Cuatro horas de bloqueo en San Lázaro
derivaron en intensa movilización de legisladores
Obliga la CNTE a diputados a mediar ante SEP y Gobernación
Comisión plural dará seguimiento y vigilancia
a las demandas planteadas por disidentes
ALMA E. MUÑOZ
Medio millar de profesores de la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación se posesionaron de los accesos al
Palacio Legislativo de San Lázaro durante más de cuatro horas,
obligando a la conformación de una comisión pluripartidista
de 16 diputados, quienes darán seguimiento y vigilancia a las demandas
de incremento presupuestal para el sector educativo solicitadas por el
magisterio disidente.
La presión ejercida por los mentores obligó
a los legisladores a preparar para el próximo martes una reunión
con la Junta de Coordinación Política, la mesa directiva,
los diversos coordinadores parlamentarios y los presidentes de las comisiones
de Presupuesto, Educación y Seguridad Social de la Cámara,
para discutir el papel de interlocutor que, acordaron, asumirán
los diputados ante las secretarías de Gobernación y de Educación
Pública.
Tras dicho encuentro, los partidos políticos alcanzarían
un punto de acuerdo que se valorará en la Comisión Permanente
del miércoles siguiente para dar continuidad a los reclamos magisteriales.
Movilización legislativa
Desde las 10 de la mañana comenzaron a congregarse
los educadores frente a la puerta principal del recinto para buscar una
negociación con parlamentarios. Primero bloquearon dos carriles
de la avenida Congreso de la Unión y después varios grupos
se apostaron en cada una de las ocho puertas con que cuenta el complejo
arquitectónico, en espera de una respuesta a su petición.
Cerca del mediodía, sólo un diputado hizo
acto de presencia. Al reunirse con una comisión de 20 inconformes,
el perredista Miguel Bortolini intentó infructuosamente convencer
a los profesores de postergar el encuentro para la próxima semana,
disculpando la ausencia de legisladores en el Congreso, por ser viernes,
atender asuntos particulares, ser partícipes de la reunión
interparlamentaria México-Estados Unidos o estar fuera del país.
Ninguno de los argumentos convenció. Los ánimos
comenzaron a calentarse entre los maestros que aguardaban en las calles
aledañas al inmueble. De inmediato acordaron tomar por asalto el
Palacio Legislativo: pretendían trasladar el plantón que
mantienen en el Zócalo hasta San Lázaro para obligar a una
respuesta.
Mientras la comisión negociadora alcanzaba el vestíbulo
principal de la Cámara y hacía suyas algunas vallas de madera
que se utilizan para controlar los accesos, el grueso del contingente bloqueó
las entradas y salidas del lugar.
Los responsables de la seguridad interna del recinto hicieron
un sinnúmero de telefonemas en busca de legisladores. Parecía
que nada pararía a los mentores: en la puerta cuatro tiraron una
malla ciclónica; desprendieron una puerta metálica de uno
de los estacionamientos, arrancaron pedazos de concreto para golpear el
enrejado y otros lograron colarse, en un primer momento, a la explanada.
A las 14 horas apareció de nuevo Bortolini. Reiteró
a los inconformes sus planteamientos iniciales: ''no hay nadie; ya hablé
con nuestro coordinador Martí Batres, quien buscará que sean
recibidos la próxima semana... Los diputados están en reuniones,
en la binacional, fuera del país o en sus distritos''.
Veinte minutos después, los elementos de seguridad
convocaron a más legisladores, que estaban en sus oficinas o en
reuniones dentro o cerca de la capital. Reunieron a 16: ocho del PAN (Héctor
González Reza, Jesús López Sandoval, Hugo Camacho
Galván, Benjamín Muciño Pérez, Francisco Guadarrama
López, Daniel Ramírez del Valle, Carlos Alberto Flores Gutiérrez
y Luis Fernando Sánchez Nava); tres del PRI (Jorge Esteban Sandoval,
Augusto Gómez Villanueva y Araceli Domínguez), y cuatro del
PRD (Bortolini, Víctor Ochoa Camposeco, Félix Salgado Macedonio
y Luis Miguel Barbosa), así como José Manuel del Río
Virgen, de Convergencia por la Democracia.
Para entonces, las bases gritaban consignas y recorrían
los pasillos del inmueble en busca del salón de sesiones. La comisión
negociadora controló el apremio por tomar el recinto, con
el argumento de que sus presiones derivaron en un encuentro.
No obstante, el grueso de los mentores se negó
a dejar el vestíbulo. El piso estaba cubierto de jorongos, cobijas
y morrales de cuerpos agobiados por 25 días de actividad.
Otros se quedaron en la explanada y ocuparon las escalinatas.
Mientras, los líderes se dirigieron hacia el salón Heberto
Castillo, en el edificio B del Congreso, para reunirse con los diputados
que aguardaban.
Roberto Reyes, de la sección 18 de Michoacán,
precisó el principio de la reunión: ''queremos que escuchen
nuestros planteamientos y busquemos esquemas de solución para la
problemática de la educación en el país''.
Hubo dos exigencias de los disidentes: ''como responsables
del pueblo, les exigimos que asuman desde ahora su papel de interlocución
con las secretarías de Gobernación y de Educación''
y ''que entre todos agendemos mesas de trabajo con las comisiones de Educación,
Presupuesto y Seguridad Social''.
Tras 20 minutos de evaluación, los legisladores,
en voz de Araceli Domínguez, acordaron: ''nos integramos en comisión
plural para estar al pendiente de toda la problemática y estamos
en la mejor disposición de encontrar soluciones para los enlaces
que sean necesarios''.
Frente a la posibilidad de que los mentores tomaran
el recinto indefinidamente, los diputados se movilizaron y contactaron
a la presidenta de la mesa directiva, Beatriz Paredes, quien se ofreció
a recibirlos el martes, a las 11 de la mañana, junto con los presidentes
de las comisiones de Educación, Seguridad Social y Presupuesto,
y los coordinadores de los diferentes grupos parlamentarios.
''Acordamos el martes, porque un día después
hay sesión de la Permanente, de la cual forman parte Bortolini,
Augusto Gómez Villanueva y José del Río, quienes buscarán
un punto de acuerdo para encontrar una solución a sus problemas'',
explicó Félix Salgado a los maestros, quienes se mostraron
decididos a evaluar los planteamientos en busca de una pronta solución.
Exigieron que los acuerdos se escribieran y aceptaron
a la priísta Araceli Domínguez como enlace para verificar
el cumplimiento de los compromisos.
Antes de retirarse del salón Heberto Castillo,
los representantes de la CNTE aclararon: ''si no vemos cristalizado este
compromiso, asumiremos formas de lucha para hacernos escuchar; como coordinadora
tenemos nuestros mecanismos'', y prueba de ello, se jactaron, fue el hecho
de que congregaron a diputados para alcanzar acuerdos inéditos en
su historia de lucha magisterial.
Mientras, en el vestíbulo, la explanada, los accesos
y las calles aledañas a San Lázaro los maestros esperaban
informes y se manifestaban dispuestos a reaccionar en caso de una respuesta
positiva. La mayor parte del tiempo se mostraron respetuosos del acuerdo
interno alcanzado: salvo lanzar consignas, no cometer ningún otro
tipo de manifestación hasta conocer los resultados del encuentro.
Algunos aprovecharon para turistear por el lugar;
otros prefirieron recostarse o sentarse en las instalaciones.
Ya habían pasado más de cuatro horas cuando
algunos trabajadores del lugar comenzaron a desesperarse. Uno de ellos,
en la puerta principal, se aventó contra un grupo de inconformes
tratando de escapar del encierro. Sólo consiguió alterar
a los profesores, quienes de inmediato comenzaron a gritar, empujar y reforzar
su bloqueo. El asunto no pasó a mayores. Y los profesores, pese
a la amenaza de lluvia, no mostraron intención por abandonar sus
acciones.
Casi a las 18 horas, la comisión negociadora abandonó
el Palacio Legislativo entonando: ''nos vamos, pero regresamos''. Concentró
a sus compañeros en Congreso de la Unión y explicó
los compromisos adoptados por los 16 diputados que los recibieron.
Hoy, por secciones, la CNTE evaluará la jornada
de esta semana. Este domingo, en plenaria, determinarán las próximas
acciones.