El padre del menor, quien vive en Nueva York, ya fue a recogerlo a Tucson
Por recomendación de los polleros, una migrante abandonó a su hijo de cuatro años en la frontera
La familia salió de Puebla con el objetivo de reunir 4 mil 500 dólares en Estados Unidos y posteriormente regresar a México para comprar un puesto de periódicos
CRISTOBAL GARCIA BERNAL ENVIADO
Tucson, Arizona, 20 de julio. El pequeño Sergio David Ruiz Lino, de cuatro años de edad, fue abandonado a su suerte en la frontera entre Sonora y Arizona por su madre, María de Lourdes Lino, a quien, en busca del ansiado sueño americano, no le importó el destino de su hijo, pues lo dejó en manos de los traficantes de personas mejor conocidos como polleros.
La madrugada de este sábado La Jornada presenció el rencuentro entre el pequeño Sergio David y su padre, Domingo Ruiz, quien arribó a las oficinas del consulado de México en esta ciudad procedente de Nueva York, donde reside desde hace poco más de tres años.
El encuentro se logró gracias a la información proporcionada por el propio Sergio David a las autoridades consulares mexicanas, quien a pesar de su escasa edad declaró que su progenitor se encontraba laborando en algún lugar de la ciudad de los rascacielos, por lo que se procedió a su localización.
Debido a su corta edad, la presencia de varios funcionarios consulares y de agentes de la Patrulla Fronteriza, el menor mostró temor.
En todo momento se rehusó a hablar con los miembros de la prensa, y apenas logró decir que se encontraba feliz de abrazar a su padre, a quien hacía casi ocho meses no veía.
"Cuando vaya a Nueva York vamos a construir las torres gemelas", expresó el pequeño Sergio David, lo que sorprendió y provocó que su padre explicara que antes de los atentados del 11 de septiembre vivía la familia completa en la ciudad de los rascacielos desde hacía poco más de tres años.
El menor y su madre llegaron a la frontera el martes pasado con la intención de reunirse con él en Nueva York, y para lograr su propósito contrataron los servicios de unos polleros que les cobraron 4 mil dólares, pero al frustrarse la internación ilegal del pequeño no se cubrieron los 2 mil 300 dólares que habían acordado pagar, reveló Domingo Ruiz.
En entrevista exclusiva realizada en las oficinas consulares, Domingo Ruiz explicó que su hijo fue abandonado por su madre debido a que, por seguridad del menor, los polleros acordaron que cruzarían la frontera en grupos separados, pero nunca imaginaron que fueran a ser detenidos por los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Domingo Ruiz, sin ninguna muestra de preocupación, expresó sentirse feliz por haber encontrado a su hijo. Aseguró que hasta el momento desconoce el paradero de su esposa, María de Lourdes, quien al parecer sí alcanzó el objetivo de internarse de manera ilegal a Estados Unidos.
Sin embargo, se tuvo conocimiento que ella efectuó varias llamadas de larga distancia desde algún punto de Estados Unidos, con el propósito de dar con la ubicación de su cónyuge, por lo que, se presume, se encuentra en perfectas condiciones y en espera de rencontrar a su familia.
Originario de Puebla, Domingo Ruiz afirmó que desde hace un par de meses planeaban él y su esposa reunirse nuevamente en Nueva York, de donde salieron un mes después del ataque a las torres gemelas, debido a la incertidumbre que generó entre la población la presencia del ántrax.
"Mandé a mi esposa y a mi hijo nuevamente a México, porque teníamos miedo de que algo nos ocurriera por la proliferación de ántrax, así como por las amenazas de nuevas bombas en otros edificios públicos", agregó.
Domingo Ruiz manifestó: "Me fui de México debido a que no existen las mínimas condiciones para que una familia de escasos recursos pueda salir adelante y contar con un trabajo digno que permita cubrir las necesidades primordiales de alimentación, vivienda, educación y salud".
En México, continuó, las cosas están muy difíciles y por esa razón emigré a Estados Unidos hace poco más de tres años, con la intención de reunir 45 mil pesos, unos 4 mil 500 dólares, para comprar un puesto de periódicos en el Distrito Federal.
Indicó que por más de 10 años se dedicó a la venta de periódicos en un puesto en la estación Monasterios, de la línea 5 del Metro, mismo que pretendía adquirir, pues su propietario lo había puesto a la venta.
Puntualizó que actualmente labora como chef segundo en un conocido restaurante de la ciudad de Nueva York.