Mañana, paro convocado por la CGT disidente
Vuelven las protestas de ahorristas y desocupados en Argentina
Exigencias del FMI tienen "en jaque" al gobierno
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 20 de mayo. Un "piquetazo nacional" marcó este día el retorno masivo de los desocupados a los bloqueos de calles y rutas en Argentina, en una jornada de lucha "contra el hambre y la miseria", mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone en jaque al ministro de Economía, por medio de figuras del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Los ahorristas también fueron parte de esta jornada de protestas, arrojando huevos contra buena cantidad de sedes bancarias en el centro porteño, después de acusarlos de una conspiración para impedir que se abra de alguna manera el corralito financiero que tiene confiscados sus depósitos desde diciembre.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien se esfuerza por lograr un equilibrio entre los bancos y los ahorristas, acusó este día a "funcionarios de segunda línea del Banco Central por una acción que los llevó a enfrentar públicamente medidas que se aplicarían para salir del corralito". El Banco Central sigue teniendo en sus filas a quienes trabajaron para la administración de Carlos Menem (1989-99), periodo durante el cual hubo graves irregularidades y escándalos por lavado de dinero. El ex presidente de esa institución Pedro Pou está acusado de decenas de delitos de corrupción, pero es una de las figuras que el FMI y Washington intentan salvar con su demanda de que se derogue una ley que penaliza delitos financieros, y que según ellos aleja a posibles inversores extranjeros.
Lavagna trató de no atacar en forma directa al actual presidente del BCRA, Mario Blejer, quien asume públicamente las posiciones del FMI. El ministro dijo que pretende que se salga del corralito con una solución que tenga relación directa con "la actividad productiva, porque de lo contrario se estaría dando simplemente un bono a los bancos para que limpien su pasivo y punto".
El FMI también ha intentado en las recientes semanas que el Estado se haga cargo de la deuda de los bancos con los ahorristas.
En tanto, la protesta crece. En esta capital, el piquetazo (cortes de rutas de los piqueteros o desocupados) se dejó sentir especialmente en los accesos a la ciudad, aunque el epicentro de las protestas estuvo en el populoso partido de La Matanza, uno de los distritos de las afueras de Buenos Aires más poblados y con mayor índice de desocupación. Ahí, miles de organizados en la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y en la Federación de Tierras y Viviendas cortaron una ruta nacional para exigir la entrega de alimentos, y una "tarifa social" para los desempleados y subempleados, que ya no pueden pagar en muchos casos ni la luz ni el gas.
También hubo cortes de ruta en el interior del país, donde la pobreza se ha disparado de manera alarmante. Por ejemplo, en Villa Quinteros, provincia de Tucumán, en lo que va del año la desnutrición infantil aumentó 637 por ciento este año, según revelaron datos recogidos por la prensa.
A las movilizaciones de este día seguirá un paro con movilización convocado por la Confederación General del Trabajo (disidente) para el próximo 22 de mayo; un día después serán los bancarios quienes protestarán ante la suspensión de labores de los bancos del Suquía, Bisel y de Entre Ríos, debido al cierre de puertas del grupo francés Credit Agricole, que deja en la calle a miles de personas. Y luego seguirán las jornadas de lucha previas a la huelga general del 29 de mayo convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
La presión popular, por un lado, y las exigencias del FMI, tienen en jaque a la administración de Eduardo Duhalde, quien según los sondeos apenas tiene 9 por ciento de apoyo popular. La diputada Elisa Carrió, de la centroizquierdista Alternativa para una República de Iguales (ARI), continúa a la cabeza de las preferencias de los argentinos, si hoy se eligiera presidente.
Desde Chile, en tanto, el ex presidente Menem sostiene que es el único que puede "salvar" al país, aunque no se atreve a caminar por Buenos Aires, ya que los argentinos atribuyen a su gobierno una década de privatizaciones y aperturas económicas "salvajes", y a su política de convertibilidad, que ató al peso con el dólar, la crisis sin precedente en que están hundidos.
Justamente, ahora también van saliendo a la luz investigaciones, como la del diario Clarín, que muestran que los saqueos de diciembre que provocaron un estallido popular que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa, no fueron espontá-neos, sino organizados.
El esquema era aprovechar la desesperación de los más pobres, avisando en esos barrios que a una hora determinada iba a ocurrir un pedido de alimentos frente a un supermercado. Una vez reunida la gente, aparecían grupos contratados para romper con toda tranquilidad los escaparates, y la policía recién aparecía cuando los pequeños negocios ya habían sido saqueados. Los hilos de la investigación llevan a personajes que tienen vínculos con el peronismo tanto de Menem, como del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires y actual canciller, Carlos Ruckauf.