MELON
Luis Angel Silva
Rudy Calzado
TAL PARECE QUE mayo es fatal para los soneros. En 1987,
el día 13 fallecieron Manuel Osorno Buendía, trompetista
de gran sabor, aquí en el DF, y en Puerto Rico, Ismael Rivera, el
sonero mayor de Borinquen. Según informes de la agencia C y M, el
sábado 11 del presente emprendió el viaje sin retorno el
sonero compositor Rudy Calzado, en Hamburgo, a consecuencia de larga enfermedad
cardiovascular.
RUDY LLEGO A México en 1954 como parte de la orquesta
de Enrique Jorrín. En esa agrupación venían Mario
Muñoz Papaito (R.I.P.) y Roberto Agüero, el cual todavía
se encuentra entre nosotros. Debutaron en el desaparecido teatro Follies;
posteriormente, actuaron en el cabaret Pigalle durante larga temporada
con gran éxito.
ORIUNDO DE SANTIAGO de Cuba, Rudy compuso Kikirikí,
número muy popular que diferentes agrupaciones grabaron, así
como Quimbia. Pero Tumba la caña, en mi opinión,
es una composición bellísima.
A PESAR DE su estancia en México, por motivos de
trabajo no hubo acercamiento entre nosotros. Esto sucedió en Los
Angeles, California, en la segunda gira a territorio pecoso de Lobo y Melón
con su grupo. Compartimos tarima en varias ocasiones, en especial, en el
Club Havana (sic), del cual eran propietarios Chico Sesma y René
Bloch, director de la orquesta donde Rudy Calzado era el cantante, mientras
Humberto Cané (R.I.P.) tocaba el bajo y Pat Rodríguez -al
cual Tito Rodríguez dedicó El que se fue-, la paila.
Era una orquesta de gran calidad.
LE GRABAMOS VARIAS composiciones; en lo particular nuestro
trato fue cordial, sobre todo durante mi estancia en Los Angeles, cuando
tuve que ausentarme de mi patria por razones que no viene al caso comentar.
A mi llegada conocí a Bernie Ulano, el cual formó la orquesta
La Diferencia, y compró el Club Binochios de North Hollywood, el
cual inauguró Tito Puente. Más tarde me invitó a tocar
en ese lugar alternando con su orquesta, donde Rudy era parte de la misma,
en compañía de grandes músicos, entre ellos, José
Caridad Perico Hernández, otro gran compositor, percusionista
y cantante. Guardo grato recuerdo de Rudy, así que, descanse en
paz.
LO MISMO PUEDO decir de Maelo, al que conocí
en Nueva York y pasé una tarde deliciosa en su compañía.
A petición de él mismo, eché la paloma con
sus Cachimbos en el Casino 14 de la Gran Manzana. Lamento su deceso porque
la clase de persona que fue es la que me gusta: sin dobleces, franca, directa,
donde la hipocresía no tiene cabida. De eso me di cuenta en todas
las ocasiones que pasamos juntos.
DE MANOLO, MI compadre, el recuerdo es mayor. Nuestra
amistad tuvo que ver con el son y el ser vecinos; más tarde formar
parte de conjuntos que dejaron huella. Tuve el macabro honor de haber sido
testigo de sus últimas improvisaciones, las cuales tuvieron lugar
en La Escena, acompañándome en mis actuaciones. Tuve que
llevarle su sueldo, sordinas y campana al hospital de Pemex, de donde salió
sólo para velarlo y, por supuesto, enterrarlo con las notas de sus
grabaciones, que quedaron para la historia del son cubano, en este México
de mis amores a pesar de lo que ha sucedido, sucede y espero algún
día pare, para bien de nuestra patria.
TERMINO CON ALGO dedicado a quien fue testigo de mis tristezas,
alegrías, triunfos y fracasos en el medio sonero, con cariño
y respeto:
Manuel Osorno Buendía
Alma de niño y sonero
Con estilo zandunguero
Bordado de fantasía.