Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 1 de agosto de 2002
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Política
Cadenas privadas y Canal 11 exhiben uniformidad y analfabetismo religioso

México necesita a los indígenas, la tv no

Juan Pablo II reiteró su opción por los pobres; los medios, por los ricos y el poder

JENARO VILLAMIL

"México necesita a los indígenas y los indígenas necesitan a México", dijo Juan Pablo II en la ceremonia de canonización de Juan Diego, pero los medios electrónicos demostraron durante más de ocho horas de transmisión en vivo que no necesitan de los indios, ausentes en la cobertura y en las entrevistas que se sucedieron a lo largo de la mañana de una agotadora exhibición de uniformidad, emotividad virtual y de no poco analfabetismo religioso de las tres cadenas televisivas privadas y del Canal 11, estación pública que se sumó a la ola de fervor religioso y transmitió completa la ceremonia.

Jornada de contrastes entre el contenido litúrgico y el contenido mediático. Si en la ceremonia de la Basílica se eligieron dos lecturas bíblicas -el Eclesiastés y la Primera carta de San Pablo a los corintios- que subrayan la importancia de la humildad y que Dios está con "quienes menos tienen", los medios privilegiaron el boato y la presencia de los que sí tienen: los altos dignatarios católicos, los gobernadores como Arturo Montiel, quien cual sepulcro blanqueado se arrodilló ante el pontífice católico y le entregó una ofrenda, pero no fue aceptada, según difundió Canal 40; la familia del presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún, para quien el mejor ejemplo de Juan Pablo II es que "con amor todo se puede"; los empresarios reunidos en la Basílica; el futbolista Alberto García Aspe y la cantante María Victoria, quienes recibieron la comunión de manos del Papa.

A los indígenas sólo se les vio en el marco de la escenografía de la ceremonia. En los estudios televisivos nadie reflexionó sobre la situación de los cerca de 12 millones de mexicanos que, en su mayoría, viven en la pobreza. Incluso, a un buen número de conductores se le dificultó pronunciar el nuevo mote de san Juan Diego, repetido por el Papa durante la canonización. Difícilmente, consideraron varios analistas en la prensa escrita, el nuevo santo desbancará en el fervor religioso a las imágenes con mayor tradición y peso: la Virgen de Guadalupe y san Judas Tadeo, el santo de todos los que tienen urgencias económicas y vitales. Otro santo mexicano está prácticamente olvidado: san Felipe de Jesús, canonizado en 1862, en plena época del juarismo.

Los políticos no fueron protagonistas en la canonización ni se preocuparon por recordar el mandato juarista. La imagen más difundida fue la del rostro cansado, adolorido, afectado de Juan Pablo II. Una cámara intrusa desentrañaba sus gestos durante la ceremonia de la Basílica. Se le vio dormir, encorvado, y hasta un hilo de saliva correr en la comisura de sus labios. No obstante, los comentaristas no pararon de halagarlo y alabarlo. Otra de las imágenes más captadas fue la del cardenal Norberto Rivera, quien acompañó al pontífice en el papamóvil de la nunciatura a la Basílica, pasando por un Zócalo que no desbordaba de personas.

El presidente Vicente Fox, en entrevista "de atrio" con Joaquín López Dóriga, afirmó que Juan Diego es un "nuevo representante" de todos los indígenas "para apoyarlos", y subrayó que lo observado durante horas continuas de transmisión constituyó una "revolución espiritual". En otras palabras, la gesta de 1917 -símbolo y discurso del viejo régimen- comienza a transfigurarse en "revolución espiritual", tal y como lo expresara el propio Fox después de su triunfo electoral en 2000: "En México es necesaria una revolución espiritual universal para tener la oportunidad de ser felices, de vivir mejor, de tener menos dolores y penas". En otras palabras: adiós a la justicia social y al nacionalismo revolucionario.

Sin indígenas ni testimonios

Los conductores de televisión y los reporteros desplazados por Televisa y Tv Azteca en distintos puntos del recorrido papal compitieron, de nuevo, por el lugar común emocional y la algarabía efímera que confunde una visita pastoral con una gira de Coca Cola. Incluso, los sacerdotes que acompañaron en los estudios a los conductores de planta fueron más precisos y mesurados que los reporteros.

Por ejemplo, Pablo Reinah, apostado fuera de la nunciatura, comentaba antes de la salida del pontífice: "Son impresionantes los gritos y las porras. Seguramente el Papa los escucha". Lily Téllez, en Tv Azteca, se desbordaba: "Comienza a sentirse una emoción muy fuerte. Es el presentimiento de la gente". Antes de que empezara la ceremonia, Javier Alatorre afirmó: "El mundo indígena espera escuchar las palabras de aliento" del Papa católico. Comentó que no había una cifra exacta del número de personas que presenciaron en las aceras el paso acelerado del papamóvil, pero dijo: "si hablamos de la ciudad más grande del mundo, tenemos que hablar de millones de personas".

El espectáculo dominaba los comentarios de Valentina Alazraki y López Dóriga, reporteros apostados en la Basílica por Televisa. "Me imagino la emoción especial que siente el Papa porque aquí empezó su pontificado", afirmó la reportera que asegura que durante 23 años sólo ha tenido un motivo periodístico: cubrir las actividades del pontífice. Fue la única que identificaba a los funcionarios del Vaticano que acompañaban a Juan Pablo II.

El conductor estelar del Canal de las Estrellas, en el momento en que se observaban las salutaciones de los funcionarios públicos a las puertas del templo guadalupano, recordó que "ese ser y no ser, ese atreverse o no de la primera visita papal, ha cambiado" entre la clase política. Incluso, precisó, la Secretaría de Gobernación no quería que se transmitiera por televisión el momento de la consagración.

Canal 11, Canal 40 y Tv Azteca difundieron la misma imagen que Televisa, homogenizada, en la cual se observó una ceremonia religiosa desde el altar, sin muchos encuadres entre los asistentes y con innumerables comentarios sobre las condiciones físicas de un Papa cansado y asistido por su ceremoniero y los acólitos. "Es dramático ver a Piero Marini y al doctor sentados al borde de la silla para cuidar al Papa", decía López Dóriga. "Bellísima jornada la que estamos viviendo. Y esto seguro que ha llegado a todo el mundo", anotó en Canal 13 Alatorre.

Ninguno de los cronistas de televisión ni de radio reparó en el hecho de que los indígenas de ahora, de carne y hueso, estuvieron ausentes como protagonistas en la canonización de Juan Diego. Los únicos presentes, en la primera parte del acto litúrgico, formaron parte de la escenografía, con cánticos y bailes prehispánicos. "Es la primera vez que se ven ritos paganos en la Basílica", anotó la comentarista de CNN en Español, olvidándose de las múltiples ceremonias indígenas que se protagonizan en el mismo templo.

Sólo los conductores de CNI-Canal 40, al final de la ceremonia, anotaron que se observaron pocos indígenas y que la imagen oficial de San Juan Diego tiene poco qué ver con las características étnicas de su origen, y está "españolizado". "Esperábamos ver más", subrayó Pilar Alvarez.

Al final, a la salida del pontífice, Alatorre subrayó: "Jornada agotadora la del Papa. Ha tenido palabras para todos los mexicanos. Habría que recordar que el Papa nos habló de edificar un México mejor y de las demandas legítimas de las comunidades indígenas".

"Es un santo que bendice a otro santo", anotó Ana Winocur, quien como todos sus compañeros de Canal 13 se desbordaba en expresiones de halago y vítores al pontífice, y de emotivización de la fe.

En Televisa, Dolores Ayala se enredó con las fechas del posible festejo de Juan Diego y cómo le harían los feligreses, ya que el 9 de diciembre, la fecha asignada por Juan Pablo II, es el día en que se festeja a otros santos, entre ellos San Cipriano.

Los "milagros" de Juan Diego

Por lo pronto, gracias a la magia telenovera Juan Diego realizará su primer milagro. En Entre el amor y el odio, de Televisa, el nuevo santo levantará de su silla de ruedas al personaje José Alfredo (interpretado por Fabián Robles), según informó al periódico Reforma el productor Salvador Mejía.

Otro milagro fue el aumento del rating de La academia, de Canal 13, cuyos participantes cantaron al Papa, desde su encierro, Mensajero del amor. La televisora del Ajusco superó los 10 puntos de rating y no cesó de transmitir los promocionales con la rúbrica "la fe se siente en tierra azteca".

Menos milagroso fue el efecto de la cobertura del primer día de la visita de Juan Pablo II en la prensa escrita. La mayoría de los periódicos destacó la foto de Vicente Fox que besaba el anillo pastoral de Juan Pablo II. "Se entrega México a JP", publicó Reforma a ocho columnas. "Impacta el beso de Fox", destacó El Universal. La Jornada y El Día, excepciones en el panorama general, coincidieron en su pregunta de primera plana: "¿Y el Estado laico?". Unomásuno destacó: "Canonizaré a Juan Diego con gran gozo". Milenio Diario y El Heraldo también coincidieron en su cabeza principal: "Que Dios os haga como Juan Diego". Excélsior: "¡Sed santos! Continuad siendo fieles, llamado del Papa". El Financiero fue el único que no publicó como nota principal la visita, pero citó a Fox: "El liderazgo del Papa cambió al mundo".

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