Los discursos en Washington y Miami tendrán respuesta, afirma
La "agresión" de la Casa Blanca, nada nuevo, señala el líder parlamentario Ricardo Alarcón
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 20 de mayo. Cuba calificó hoy de "una escalada" los anuncios del presidente estadunidense, George W. Bush, sobre la política futura de la Casa Blanca hacia la isla, pero los recibió sin sorpresa y como muestra de la ratificación de la línea que ha mantenido Washington durante cuatro décadas.
"La agresión contra Cuba, la injerencia, no es nueva", dijo el líder parlamentario Ricardo Alarcón, al intervenir en un pánel en la televisión oficial. "Toda esta política para tratar de destruir la revolución no es nueva. El está anunciando una escalada, una nueva forma de hacerlo."
Alarcón advirtió, sin embargo, que los discursos del mandatario estadunidense en Washington y Miami recibirán, más adelante, una respuesta oficial cubana.
El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular dijo, irónico, que Bush protagonizó "un acto que denota audacia, valor y arrojo", porque acusó a Cuba de fraude electoral, en un momento en el que está en entredicho su eficiencia en la campaña contra el terrorismo.
Alarcón subrayó que la invocación a la limpieza electoral contrasta con el antecedente de los comicios presidenciales de 2000, en los que Bush terminó ganando por menos de mil votos emitidos en el sur de Florida, enmedio de un escándalo y bajo la sombra del fraude electoral.
"Bush nunca ha dejado de agradecer a la mafia de Miami el hecho de ser presidente de los Estados Unidos", agregó. "El sabe que llegó ahí por una serie de maniobras, componendas y trucos que esta gente hizo para él."
También hizo notar que parte del auditorio de Bush en Miami estuvo integrado por personajes conocidos por su vinculación con acciones terroristas, como Orlando Bosch, autor intelectual del sabotaje al avión cubano que causó la muerte de sus 73 ocupantes en 1976.
Alarcón contrastó esas vinculaciones del mandatario con la impugnación pública que ha surgido tras conocerse en los últimos días que información de inteligencia hacía prever los atentados del 11 de septiembre.
Activistas opositores reconocieron como favorables las menciones de Bush a la defensa de los derechos humanos en Cuba, pero criticaron la insistencia en una línea que Washington ha mantenido durante cuatro décadas y que, adujeron, provocará la misma reacción refractaria del gobierno de La Habana.
"Apoyamos todas las referencias de Bush al tema de los derechos humanos y su pedido de liberar a presos políticos, pero el resto de su discurso es retórica de la guerra fría", dijo Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).
"Es más de lo mismo", dijo Sánchez, uno de los interlocutores del ex presidente Jimmy Carter la semana pasada. "El gobierno cubano va a responder con la crispación acostumbrada."
Vladimiro Roca, excarcelado hace dos semanas después de cumplir cinco años de prisión, señaló a su vez que la prolongación de las tensiones entre los dos gobiernos detendrá "un cambio más rápido hacia la democracia".
Una mejoría de la relación con cambios en ambas partes "ayudaría más a una transición hacia la democracia y acabaría con uno de los argumentos más manidos por el gobierno cubano" para sofocar a la oposición interna, señaló.
Ambos activistas hablaron con periodistas extranjeros después de escuchar el discurso de Bush en un hotel de la capital. "El gobierno de Cuba tiene que cambiar la mentalidad obsoleta que tiene, pero el gobierno de Estados Unidos sigue anclado también en la mentalidad obsoleta del embargo. La fuerza no debe mediar, debe ser precisamente el diálogo", dijo Roca, quien también habló con Carter el jueves pasado.
Los dos disidentes tomaron distancia, además, de la reiterada política estadunidense de facilitar recursos económicos a la oposición en la isla.
Aceptar esos fondos "justificaría el discurso y los ataques del régimen de Cuba, que insiste de una manera mentirosa en que nosotros somos pagados" por Estados Unidos, dijo Sánchez.
"Podemos aceptar recursos, pero de organizaciones no gubernamentales o humanitarias", dijo Roca. "No del gobierno de Estados Unidos. No estoy de acuerdo con esa parte del discurso".