Investigadores estudian aplicaciones médicas de esa especie nativa
Programa en Xochimilco para salvar al ajolote
Error de la Semarnat, haber introducido carpas y tilapes en los canales,
señalan chinamperos
ALMA E. MUÑOZ
Comunidades indígenas de Xochimilco alertan sobre
el peligro de extinción del ambystoma mexicanum, el ajolote,
el animal prehistórico que exclusivamente se da en los canales de
esta región del sur del Distrito Federal y que por años sirvió
a las etnias de alimento y para curar de anemia, asma, bronquitis y empacho,
entre otras enfermedades.
Hoy, inclusive investigadores del Instituto Nacional
de Cardiología analizan al vertebrado, porque su alta capacidad
reproductiva y el hecho de que no sufra metamorfosis (se reproduce y madura
en estado larvario) abre la expectativa para, a partir de su piel, regenerar
partes del corazón humano.
Esteban Prado, coordinador del programa de rescate del
ajolote, iniciativa que surge de la organización indígena
Umbral Axochiatl, explicó al respecto que este ser acuático
"puede regenerar patas, cola, mandíbula inferior, agallas y otras
partes de su cuerpo", por eso el interés de los académicos
para estudiarlo.
También el Centro de Investigación Biomédica
de Occidente está interesado en el animal. Lo considera indicador
de desastres naturales, debido a que embriológicamente los anfibios
son susceptibles a los contaminantes y, en este caso, estudia hasta qué
punto les afectan celularmente los materiales pesados que están
dañando las aguas de Xochimilco.
A nivel institucional no existen estudios ecológicos
sobre la especie. "No hay nada sobre su vida natural", afirmó Prado,
quien subrayó que sin embargo en Europa sí hay biólogos
interesados en el tema, a partir de un estudio realizado en el siglo XVI
por el protomédico Francisco Hernández, donde habla de la
neotenia (capacidad reproductiva manteniendo rasgos juveniles) de este
vertebrado.
Junto con algunos pescadores del lugar, lamentó
la apatía de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
al respecto, pues la dependencia además de implantar la veda para
éste y otros animales acuáticos, permitió que la delegación
política arrojara carpas y tilapes (mojarra de agua dulce) en los
canales, afectando el ecosistema de la zona y poniendo en peligro de extinción
al ajolote, pues aquéllos se lo comen.
Salvo Esteban Prado, los otros entrevistados omitieron
dar su nombre para evitar sanciones, pues a partir de la medida tomada
por la Semarnat en 1997, los pescadores están en peligro de ser
sancionados por continuar con su actividad. Uno de ellos advirtió
que no la dejarán, porque además de ser su fuente de trabajo
por generaciones, necesitan defender al ajolote. "Atrapamos a las carpas
y tilapes para controlar su población. En 1996 sacábamos
hasta 200 ajolotes y ahora apenas alcanzamos, si bien nos va, uno o dos
en un día".
Hace ocho años, Umbral Axochiatl tomó la
iniciativa de crear una rudimentaria estación de rescate y aprovechamiento
del ambystoma mexicanum en la chinampa sede de su organización,
ubicada en el cruce de Canal Apatlaco y Canal Nacional, en el barrio de
La Santísima, en Xochimilco.
En un cuarto de cuatro por cuatro metros instalaron algunas
peceras para emprender el cuidado de 47 animales, cuyas hembras pueden
desovar entre 500 y mil 500 huevecillos, pero "lamentablemente se nos mueren
porque no hay capacidad para mantenerlos".
La idea de proteger a estos animales surgió a partir
de un concurso de proyectos productivos apoyado por el Instituto de Desarrollo
Social, el cual les otorgó 47 mil pesos de premio para becas, accesorios
de acuario, mantenimiento y alimento de los anfibios para 12 meses. Pasaron
tres años para poder conseguir más recursos. Esta vez de
la Comisión de Recursos Naturales del Distrito Federal, la cual
les otorgó 160 mil pesos para comprar equipo, pero no autorizó
en ese momento aumentar la infraestructura, aunque ahora ya les dieron
cien mil pesos más para tal fin.
El viernes pasado, dos miembros de la organización,
Alejandro Correa y Alejandra Henríquez -el primero chinampero y
la segunda estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana-
ganaron un concurso más por su trabajo de cuidado de los ajolotes,
por parte de la Semarnat -aunque nadie de la dependencia se presentó
para la premiación-, y del Instituto Nacional Indigenista obtuvieron
un reconocimiento y cinco mil pesos, que utilizarán para comprar
alimento para los ejemplares que mantienen en cautiverio.