Señora directora: Por este conducto nos permitimos dirigirnos a su prestigiado medio, solicitándole tenga a bien publicar la siguiente felicitación.

Un acontecimiento sin precedente, removió conciencias y nos erizó la piel, una mexicana, con alta responsabilidad, su tenacidad, su disciplina, su entrega, su pasión, por lo que hace todos los días, ella con su esfuerzo y dedicación traspasó las fronteras poniendo a nuestro país y la imagen de la mujer mexicana como las mejores del mundo.

Ana Guevara, las mujeres mexicanas estamos orgullosas de tu destacada participación, estamos impresionadas de las fuerzas de triunfar, te felicitamos porque hoy representas en la historia del deporte un ejemplo a seguir.

Enalteciste el nombre de nuestro país y nos diste la oportunidad de recuperar la confianza de que en México si se puede.

Ana Guevara, hoy encabezas la carrera que muchas mujeres debemos seguir, no importa el carril en el que estemos, en el espacio, y no importa lo que tengamos que cruzar, lo que nos dejas como enseñanza es que la exitosa carrera de las mujeres mexicanas ya nadie nos detiene.

Este país necesita muchas mujeres como la triunfadora Ana Guevara.

Itzel, Tania y Brenda Ruiz Moreno, Iliana, Patria, Gabriela y Veronica Moreno Ramirez, Andrea Garrido Moreno, Tere Valadez, Esperanza y Ramona Ramirez Camacho
 

Señora directora: Mucho agradeceré la publicación de esta carta:

En abril del año pasado, suspendí el pago de mantenimiento de mi departamento, después de 30 años de haberlo adquirido, por caerse por segunda vez el tirol del techo y medio plafón de uno de los baños.

La falta de mantenimiento a la azotea hizo que se filtrara el agua pluvial que se estancó adentro de los cuartos de servicio no habitados lo que hizo que se reblandeciera el yeso y se cayera el tirol y el techo del baño.

De la misma forma, mi carro ha sido dañado continuamente (estando en el cajón correspondiente) por el portero-velador.

Presenté ante la Procuraduría Social del DF una denuncia por las omisiones mantenimiento, como consecuencia de una mala administración en manos de tres señoras, sin ninguna capacitación en esa área, que cobran el mantenimiento, nunca han mostrado un estado de cuenta del mismo. Se hizo una inspección al inmueble, así como un reporte de los daños. Se resolvió que se absuelve a la señora que funge como administradora porque se desconocen con exactitud las causas reales del origen de los daños al inmueble. La procuraduría dijo que no acredité el recurso de inconformidad, al cual anexé fotografías, dos reportes de un perito arquitecto en mantenimiento y de un maestro en impermeabilización.

Lo anterior sólo revela que existe una "mafia" de servidores públicos en todas las procuradurías de justicia.

Lo anterior sólo revela que existe una "mafia" de servidores públicos en todas las procuradurías de justicia.

Bertha Casas Salazar

Señora directora: Hemos leído con atención la nota del reportero Angel Bolaños Sánchez, del pasado 23 de agosto del año en curso, con el encabezado "La intimidación, recurso constante de Espino", publicada en su prestigiado diario, que precisamente se caracteriza por su imparcialidad, de la que es un ejemplo la publicación de la carta de Fernando Espino Arévalo y de la que quisiéramos hacer algunos comentarios.

Quienes de una u otra manera hemos padecido en el Metro los atropellos y hemos vivido en carne propia las agresiones de Fernando Espino Arévalo a lo largo de sus más de veinte años de ser el operador y la mano visible para golpear de mil maneras a los trabajadores durante las administraciones priistas, no podemos permanecer callados ni indiferentes, ante la sí larga cadena de mentiras que vierte para tratar de confundir, especialmente ahora que quiere poner en jaque a los habitantes de esta gran metrópoli y su zona conurbada.

Quien ahora quiere ponerse como blanca paloma, participó directamente para golpear al primer comité elegido democráticamente que encabezaba Carlos Steck en lo que conocemos como el Charrazo de 1978, y encabezó el golpe al comité ejecutivo, también elegido por los trabajadores que encabezaba Ariel Macías Valadés. (Charrazo de 1983 reconocido inmediatamente por el T.F.C. y A).

Este "representante" sindical, quisiera olvidar que su representación fue posteriormente desconocida mediante el recurso de amparo que interpusimos. Sin embargo, permaneció en el poder. ¿Su recurso? Amenazar y amedrentar a los trabajadores, ¿Su objetivo inmediato? La destrucción sistemática de nuestra organización sindical, desaparecieron las asambleas de trabajadores. Los representantes de los trabajadores fuimos despedidos. En su lugar se realizaron "Congresos" fuera de la ciudad de México, etcétera.

Se elaboraron unos estatutos a su medida para permanecer en el poder, centralizó todas las decisiones, eliminó inclusive a quienes lo ayudaron a encumbrarse en el poder y se erigió como "líder moral y vitalicio de los trabajadores del Metro".

Se inauguró desde entonces un clima de represión, los actos gansteriles bajo la complacencia de los gobiernos priistas, empezaron a sucederse: se golpeó salvajemente a David Castro a Mario Hernández Cori. ¡Claro que se golpeó a Guadalupe Castro en un mítin que la oposición realizaba en el Zócalo capitalino! Independientemente de las argucias legales, es un hecho documentado, consumado y la responsabilidad es evidente.

Continuamos: producto de esta política hubo un retroceso en la vida sindical, se coartó la libre participación de los trabajadores en las decisiones del sindicato, las prestaciones y los derechos se convirtieron en prebendas para unos cuantos incondicionales. Los trabajadores no conocen el destino de sus cuotas sindicales.

El charrazo de 1983 se inscribe curiosamente en una campaña gubernamental contra todas las organizaciones democráticas, recuérdese tan sólo los golpes a la CNTE. ¿Coincidencia?

Espino empezó a controlar las nuevas contrataciones, controló en Instituto de Capacitación y Desarrollo, (InCaDe); de ahí la cuestionable capacitación que se brinda a los trabajadores. Penetró la estructura administrativa del Sistema de Transporte Colectivo imponiendo funcionarios en convivencia con las propias autoridades del Metro.

Ahora no es creíble que exija un buen servicio en el metro, ni que quiera ponerse de adalid, señalando las deficiencias del servicio. Estas deficiencias no son de ahora, son producto de las complicidades con que Espino Coadministró el Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, durante mucho tiempo junto con las anteriores administraciones.

Los anunciados paros locos, no son consultados ni apoyados por todos los trabajadores. Atentan contra los ciudadanos y responden únicamente a sus propios intereses, ahora que ha dejado de imponer sus condiciones. Podemos extendernos más, señora directora, y si es necesaria alguna prueba documental, estamos a sus amables órdenes. Por el momento tan delicado para la Ciudad, le agradecemos infinitamente este espacio.
 

Ariel Macias Valadez, Alfredo Gómez Yañez, Jorge Reza Casahonda, Gustavo Lopez Laredo, David Chavez Cucue, Guillermo Ruiz Castellanos, José Maldonado Pérez, Hector Gutierrez, Carmen Camarillo, Adriana Mata González, Gerardo Ayala, Celia Danae Martínez