Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 1 de agosto de 2002
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Política
Semivacíos, hoteles y restaurantes de la zona

El poder de convocatoria del Papa falló en el Zócalo

Se esperaba a 100 mil creyentes, llegaron sólo 25 mil

GABRIELA ROMERO, LAURA GOMEZ Y JOSEFINA QUINTERO

A diferencia de los festejos de un 15 de septiembre o de la marcha zapatista, ayer los feligreses no abarrotaron los restaurantes de los hoteles que rodean el Zócalo, en busca de una mejor vista. No más de tres balcones del Majestic se abrieron al paso del Papa. De uno de ellos apenas pendía una manta con el mensaje: "Bienvenido Su Santidad, te queremos la familia Manjarrez".
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Desde lo alto del edificio del gobierno capitalino se podían apreciar en el centro del Zócalo espacios vacíos, por el movimiento de los miles de asistentes que iban de uno a otro extremo de la plancha siguiendo al papamóvil en espera de que el representante de Cristo volteara a verlos y, en el mejor de los casos, les enviara un saludo.

El poder de convocatoria de la Comisión Juvenil de la Arquidiócesis de México fue poco. De los 100 mil asistentes que los organizadores estimaban se congregarían en la plancha de la Plaza de la Constitución para recibir al Papa y presenciar la bendición de la campana de la Catedral Metropolitana, apenas llegaron alrededor de 25 mil.

Para esos feligreses no importaron las más de 20 horas que permanecieron ahí, ya que el premio fue ver a Juan Pablo II en el papamóvil, aunque fuera menos de cinco minutos, tiempo que duró su recorrido por el lugar.

Las estrategias restauranteras

En restaurantes como el Sanborns se sacaron a la calle mesas con pan de dulce, café y gelatinas, que ofrecían a los transeúntes, pero sólo a los clientes se permitía el acceso a los servicios sanitarios, previa presentación de la nota de consumo. Una situación similar sucedió en la mayoría de los restaurantes ubicados en las calles Francisco I. Madero, 5 de Mayo y 16 de Septiembre, pese a que se encontraban semivacíos. Los clientes nunca llegaron.

Las autoridades capitalinas estiman que la derrama económica generada por esta visita será de alrededor de 2 mil 500 millones de pesos, aunque representantes del sector comercio y restaurantero prevén el doble, con la venta de artículos religiosos, hospedaje y alimentación, aun cuando muchos de los negocios en los alrededores de la Basílica y el Centro Histórico cerraron y otros abrieron tarde por los operativos de seguridad establecidos.

No habían pasado ni 30 minutos de que el papamóvil había recorrido el Zócalo cuando el personal de seguridad comenzó a retirar las vallas y abrir las calles. Mientras, las cortinas de acero de las tiendas comerciales de la zona se alzaban lentamente en espera de su clientela, la cual fue escasa debido a que buena parte de los capitalinos prefirieron quedarse en casa y seguir la transmisión en sus televisores, antes de enfrentarse al caos vehicular generado por los cortes viales.

Sólo unas 2 mil personas permanecieron en la Plaza de la Constitución para celebrar con aplausos, cánticos y porras la santificación de Juan Diego, y presenciar las intervenciones musicales de grupos latinoamericanos, como parte de las actividades que llevó a cabo la Comisión de Pastoral Juvenil.

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