PAIS VASCO: LO LEGAL Y LO LEGITIMO
Decenas
de miles de vascos independentistas desfilaron ayer en Bilbao en una marcha
pacífica, considerada legítima por el gobierno autónomo
vasco pero declarada "actividad terrorista" por el juez español
Baltasar Garzón. Esa marcha fue reprimida violentamente por la policía
vasca justo cuando los manifestantes se retiraban. La manifestación
había sido convocada por intelectuales de diversas posiciones y
orígenes políticos, unidos para protestar por la embestida
judicial y gubernamental contra el independentismo radical, y el auto del
juez Garzón se apoyó sólo en la muy discutible tesis
de que la decisión de participar en la misma de Arnaldo Otegi, líder
del partido Batasuna, ilegalizado por ser acusado, sin pruebas, de ser
el brazo político de ETA, transformaba la marcha y a todos los manifestantes
en instrumento de esa organización terrorista.
Este caso plantea diversas preguntas: ¿es posible
borrar de un plumazo los derechos civiles de 10 por ciento de los electores
de un país (pues tantos son los que votaron por Batasuna y eligieron
concejales y diputados de esa organización)?; ¿es posible
prohibir el derecho constitucional a manifestar y a circular?; ¿
la asistencia de una persona a un lugar o un acto público o el llamado
de una organización declarada ilegal a asistir a los mismos convierte
automáticamente en ilegal dicho acto o dicho lugar, por ejemplo,
hasta los cines, los conciertos, las procesiones?; ¿lo legal puede
entrar en contradicción con lo legítimo, pues las autoridades
vascas consideraron legítima la marcha que el juez Garzón
declaró "terrorista", o sea, ilegal y subversiva?; ¿se combate
el terrorismo poniendo fuera de la ley a 10 por ciento del electorado,
que con el mismo criterio podría ser el 70 o 90 por ciento, y empujando
a la vía ilegal y clandestina a quienes actuaban legalmente y ocupaban
cargos en las instituciones parlamentarias?
El repudiable terrorismo de un puñado de nacionalistas
vascos, en este caso los miembros de ETA, ¿autoriza el terrorismo
del Estado español contra todos los nacionalistas vascos, al extremo
de pasar por sobre las decisiones del gobierno autónomo y de la
justicia del País Vasco, aunque el Partido Nacionalista Vasco sea
independentista, sí, pero moderado, conservador, antiterrorista?
¿Tiene razón el consejero vasco de Vivienda, perteneciente
al estatal partido Izquierda Unida -y adversario del terrorismo y de ETA-
cuando sostiene que el juez Garzón carece de pruebas solventes para
disolver ese tipo de manifestaciones y podría haber incurrido por
lo tanto en prevaricación y abuso del poder? Además, la total
sincronía entre José María Aznar y la camarilla belicista
encabezada por el dúo Dick Cheney-George W. Bush en lo que se refiere
a la construcción mediática de un "eje del mal", ¿significa
el fin de la soberanía del Estado español y la aceptación
de la falsa y fatal amalgama entre los nacionalismos y el terrorismo, y
entre los diversos tipos de terrorismo y Al Qaeda? ¿Todos los nacionalismos
son terroristas, salvo el que promueve Bush? ¿No hay terrorismos
explicables, como el que luchaba contra los franceses por la liberación
de Argelia, contra los franceses y los estadunidenses por la liberación
de Viet Nam, contra los fascistas blancos sudafricanos para suprimir el
apartheid en Sudáfrica? ¿No eran acaso terroristas, para
las monarquías respectivas, los que lucharon por la Independencia,
incluida la de Estados Unidos? Es evidente que el pretexto del terrorismo
está siendo utilizado, en España como en Estados Unidos,
para golpear fuertemente los derechos civiles. Pero eso sólo ayuda
al terrorismo pues cierra las vías legales de la expresión
del disenso y de la búsqueda de soluciones políticas. Por
el contrario, la democracia quita justificación a la violencia.
Por consiguiente, no sólo por razones éticas y democráticas
la violencia de Estado es intolerable: lo es también porque empuja
al caos, a la ley del Talión, a la dictadura o la anarquía.