Habría desbalance en el esquema original para la privatización del sistema ferroviario, aduce

Rechaza la CFC fusión de Ferromex y Ferrosur

Demandarán corporativos al gobierno federal vender su participación en la competidora TFM

VICTOR CARDOSO Y JUAN ANTONIO ZUÑIGA

Ante el fallo de la Comisión Federal de Competencia (CFC), en contra de la fusión de las dos empresas ferroviarias troncales (Ferromex y Ferrosur), filiales de Grupo México y Grupo Carso, respectivamente, ambos corporativos informaron que demandarán al gobierno federal la venta de su participación en su competidora Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), "porque no se puede ser juez y parte".

Ayer, luego de concluir el pleno de la CFC, se conoció que los comisionados de ese organismo regulador habían acordado rechazar la fusión de Ferromex y Ferrosur, solicitada desde febrero pasado.

En respuesta, Grupo México dio a conocer que "lamenta esta resolución inicial, convencido de los claros argumentos jurídicos, económicos y de los efectos pro competitivos de esta transacción, así como del beneficio a los usuarios y al desarrollo del transporte ferrocarrilero de carga, que sustentan la solicitud de concentración presentada por esta empresa a la CFC".

De acuerdo con los tiempos establecidos por la Ley Federal de Competencia Económica, las dos empresas ferrocarrileras tienen un mes para preparar y presentar argumentos y pruebas contra la resolución de la CFC, y este organismo, a su vez, cuenta con dos meses adicionales para responder a ese recurso de reconsideración.

Para Ferromex y Ferrosur, la decisión de la CFC sería contraria a un intento por nivelar las condiciones de competencia en el mercado ferroviario nacional, dado que TFM opera las rutas más rentables del país: México-Nuevo Laredo y México-Veracruz.

Durante el periodo de análisis sobre la concentración entre las dos empresas ferrocarrileras. la CFC explicó a legisladores que como consecuencia de esa fusión se registraría un desbalance del esquema original planteado para la privatización del sistema ferroviario nacional.

En éste se considera que una empresa ferroviaria no podría adquirir más de 5 por ciento de otra operadora; de la misma forma se consideró que la unificación Ferromex-Ferrosur provocaría una transportación ininterrumpida de la carga norte-sur y esto, a su vez, en una modificación en flujos de carga y en la toma de decisiones en la Terminal del Valle de México, donde cada una de las empresas tiene una participación de 25 por ciento.

La decisión de la CFC se habría dado a pesar de reconocer que existen conflictos entre los concesionarios en el ejercicio de los derechos de paso y arrastre obligatorios para los competidores, donde "los concesionarios han impuesto tarifas elevadas que los hacen inoperantes", además de "bloqueo de tráficos interlineales mediante el cobro de tarifas elevadas en los tramos de vía necesarios para el paso del cargamento".

Durante el proceso, en un documento interno, la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes manejó la posición ante la CFC de que "no hay duda de que ésta (la concentración de Ferromex y Ferrosur) es una oportunidad para avanzar hacia el desarrollo de la industria ferroviaria mexicana y de establecer un ferrocarril competitivo.

Lo anterior, no sólo entre los propios concesionarios ferroviarios, sino con respecto a los otros modos de transporte, en relación con los cuales el ferrocarril aún presenta retos interesantes para recuperar la participación en el mercado de transporte, que tienen otros países de mayor desarrollo económico y tecnológico, "con el propósito de que los industriales y productores mexicanos se ubiquen en un nivel similar de competitividad en el marco global del contexto económico mundial".