Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 8 de junio de 2002
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Espectáculos
La fanaticada recibió con gritos y aplausos a Shirley Manson en el Auditorio Nacional

Cada que venimos, son ustedes más y más, dijo la vocalista de Garbage

Con I just wanna have something to do, la banda estadunidense homenajeó a Dee Dee Ramone

El público salió consciente de que lo apreciado el jueves por la noche no fue una basura

PATRICIA PEÑALOZA ESPECIAL

Exaltada, sinceramente conmovida al ver un Auditorio Nacional repleto, Shirley Manson suplica, a una hora del concierto del jueves por la noche, que alguien suba al escenario a traducir sus sentimientos. Una chavita trepa; la cantante de Garbage le dice con su acento escocés que se siente muy emocionada de estar ahí. La chavita la mira con cara de what: "ai don onderstán". El público abuchea. Otro carnal sube... Shirley se pule arrojando corazón, pero éste tampoco entiende. El auditorio se ríe divertido, arroja buuus, y el carisma de la banda sube mientras se avientan hora y media de atinadas rolas, de buen rockantronic contemporáneo.

El cuarteto de Madison, Wisconsin, comandado por el baterista/programador/súper-productor Butch Vig (quien no se presentó debido a una infección en el oído), hizo escala en la ciudad de México para promover en concierto su tercer álbum Beautifulgarbage (quizá el más flojo respecto de los primeros). Shirley, luego de iniciar con el mega-hit Push it, del Versión 0.2 (1998), advierte feliz en inglés: "Cada que venimos, son ustedes más y más y más. ¡Es impresionante!" El grueso de los asistentes ovaciona su comentario, acaso denotando haber acudido a mejores academias de inglés que los incautos que más adelante preferirían estar al lado de Manson, aunque no supieran traducir. Y es que ahora que Shirley se puso más platicadora que en sus anteriores presentaciones en el Metropólitan, la fanaticada respondió con gritos, aplausos o expresiones correspondientes a lo dicho por ella en english.

Shirley trae nuevo look: pelo cortito, pintado de rubio (algunos extrañan su pelirroja melena); es sorpresa descubrir lo alta que es. Desde su atuendo bélico (pantalones baggy camuflados, bota militar) y su ceñida blusa blanca sin bra (un excitado gime al ver las pantallas: "¡Ah! ¡Mira esos pezones!"), la ex vocalista de Angelfish no cesará en lanzar un aguerrido show, mesurado en sus caminatas a lo largo del escenario pero no por ello menos entregado. Si por algo Vig eligió a Manson es porque, ha dicho, "es capaz de cantar el texto más simple de la manera más intensa". Mientras en sus anteriores conciertos pegó de brincos, corrió de modo más juvenil, en esta gira la vocalista se torna más sensual, en concordancia con varias de las fresi-pulidas tonadas de su nuevo álbum, a diferencia de los anteriores, más crudos, rasposos, enérgicos. Sus pasos son acompasados, su maquillaje ha disminuido. Se le mira esbelta, segura, firme, con todo y ligerísima sexy-pancita. Shirley se encuentra en muy buen momento.

Lo nuevo del sonido Garbage

Desde el inicio se extraña al buen Vig, pero Matt Timberlain, el sustituto, se va ganando respeto con su potencia y efectividad, tan necesaria para ese sonido Garbage, repleto de ruidos y secuencias electrónicas basadas en cierto jungle primigenio y en guitarras de acordes precisos y distorsiones explosivas, listas para alojar pegajosas melodías. Para ello se lucen los guitarristas Steve Marker (quien también disparará secuencias y acompañará en teclados), pero sobre todo el guitarrista líder Duke Erickson, cuyas cuerdas y rasgueos se han tornado más flotaditos, menos bruscos; también adornará con frecuentes toqueteos en el teclado. En el bajo les acompaña un joven e incógnito invitado. No necesitan más. Escenografía adusta, toda la banda echada al frente y mucho poder musical. Imagen directa y clara, tal y como lo son sus temas.

Después de otras rolas, Shirley intenta un acercamiento en la lengua de Cervantes: "Buenas noches Mexico City, ¿cómo estás? Nosotros es Garbage". Todos ovacionan felices. Luego lamenta en inglés no poder hablar español. "Please forgive me" (por favor, perdónenme), suplica tierna, y todos se derriten. Esta preocupación parecerá obsesionarla a lo largo del concierto, ávida de entregar lo mejor de sí a sus seguidores. De nuevo se manifiesta más que contenta de estar en esta ciudad, y se discute con otro hit, I think I'm paranoid. Su voz es tersa, deslizable, grave, cachonda. El público está en el bolsillo desde el inicio. Ya encarrilados, siguen los puros éxitos del Version..., ahora con Special. Acaso habrán empezado con ellas, porque a decir de esta cronista, es su álbum más eficaz y redondo en concepto. "Muchas gracias... ¡Hooola!", sigue intentando.

Homenaje a Dee Dee Ramone

Una vez todos exaltados, viene la melancolía con la balada Cup of coffee, del nuevo disco; es la primera rola compuesta en su totalidad por ella para Garbage, acerca de un corazón roto. El reciente sencillo Androgyny instala sonrisas, pero no es tan poderoso. Viene Not my idea del primer disco, que aún suena a ese rico alternativo de inicios de los 90. When I grow up, del segundo, y el público corea "Pa-pa-pa-pá". Shirley se pone seria y dice que tal vez no sea buen momento para hablar de muerte, pero que el fallecimiento de Dee Dee Ramone les ha conmovido, por lo que dedicará I just wanna have something to do, a incluirse en un álbum próximo de tributo a la seminal banda de punk The Ramones. Viene Milk, la tranquilita del homónimo disco debut. Vuelve la alegría y Manson bromea, ultracarismática: la hace de animadora de programa de concursos y pregunta a Erickson, "por dos dólares", cuál es su bebida favorita; Duke dirá que una bebida polaca, el público abuchea. Shirley pregunta de nuevo, dice darle chance. Duke no contestará "tequila...", dirá: "el mezcal", ante la divertida audiencia.

Shirley, como buena fan de Eminem, rapea con Shout your mouth. Euforia con la magnífica Stupid girl. Viene su retrochentero tema Cherry lips. Se van pero vuelven con la viejita Supervixen, dedicada a los más fans, y con Breaking up the girl. Se retiran con la anhelada Only happy when it rains, en versión extra-large. Garbage se va veloz, dejando a todos antojados.

Al final, el público. Miguel: "Muy bueno, sobre todo el cover a los Ramones". Pamela: "Estuvo muy cortito". Leonora: "Estuvo bien que no se clavaran sólo en el nuevo disco, habría sido muy aburrido". Javier: "Mis respetos para su ingeniero de audio, hacer sonar tan bien este lugar es un logro... lástima del nopal que se subió sin saber inglés... siquiera le hubiera agarrado las nalgas". Total que entre sonidos satisfactorios y bromas pesadas, todos van sonrientes, conscientes de que lo apreciado no fue una basura.

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