camino, alimentando esta espiral de miseria moral en la que nos hundimos más y más". ARMANDO G. TEJEDA, CORRESPONSAL