LIBROS
Historias del mundo para el lector con prisa
Gabriela Fonseca
A PESAR DE su brevedad, la minificción pareciera
un género difícil de publicar, a juzgar por la escasez de
libros dedicados a este, llamémosle, equivalente narrativo del haikú.
PERO LOS fanáticos de la minificción tienen
la enorme ventaja de que nunca verán sus historias favoritas llevadas
al cine, como bien dice Luis Felipe Hernández, autor del libro Circo
de tres pistas y otros mundos mínimos (Bibliote-ca de Cuento
Anís del Mono, Editorial Ficticia, 2002).
ESTOS
MUNDOS se centran en cuatro temas: en primer lugar, las parodias de historias
edificantes reunidas en "Cruentos de hadas".
COMO EJEMPLO, a la Bella Durmiente en el cuento Asincronía:
"La besó, y al tiempo que ella despertaba, él quedó
fulminado por la halitosis acumulada en cien años".
LAS MIL y una noches aparecen también en
estos cruentos como en Complacencia:
"CADA VEZ que Aladino frotaba la lámpara, el genio
tenía una erección".
ASIMISMO, Una historia ya conocida recibe un sensual
giro inesperado en Favores: "Blanca Nieves no podía crer
lo que el cazador le con-fesaba.
-¿DESOBEDECEREIS a la reina y no me mataréis?
-ASI ES: le llevaré un corazón de ciervo
en lugar del vuestro y quizá la reina no descubar el engaño.
-ESTOY EN deuda con vos. Sentid mi corazón agradecido
-respondió ella llevando la mano del hombre a su palpitante y níveo
seno.
"PASIONES Futboleras", es el siguiente mundo mínimo
de Luis Felipe, que entre otras historias nos cuenta Empate: "Frente
al televisor tu marido vitorea eufórico el primer gol nacional y
tú también festejas, sonriente y agradecida en la cama de
un des-conocido".
UNA SERIE de minificciones sobre la fotografía
y los fotógrafos reunidas como una tira de contactos son el tercer
capítulo del libro titulado "Pajarito, pajarito", que nos ofrece,
entre otros, un retrato de la megalomanía en Ego: "Sobrexponer
la propia imagen termina por nulificarla".
TAMBIEN tenemos Re-cesión, que nos informa
que: "En los malos tiempos, los negativos del fotógrafo se vuelven
pesimistas".
EL ULTIMO capítulo se titula "Circo de tres pistas"
y se desarrolla dentro de una carpa llena de humor negro y nostalgia.
TURNO EXTRA: "Todos en el circo descansan los lunes, excepto
el maestro de ceremonias, quien conduce una función especial para
invidentes".
IMPRUDENCIAL: "El enanito divertía al público
con su disfraz de ratón hasta que un infausto día cruzó
por la jaula entreabierta de los fe-linos".
SOBRE ESTE tipo de accidentes versa también Nueva
atracción: "Des-de la inexplicable desaparición del domador,
el circo cuenta con el único león ventrílocuo del
mundo".
Y DE payasos tenemos Autopsia: "Cuando mu-rió
de cirrosis, se descubrió que la siempre roja nariz del payaso no
era postiza".
EL AUTOR cierra su acto con la historia de La elefantasma:
"DEAMBULA por los circos que tanta gloria le dieron. Sus
orejas, semejantes al celofán en tranparencia, son enormes al igual
que la trompa balanceante con la cual va recogiendo memorias y recuerdos:
ya sea de la ocasión en que hizo la danza de los siete velos en
el Ringling; ya de la vez de su salto a doble altura desde un trapecio
del Barnum; ya del fatídico, último resbalón que dio
en la cuerda floja del Atayde.
"A LA elefantasma no le molestan las nuevas ge-neraciones
que tratan de emularla con torpeza. Ella simplemente les observa desde
su grada ?siempre de tipo preferente? y meneando la cabeza desaprueba un
ti-tubeo, un error en ritmo de la rutina, un movimiento innecesario.
"SACIADA una vez que está de memorias, lo único
que la estrella sigue deplorando con añoranza y antojo cada vez
menor, es que los cacahuates carezcan de ánima."