Rinden homenaje también a Coco
Potenza
Conmemoran a ritmo de tango el 67 aniversario luctuoso
de Carlos Gardel
JAIME WHALEY
En prolongada reunión que dejó constancia
de que el tango está vigente, los amantes de este género
ya más que centenario, conmemoraron un aniversario luctuoso más
de Carlos Gardel y de paso aprovecharon la ocasión para festejar
a otra leyenda, el músico Coco Potenza, que a estirar la
caja del bandoneón se dedica.
Fueron
67 años de aquel funesto 24 de junio de 1935 en Medellín,
Colombia, cuando la aeronave que llevaba a Gardel se precipitó a
tierra poniendo así fin a la vida de quien es considerado el epítome
del intérprete del arrabalero ritmo.
Una nómina como de directorio, numerosa, pues,
se presentó en el amplio escenario de la Unidad de Congresos del
Centro Médico Siglo XXI y no se pudo evitar el recuerdo del difunto
Gastón Martínez Matiella, sonorense de Guaymas, para precisar,
funcionario culto del mismo Seguro Social -rara avis en los tiempos
que corren- quien fundó la Academia Mexicana del Tango en 1994.
Los artistas, pues, que en cifra superior a la veintena
se presentaron, le rindieron pleitesía al Zorzal, cuya fotografía
pendía de uno de los muros laterales del recinto en forma de abanico,
como trozo de queso de cajita.
Carlitos Solari, uruguayo, y buen payador, esto
es, versado en asuntos campiranos, abrió la tanda que se fue alargando
elásticamente hasta tocar punto final, ya mero tres horas más
tarde, con un homenaje a Gardel por parte de Fredy Potenza, hijo del festejado,
quien actuará, el mes próximo, en un espectáculo tanguístico,
los fines de semana en el Foro Cultural Coyoacanense.
El viejo Potenza disfrutó lindamente del reconocimiento.
El y sus acompañantes -su hermano Oswaldo, quien se alternó
en los teclados con el Bocha Mazza- le pusiereon fondo sonoro a
lo dicho y bailado. De esto último hubo nueve parejas, que dieron
cátedra sobre la madera. Le faltaba fuelle al gusano melodioso mientras
al Coco se le descomponía su bien cuidada cabellera. cuando,
como mandan los cánones, se inclinaba sobre el instrumento para
arrancarle todo su dramatismo.
Guillermo Carvel, uno de los cantantes, recordó
que Gardel comenzó sus correrías por los bajos mundos de
las orillas del Rio de la Plata, en 1892, cuando llegó a Buenos
Aires desde su Francia natal, que después hizo dueto con Rassano,
de quien se separó ''en mil nueve veintisiete''. y de ahí
surgió a la fama prácticamente en todo el orbe.
Para aquellos tangautas un comedero, La Biela,
que está frente al Parque España, ofrecerá por toda
esta semana un homenaje a dos Carlos, Gardel y Solari.