Señalan que mecanismos que proyectan
naciones legalizan la biopiratería
Piden ONG a países megadiversos consultas sobre
el manejo del capital natural y la biotecnología
ANGELICA ENCISO L
Organizaciones No Gubernamentales enviaron una carta al
Grupo de Países Megadiversos, del cual México forma parte,
para que se realicen consultas nacionales sobre el manejo de la biodiversidad
y el uso de la biotecnología en los recursos naturales.
En febrero de este año en Cancún se reunieron
representantes de los 12 países con mayor biodiversidad en el mundo
para constituir el citado grupo. Estas naciones concentran 70 por ciento
de la biodiversidad del planeta y 45 por ciento de la diversidad cultural.
La
convocatoria de esa reunión se debió a que los gobiernos
consideran que el uso de la biodiversidad es una oportunidad para el desarrollo.
Estiman que tiene un "valor estratégico, económico y social,
que ofrece una oportunidad de desarrollo de nuestra gente y la comunidad
internacional".
En el documento, las organizaciones -entre las que se
encuentra la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, Amigransa
de Venezuela, el Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo y Acción
Ecológica de Ecuador- sostuvieron que la biodiversidad ha cobrado
valor económico por el uso que le ha dado la biotecnología
y con esto se ha dado valor agregado a los recursos genéticos.
Respecto a la distribución equitativa de beneficios
por el uso de la biodiversidad, de la que participarían las comunidades
indígenas, los gobiernos han identificado la necesidad de establecer
términos mutuamente acordados como prerrequisito para otorgar patentes,
pero dan especial importancia a la iniciativa privada en las acciones que
se puedan adoptar para alcanzar los principios del convenio de biodiversidad
y manejar el "capital natural" de los países megadiversos.
Entre las naciones que cuentan con esta riqueza genética
se cuentan Brasil, Venezuela, Costa Rica, Colombia, India, Ecuador, Indonesia,
México, Kenia y Perú. Estos países también
se proponen la promoción de mecanismos para salvaguardar la repartición
equitativa de beneficios que surjan del uso de la biodiversidad y sus conocimientos
asociados, así como la promoción de "regímenes sui
generis" para la protección del conocimiento tradicional.
Las ONG estiman que aunque esto se maneje como una forma
de frenar la biopiratería -fenómeno que se ha presentado
en México con la sustracción ilegal del frijol enola, que
fue patentado en Estados Unidos por el agricultor Larry Proctor- en realidad
se trata de una forma de legalizarla.
Las agrupaciones consideran que frente a esto es necesario
que los gobiernos cumplan con los compromisos internacionales: el Convenio
de Diversidad Biológica, el Protocolo de Bioseguridad, los derechos
colectivos reconocidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo.
Además los gobiernos deben emprender amplias consultas
nacionales, antes de tomar decisiones sobre la diversidad genética
de las naciones, y estos procesos deberán estar dirigidos a los
pueblos indígenas y campesinos.