Ponen en funciones comisión contra los
secuestros
Argentina, paralizada durante tres minutos en repudio
a la violencia
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 6 de septiembre. Durante más
de tres minutos el país se paralizó y se escuchó otra
vez el ruido de las cacerolas, de las campanas echadas al vuelo, el sonar
de bocinas y aplausos mientras se agitaban pañuelos blancos, tanto
en esta capital como en varias ciudades del país, en repudio a la
violencia y la inseguridad y en demanda de justicia, cuando 85 por ciento
de los argentinos estima que ésta no existe.
A partir de las 14 horas locales, los argentinos detuvieron
sus actividades y se sumaron a una jornada por la paz y contra la violencia,
convocada por la Red Solidaria, las pequeñas y medianas empresas
y familiares de víctimas de la delincuencia, que tuvo un enorme
eco que desbordó las previsiones.
Incluso
en todas las escuelas se leyó un texto sobre el tema. "Lo que estamos
ha-ciendo es movilizarnos para impedir que el miedo paralice a esta sociedad",
dijo Juan Carr, quien dirige Red Solidaridad.
Otra señal también fue fuerte y es que se
exige justicia dentro de las leyes, con el concepto de que "justicia, en
todos los as-pectos", y seguridad son "vitales para la democracia."
Las cifras de muertes por la violencia "hacen suponer
que una guerra está sucediendo aquí, mientras los políticos
elaboran proyectos y maniobran en una descarnada lucha hacia un poder que
se desintegra a ojos vista. Y éste es el mayor reclamo de la sociedad",
indicó un orador este día.
En todo el país se dijo "basta" al delito con violencia
que sacude a Argentina, a la inoperancia policial y judicial, pero también
se exigió una sociedad más justa, cuando casi 20 millones
de los poco más de 36 millones 500 mil argentinos son pobres.
En esta capital, de nuevo hoy familias de desocupados
llegaron a solicitar comida a algunos supermercados, mientras los piqueteros
(desocupados) y otros movimientos acompañaron a los cartoneros,
hombres, mujeres y niños que por miles recogen por las noches cartón
y papel en las calles, y reclaman planes sociales para la emergencia de
la desocupación más alta en la historia del país y
libertad para realizar su actividad.
Las manifestaciones se encontraron en distintos puntos
y aún esta noche volvieron a sonar las cacerolas, las bocinas y
los aplausos para demandar justicia y seguridad, en distintos barrios de
la ciudad.
En Bahía Blanca, al sur del país, miles
de personas marcharon esta noche con antorchas en repudio al asesinato
de un médico, y lo mismo sucedió en otras ciudades del interior
donde se ha registrado una ola de crímenes y asaltos.
"Hay violencia y no hay paz si no hay justicia, y aquí
no existe la justicia; los jueces, que deben velar por la seguridad, están
implicados en los delitos y no se respeta la Constitución", afirmó
un orador durante la manifestación popular.
Por la tarde, hubo graves incidentes en Paraná,
capital de Entre Ríos, donde la situación también
toca su límite y el gobernador Sergio Montiel, de la Unión
Cívica Radical, está al borde de la renuncia.
Desde hace meses los empleados de En-tre Ríos no
cobran sus salarios y se les paga con el llamado "bono federal", que tiene
la mitad del valor real del dinero. Así, se ha visto que la crisis
sepultó la producción en una de las provincias más
ricas del país.
En medio de esto, el presidente Eduardo Duhalde puso en
funciones la nueva comisión asesora para la prevención de
secuestros, creada para diseñar políticas tendientes a aplacar
la creciente ola de violencia e inseguridad que vive el país.